Desperté un poco confuso como en todas las mañanas intentando esclarecer mi mente. Procedí a despojarme de mis sábanas y ver la hora.
-¡Maldición, son las 8:50 am! - dije muy sorprendido, nunca me había levantado muy tarde para los desayunos especiales y mucho menos podría permitirme perderme este.
Me cambie de atuendo y me cepillé rápidamente, no podía perder mucho más tiempo. A dar unos pasos por la puerta me fijé que había una pequeña nota debajo de ella, lo vi por unos segundos, era de Erizo, muy reconocible por su hermosa letra - incluso mejor que la mía jejeje -, abrí la nota al ver que decía.
-----------------
"Oscar, soy Erizo.
He encontrado algo muy interesante que capaz pueda llegar a llamar tu atención, al igual que este ya ha llamado mi atención, no puedo esperar ni un segundo más para poder mostrártelo..
Te espero en la cafetería amigo."
Psdta: Lo siento si no te he despertado para este día de desayuno especial, pero, estabas durmiendo muy plácidamente que me sentiría muy culpable si llegaba a interrumpir el sueño que tenías.
----------------
-Erizo... - me limite a soltar una breve sonrisa, fue muy buena intención de mi amiga el no despertarme por verme soñar bien -... no iba estar molesto, al contrario, iba estar agradecido
Guardé la nota en mi bolsillo y me despedí de mi pijama para seguido cerrar la puerta de golpe, se estaba haciendo muy tarde. Mi alarma no había sonado y eso fue lo primero que me molestó al iniciar al día.
Mientras corría veía como muchos de los campistas ya estaban cerca de la cafetería, y en verdad, eran demasiados.
-¡No no no! ¡Los panqueques se acabarán! - gritaba desde mi interior, me perdería un buen desayuno.
Corrí más rápido que pude, no podía quedarme atrás. Fue cuando en ese momento se me vino a mis mente unas preguntas sobre aquella nota de mi mejor amiga: "¿Será algo importante y especial?", "¿Susie sabía de esto o, al menos Betsy o Alice?", "¿Nos meteremos en algo que no debemos?".
Yo como siempre estaba encantado de ayudar a mi mejor amiga, pero siendo sincero, por ese momento quería evitarme meterme en problemas con algunas de las consejeras.
Al volver a recordar mi presente y aquel asunto del momento fue cuando me di cuenta demasiado tarde que iba chocar con un par de campistas, el acto era inminente. Fue muy estúpido de mi parte,"¿Porqué dibaje mucho?" decía desde mi interior al ver aquellos campistas recomponerse después de aquel choque mientras seguía en el suelo como estúpido.
-¡Tonto! ¡Fijate por donde vas! - gritó mientras escuchaba el sonido de sus manos sacudiendo y limpiando el polvo de sus prendas.
Levanté la mirada. Era aquella chica con la cual me había topado mucha veces pero nunca había hecho intercambio palabras, hasta ese momento, la tenía presente. Era chica la Koala, y como siempre, llevaba su vestimenta que la caracterizaba: una blusa blanca, una falda negra y larga con tirantes, unos zapatos formales del mismo color que la falda y como complemento un collar de color violeta.
-Lo siento mucho, no fue mi intención - intentaba apaciguar la furia de aquella chica
-Da igual - expresó fastidio en sus palabras - No quiero llegar tarde a la cafetería. No vemos Zequi.
Escuché las quejas de su acompañante, no le gustaba que le llamarán así. Volteé a verlo mientras me preguntaba si aquella chica me habría perdonado, pero, esa respuesta la tendría más tarde.