Una misión fallida. {Hunter x tn}

03

“Hey… Vamos, tienes que comer.”

“No… No tengo hambre.”

“Hey, no quise gritarte… Por favor, no dejes de comer por algo como eso.”

“Me pegaste.”

“Fue una cachetada. Estabas… diciendo demasiadas cosas y me alteré. Sabías que me estabas provocando.”

“No quiero que me vuelvas a dar una.”

“No lo haré. Todo debería ser relativamente indoloro si haces exactamente lo que digo.”

“Eres un maldito, Hunter.”

Recuerdo sonreír por eso. Me acerqué y jalé de su cadena. Ella estaba realmente arrinconada. ¿Qué podía hacer? Notaba que le faltaba el aire cada vez que tiraba de esa bonita cadena.

“Tienes razón, TN, soy un maldito, siempre lo he sido, y eso no lo vas a cambiar.”

Tomé su mandíbula con fuerza, sin apretar lo suficientemente fuerte como para fracturarla.

“Estás en mi casa, encadenada, sin una salida, TN. Mira a tu alrededor… Solo estoy yo. Todo será menos doloroso para ti si solo obedeces.”

Ella no podía hablar. Me miraba, y no vi decepción, sino algo distinto, una mirada herida.

¿Estaba siendo demasiado cruel con ella desde el principio? Quizás eso provocó su desgaste.

Recuerdo cómo trataba de evitar llorar. Parecía que su miedo no podía ganarle a su orgullo, o tal vez temía que la lastimara por derramar más lágrimas. Sería absurdo; sus lágrimas hacían que sus ojos lucieran más bellos, sus pestañas se veían aún mejor.

No me molestaba su llanto.

Besé su frente e intenté darle un consuelo.

Ella siempre amó los abrazos, entonces, ¿por qué mis abrazos la tensaban tanto? Su corazón estaba acelerado y temblaba un poco.

Intentó apartarse, pero fui más rápido y atrapé sus manos antes de que pudiera empujarme.

Recuerdo que apliqué más fuerza.

No pudo contener el llanto más. En realidad, soltó un quejido de dolor.

No la había oído hacer ese sonido tan bonito antes.

Aunque realmente quería que sonriera para mí como lo hacía antes, ahora trataba de evitar mi mirada.

Ahora no sonríe.

Ahora estoy viendo algo distinto en ella.

¿Por qué no me detuve lo suficiente esa vez?

Al menos, no volvería a empujarme, o eso creí.