The blame of a Lonely Girl - 3.

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Cuando Ash vio a la chica despierta, se había paralizado en su lugar. Verla recuperada y en un mejor estado de salud, aunque bastante más pálida de lo habitual, había llenado su cuerpo de una tranquilidad inmensa. No podía describir cuan agradecido estaba de que su magia se hubiera filtrado por el cuerpo de la chica. Si eso la había ayudado a sanar, estaba más que alegre con el resultado.

-Ash... -Dijo la chica, viéndolo con la mirada más cálida que alguna vez recibió. -Me da gusto verte de nuevo.

El corazón de Ash dio un vuelco en cuanto vio a la chica derramar una lágrima de su ojo derecho. Verla llorando hizo que su corazón doliera de manera inmensa. La sensación de opresión en su pecho fue dolorosamente imaginaria. Ash sabía que no estaba recibiendo daño físico, pero, el daño sentimental que sintió por ver a Madeline a punto de romper en llanto, fue uno que no estaba preparado para aceptar.

-Madeline... -Susurró, su voz incapaz de alcanzar un volumen más elevado, a causa del aire que se escapaba de su intenso respirar. -Realmente estás bien. Me alegro tanto.

Ash se acercó lentamente hacia la cama de Madeline, con los ojos fijos en la sonrisa enorme de la joven de pelo fantasía. Ya la había visto despertar en una ocasión, ¿Por qué ahora estaba tan ansioso? Sus manos le temblaron, intentando obtener la fuerza suficiente como para alzar ambos brazos, costándole demasiado el siquiera intentarlo. Colocó sus manos de forma delicada sobre las mejillas de Madeline, temblando al hacerlo. La chica vio los ojos azules del chico frente a ella temblar ligeramente, observándola.

Ella colocó sus manos de forma suave sobre las de él, ladeando la cabeza y cerrando los ojos, sonriendo de forma suave. Sus mejillas pálidas obtuvieron un gentil tinte rosado, mientras intentaba contener un suspiro soñador.

-No sabes cuanto tiempo esperé a verte despertar... -Dijo Ash, en un suspiro tembloroso. -¿Qué estoy diciendo?

Madeline abrió los ojos, observando como una sonrisa suave se dibujaba en las facciones del chico, cerrando ambos ojos mientras una pequeña y delicada risa se escapaba de su boca, acompañada de un ligero frote de sus dedos sobre sus mejillas.

-Estoy tan feliz de que finalmente estés bien. -Ash la abrazó, tomándola por sorpresa. -¿Por qué estoy actuando de esta forma?

Madeline se quedó paralizada, sintiendo el gentil abrazo de Ash, envolviéndose alrededor de su cuerpo en estado delicado. Lentamente, envolvió sus brazos alrededor del cuerpo de Ash, logrando sentir leves temblores en su cuerpo. Frotó sus manos por la espalda del rubio, en un intento por tranquilizarlo.

El toque de Madeline comenzó a surtir efecto en el chico, el cual comenzó a relajarse al sentir como acariciaban su espalda. Madeline comenzó a cerrar los ojos, disfrutando de la sensación cómoda y reconfortante de aquél abrazo. 

Cuando Nora entró a la habitación de su hija, lo primero que observó fue a Madeline, abrazando a un chico rubio que jamás había visto. Se paralizó ante la vista de su hija despierta, y sobre todo, la de su hija abrazando de manera suave a una persona que no recordaba haber visto jamás. Sin embargo, su hija parecía conocer al chico muy bien, notando la cercanía que tenían.

Nora tosió sobre su puño, observando a su hija y al chico dejar de abrazarse lentamente, con el chico cuidando cada uno de sus movimientos alrededor de su hija. Como si de una muñeca de porcelana se tratase, el chico parecía tener cerca suyo un objeto tan delicado e invaluable, que de romperse, causaría un problema enorme. No le gustó a Nora, en lo absoluto.

-Disculpa, ¿Quién eres tú y cómo es que te dejaron entrar a la habitación de mi hija? -Nora le preguntó al rubio, con una mirada dura.

-Él es Ashford, es el chico con el que solía ir al parque. -Contestó Madeline con calma.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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A demon in Kuoh (Highschool DxD Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora