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Poco a poco comencé a notarlo, ella se estaba confundiendo y poco a poco perdía su voluntad de alejarme e incluso buscaba mi calor.

Aún podía notar el pánico que sentía durante las noches, aún notaba que sentía miedo cuando la tocaba para deleitarme con nuestros movimientos y sus sonidos.

Ella era distinta a la TN que conocí en el pasado, no estaba feliz, su curiosidad había desaparecido y ese brillo que amaba estaba desapareciendo de una manera similar al agua escurriendo por mis manos.

Parecía apagada, sus pocas sonrisas eran tristes y estaba pálida gracias a la falta de sol.

Al igual que una flor parecía estar muriendo justo frente a mis ojos y eso me rompía por dentro, odiaba que llorará entre sueños, odiaba que cerrará sus ojos con fuerza cuando ponía mi mano sobre su cabeza.

Pero al mismo tiempo me sentía lleno de satisfacción al saber que todo eso lo cause yo, me metí en su cabeza tanto cómo ella se metió en la mía.

Sin embargo sentía algo similar al miedo, yo temía que la chica que conocí estuviera desaparecido lentamente frente a mí.

Al mismo tiempo me sentía curioso sobre este cambio, ¿siempre sería así?

Una vez la descubrí mirándose en el espejo.

Vio cada una de las marcas que yo había dejado sobre ella y se rompió.

Empezó a llorar, aún con mis abrazos y palabras de consuelo no dejaba de llorar.

Lo había logrado, nunca más miraría su cuerpo sin evitar recordar cada una de las noches en las que me adueñe de su cuerpo.

No me sentía triste por ello, mire sus ojos llorosos y mi sonrisa se reflejó en ellos.

Mi niña... Mi muñeca de porcelana estaba tan lastimada.

Tan llena de mí.

"TN... Mi amor, hey, mírame."

Tome su rostro con delicadeza y cómo si de la flor más valiosa se tratará, me encargue de secar sus lágrimas.

"No volveré a lastimarte tanto, solo... Solo tienes que prometer que seguirás las reglas ¿sí?" "Yo soy tuyo y tú también eres mía, estoy contigo y es todo lo que importa."

"Me duele el alma." Susurro esa vez.

Fue cómo si por un momento viera su alma, su ser completamente adolorido por mí.

No sentí pena, estaba disfrutando de la escena, el arte es más bello cuando decae y renace.
Al menos eso me enseñó Belos y nunca pude comprenderlo tan bien cómo lo hacía ahora.

Ella vio mi ira, vio todo mi amor y aún así termino todo de esta manera.

Convertí sus golpes desesperados en silencio, sus llantos en música y sus movimientos en nuestro baile de casi cada noche.

Ella era mía y yo, siempre he sido suyo.

Mire sus manos, manos que amaba tomar para mostrarle el camino sobre mi piel.

Tenía un brillo distinto en la mirada después de esa noche, aunque no estoy seguro si solo eran las lágrimas contenidas o algo diferente.

Con el tiempo parecía menos tensa en el baño, el rojo teñía sus mejillas y ella casi sonreía.

Ahora me pregunto, ¿era eso su ira contenida?

Con el tiempo descubrí que soy un ciego en esta vida.

Ella estaba destrozada en ese entonces y aún encontraba fuerza para mantenerse, sus ojos, aquellos ojos que amé con tanta fuerza, las pocas veces que me miraban brillaban con algo diferente, era especial.

Para mí lo era.

Una misión fallida. {Hunter x tn} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora