The blame of a Lonely Girl.

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-Es un nombre algo peculiar... Eres extranjero, ¿no es así?. -Madeline preguntó con intriga.

-¡Así es! Al igual que tú.

-Bueno, la realidad es que no soy extranjera... Soy japonesa de nacimiento. -La chica empezó a guardar el disco en una bolsa que le entregó el vendedor de la tienda.

-Oh ya veo... Lo siento, es que tu nombre y apariencia son inusuales en una japonesa. Ya sabes, la altura y tu rostro parecen más de una extranjera. -Ashford dijo rápidamente.

-Sí, suelen decirlo de manera frecuente. -La chica tenía una cara más estoica, pareciendo más serena y seca en sus respuestas.

-Con respecto a eso, ¿Crees que estaría bien si te acompaño a casa?. -La propuesta de Ashford tomó por sorpresa a Madeline, quién alzó una ceja.

-¿Por qué?.

-Bueno, últimamente han habido más asaltos a chicas en los alrededores de Kuoh. En Kojima, eran bastante frecuentes los asaltos a personas de nuestra edad. -Ashford intuyó que, Madeline y él tenían una edad semejante, de entre 18 o 17 años.

-Tienes razón, aunque eso es más frecuente en los barrios bajos de Kyoto y los alrededores. De hecho, Kuoh es un lugar bastante tranquilo. La delincuencia está en bajos índices y es muy seguro. Además, es Japón, no hay la gran cosa aquí. -Madeline habló en un tono estoico, haciendo que Ashford sonriera.

-Menos frecuente no significa que no suceda. Tienes una bolsa en la mano, además de lucir de nuestra edad... Cualquiera con malas intenciones te vería como un blanco fácil.

-¿Y cómo sé que tú no tienes malas intenciones conmigo?. Me compraste un disco y pudiste excusarte con que fue un regalo a modo de disculpa... ¿No es eso sospechoso?.

-No le veo lo extraño en regalarle algo a alguien. -Ashford se encogió de hombros.

-Lo dices porque tú eres quien me lo ha regalado. Además, los regalos son para personas especiales. Nosotros apenas y nos conocemos.

-Entonces, hay que conocernos mejor, ¿no? ¿Te parece si caminamos y platicamos?. Soy nuevo en esta ciudad como puedes ver.

-No me dejarás en paz hasta que no te diga que sí, ¿cierto?. -Dijo Madeline con un suspiro.

-Básicamente.

-Bien. Te enseñaré una parte de la ciudad. Sólo no quieras pasarte de listo... Tengo gas pimienta.

-Entendido. -Ashford habló, haciendo un saludo militar con su mano en la frente.

Los dos chicos salieron de la tienda, emprendiendo su camino. Mientras caminaban, Ashford notó una conducta peculiar en Madeline. Tenía las manos en los bolsillos de su pantalón, además del claro distanciamiento algo lejano entre ellos dos. Reservada. Eso era ella al parecer.

-Normalmente, las chicas suelen tener las manos fuera de sus bolsillos. Claro, cuando no llevan faldas o alguna otra prenda inferior sin bolsillo. -Pensó Ashford.

-Bien, si seguimos por acá, podremos llegar a una parte bastante agradable de Kuoh. El parque central.

-¿Tienen un parque central?.

-Claro que lo tenemos, ¿De dónde tú vienes no había uno?.

-Bueno, sí habían parques, pero eran pequeños. Estaban un tanto abandonados. Por cierto, creo que no te lo he dicho, pero vengo de-

-Kojima. Cuando hablaste de la delincuencia, mencionaste a Kojima y sus altos índices de criminalidad. No era tan difícil intuir que vienes de allá. -Madeline aún poseía su rostro estoico, acompañando su hablar con un tono calmado.

A demon in Kuoh (Highschool DxD Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora