Urraca

X 6

Snape le agradaban los gemelos, aunque como siempre había estado tan obsesionado con Lilly no se había dado cuenta de lo eclipsado que había tenido a los demás magos a su alrededor. Quizá cómo eran demasiado jóvenes no se había dado cuenta de que quizá si tenía cierta preferencia por ellos. Y si por los dos, siempre George y Fred, Fred y George.

Fred siempre tan bromista, George siempre tan introspectivo, y preocupado por los dos demás. Y no podía compararlos con Lilly, ya que ella realmente nunca se preocupó por él de todas maneras. Bueno, ella tenía sus propios demonios.

Aunque era del todo mentira, se preocupaba por James.

Y ver el cómo de una manera u otra Fred y George se preguntaban ¿cómo estaba?

No sabe que lo impulso aquel momento en el que se levantó de suelo y sentándose en medio de Fred y George los acercó a sus brazos, abrazándole, como un cuervo cubriendo a dos pares de urracas. Ambos se dejaron, sintiendo los brazos del que antes fue su maestro.

-¿Les parece bien?

-A veces dormimos juntos, no es tan extraño como tú crees. - externó George.

-A mi tampoco, sabes que no podemos estar muy lejos el uno del otro, como uña y mugre. - Continuó Fred.

Y eso sinceró a Snape- Yo tampoco podría vivir sin ustedes- con una breve pausa- ya no- ambos le miraron con los ojos vidriosos hundiendo sus rostros en el pecho de Snape.

Esa tarde Snape y los gemelos platicaron largo y tendido. Sin nunca separarse usaban acció para traer las tazas y los tés. Acomodándose de a poco demasiado cerca. Faltaba poco para que ambos Wesleys estuviesen en el regazo de Severus. Y mientras Severus no dejaba de bajar sus brazos de los hombros a de a poco acomodar sus manos en las caderas.

Hasta que se percataron de la hora- Creo que la velada ha sido maravillosa.

-Claro.

-Si, por supuesto.

Y al son de un "crack" ambos desaparecieron.

Severus Snape Prince, vio su sala. Lo vacía que era sin los dos gemelos, aquel prolongado pasillo, las escaleras que llevaban al laboratorio. Su cuarto, la cocina, la sala. Todo aquello ya le parecía sin sentido. Los objetos van y vienen, nunca ha sido una persona que se caracterizara por tener algún valioso objeto. Pero las personas, el hogar son las personas que se emocionan al verte. Que agradecen que aún estén con ellos, que aunque incluso tu propia mente sea un tormento, con solo verles los rostros, ya no importe y sean tu pequeño paraíso.

Eso eran los gemelos para Snape, ya eran parte de su familia y no se había dado. No fue sino hasta que sintió las lágrimas recorrerle las mejillas. No era un llanto triste era de felicidad.

En ello un zumbido sonó en su túnica negra, era el dispositivo móvil, que fue sumamente útil fuera de sus investigaciones, cómo sus casas no tenían una protección mágica tan fuerte podían seguir funcionando

"¿De qué tamaño es tu cama?"

Snape no pudo evitar reírse.

"Individual"

"La de nosotros es matrimonial, aunque personalmente la cama de George es mejor"

"En un minuto"

Llevándose su cepillo de dientes. Y ya puesta su pijama, un color gris rata con bordados oscuros para no perder el estilo. Su cabello estaba recogido en una coleta baja que cubría sus orejas, dejando algo parecido a el rabo de un conejo del largo. Dejando su largo copete de la altura de sus mejillas.