-𝘾𝙖𝙥𝙞𝙩𝙪𝙡𝙤 𝙙𝙤𝙨

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𝗔𝗺𝗲𝗹𝗶𝗮 𝘆 𝗧𝗮𝗿𝗮 𝗯𝗮𝗷𝗮𝗯𝗮𝗻 𝗹𝗮𝘀 𝗲𝘀𝗰𝗮𝗹𝗲𝗿𝗮𝘀,
se encontraban en la casa de la ultima nombrada.

- Gracias por quedarte conmigo - agradeció la pelinegra.

- No me agradezcas a mi, si no a Dewey que me lo permitió - contesto mientras se dirigian a la cocina.

- Gracias Dewey - rió la menor de las Carpenter - bueno, ¿Te parece si hago algo para comer y vemos una película?

- Vamos a ver Babadook ¿verdad? - preguntó con obviedad.

- Me conoces muy bien Mel - sonrió mientras buscaba ingredientes para poder cocinar.

- Claro - respondió subiendose a la isla que estaba al medio de la cocina - eres mi mejor amiga.

La rubia vio cómo la otra chica ahí presente dejaba los ingredientes en el mesón sin responder nada, está la volteó a ver, se sintió una conexión rápidamente entre ambas, la pelinegra suspiro y se acercó a su contraria colocandose entre el espacio que habia entre las dos piernas de Amelia.

- Me encantaría ser algo más - habló Tara mientras la observaba detenidamente, apreciando cada parte de su rostro, era lo más hermoso que habia visto en su vida.

Amelia trago saliva nerviosa, no se esperaba esa confesión, pero no se podria resistir, no pensó en nada ni en nadie, era su momento.
Agarró su rostro rápidamente acercandola más hacia ella para darle un suave beso, demostrando todo el amor que tenia.

Las chicas se separaron juntando sus frentes - me gustas demasiado Tara - está no dijo nada, pero respondió de otra forma.

Agarró su rostro dándole otra beso, a diferencia del otro este era más movido, con más intensidad, se notaba el deseo que tenían ambas por la otra.
Amelia se bajo de la isla sin separarse del beso, colocando sus manos ahora en la cintura de la chica, las chicas se movían mientras el beso continúaba hasta que Tara chocó con un mesón, quedando en cierta forma acorralada por la más alta.

Las dos rieron por el golpe, asi aprovechando tomar un poco de aire que les hacia falta, para seguir con el beso, las dos se sentían en un sueño.
Amelia deslizo suavemente sus manos hacia los bordes de la polera de la chica que besaba, todo iba bien hasta que las dos pegaron un leve salto volteando a ver de donde venia el ruido sin soltarse la una a la otra.

- Maldito teléfono - maldijo Tara para luego volver a ver a la rubia que también habia volteado a verla - déjalo sonar - las dos sonrieron para continúar el beso.

El celular volvió a sonar, interrumpiendo nuevamente a las chicas, Tara apoyo su cabeza en el pecho de Amelia soltando un suspiró.

- Déjame contestar o no nos van a dejar en paz - la alta asintió para así la más baja separarse para contestar.

Amelia aprovecho de arreglarse su ropa que quedó un poco desordenada.
Notó como la pelinegra le mostraba una llave mientras seguia hablando por teléfono, era la llave del gabinete de licores, la rubia le sonrió en aprobación para ver como su contraría se alejaba.
Definitivamente no verian Babadook esa noche.

Mel volvió a subirse a la isla mientras veia a Tara caminando hacia la cocina, le hizo una señal de que tambien quería escuchar por lo cual colocó la llamada en alta voz.

- Es una joven sola en casa - se escuchaba la voz de un hombre a través
del teléfono mientras Tara acomodaba las cosas con las cuales iba a cocinar - contesta un número equivocoba y empieza a hablar con el asesino - Amelia no entendia de que hablaban pero el tono de voz del hombre se le hacia raro - que la hace jugar un juego... ¿Te gustaría jugar un juego?... Tara - la voz del hombre cambió drasticamente a una más macabra.

𝗣𝗿𝗼𝘁𝗲𝗰𝘁 𝘁𝗼 𝘆𝗼𝘂 || 𝗧𝗮𝗿𝗮 𝗖𝗮𝗿𝗽𝗲𝗻𝘁𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora