Al fin y al cabo ella aceptó. Nos habíamos llevado un pequeño aperitivo como lo eran las galletas recién salidas del horno, pero, antes de partir, ella me había pedido una cosa..."¿Podrías volver a visitarme, Oscar?" solo eso.... La verdad eso no me lo venía venir, ahora con todo lo que sé y la forma como ella me ve, hizo que entrara en nervios, solo al agarrar el paquete galletas y escuchar eso, hizo que me quedara callado por unos segundos, hasta la voz de Ezequiel... "¡Oye que esperas, debemos irnos!"...tampoco podía dejarlo por mucho tiempo a ambos esperando.
Volví en mi mismo y sonreí..."No hay problema Lucy, te prometo que volveré". Ella solo dijo gracias y cerró la puerta lentamente.
Yo solo suspiré, no esperaba otro segundo más para volver a visitarla, pero no de esa manera.
Pasamos unos minutos caminando tratando de volver a lugar donde se encontraban nuestras cabañas, ambos estábamos un poco fatigados por aquella caminata, y más aún cuando llevas restos de galletas en tu estómago.
Nos recostamos en un árbol esperando unos minutos a digerir toda esas galletas mientras observabamos aquel paisaje; una gran llanura con árboles mientras escuchábamos el sonido del viento rozando las hojas de aquel árbol en la que nos habíamos recostado, algo relajante en ese momento.
-Me he estado perdiendo mucha diversión por no salir de mi cabaña - suspiró al terminar de hablar.
Seguidamente soltó una breve risa volviendo hacia mí y volver nuevamente su mirada hacia el campo que estaba siendo ocupado por tres campistas que jugaban a lanzar una pelota.
-Sabes que olvi...
-Amigo aún estas a tiempo de hacerlo, el verano no ha acabado y tenemos unas cuantas semanas para que conozcas perfectamente toda la isla - pues en verdad tenía razón, aún teníamos tiempo.
El volvió a mirarme y sonrió - tienes razón Oscar, aún estoy a tiempo.
Yo solo le devolví la sonrisa a escuchar ese comentario y volví a pararme, ya era hora de partir.
Muy cerca de las cabañas, fijé mi mirada en una dirección; por una colina, era ella, Erizo había estaba bajando con un pequeño cesto en las manos y a su lado iba Lem. Dejé encargado aquel paquete de galletas a mi acompañante y corrí para hablar un rato con mi mejor amiga, antes de dejarlo solo a mi nuevo amigo volteé mi mirada hacia atrás y pude notar que Max se acercaba a él para hacerle un rato de compañía.
-¡Erizo! - estallé de alegría a solo estar centímetros de ella.
-Oscar, - la recibí con un fuerte abrazo - me alegra...que me recibas....de esa manera....amigo.
-¿Qué tal te ha ido?
-Pues si, fue hermoso estar en lugar muy bonito como ese - afirmó alegremente mientras fijé mi mirada en ese cesto lleno de flores; en vez de traer cabeza de perros como yo los conocí, eran de unos gatos negros, y muy lindos.
-Hola Oscar - me había saludo su hermana de Alexa.
Volvi a ver a la pequeña Lem, había olvidado su presencia por unos momentos. Recordé las palabras Erizo horas atrás, "¿Qué no dijo querer estar un momento a solas?" pensé segundos en eso, con esa duda volví y dirigí la palabra a mejor amiga:
-Erizo.. - entoné molestia mientras la veía algo cunfundida -...Que no dijiste querer estar sola.
-Y en verdad si quería estar sola, - trató de explicarse - solo que en el momento de regreso me encontré con Lem y...
-¡Yo me ofrecí a ayudarle con un cesto! - completó la explicación de Erizo mientras está misma enseñaba el pequeño cesto.
-Oh ya ve......
