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Siempre se empieza con una historia de amor con un típico cliché, uno casual, uno donde la típica escena de un encuentro casi casual aparece haciendo que todo pase a segundo plano y los protagonistas caigan perdidamente enamorados, ¿Pero tiene que ser ese típico cliché siempre? Uno donde por venganza, por celos, odio e incluso por amor se llegue a lastimar al ser querido... ¿O un cliché dónde uno de los dos no recuerda al otro y al final termine perdiendo en esa historia?
Tal vez. Tal vez así era el destino.
Feliz. Tal vez esa era la palabra que estaba buscando en todo el transcurso de ese parque a su casa pues su tonta sonrisa no desaparecía.
- Me gusta.- Takeshi habló, corriendo por delante de Takemichi para detenerse y mirarlo.
- ¿South? Bueno... Es un buen hombre y también un gran amigo, tal vez por eso te gusta mucho - Soltó una risita.- Éramos muy cercanos cuando éramos jóvenes.
- ... - Takeshi solo miraba con atención como esa sonrisa que su madre había perdido... Volvía. Algo en el se revoloteo, añorando nuevamente que su persona especial volviera ser así de feliz.- Te gusta Minami, ¿Verdad, mamá?
- ¿Qué? ¡No! - Agitó sus manos, negando rápidamente ante la pregunta de su hijo.- ¡Soy un hombre casado y con un hijo! - Susurró para si mismo lo último.- Un Omega que no puede estar con alguien más.
- Pero -El pequeño se dió la vuelta para continuar sus pasos.- Minami te trata bien, los demás niños en el parque dijeron que parecen esposos, - dijo bajito - y me gustaría que lo fueran.
- Tal vez piensas eso por lo que está pasando con tu padre - Takemichi alcanzo a su hijo, tomándolo de la mano.- pero recuerda que el volverá a acordarse de nosotros, y que volveremos a ser una familia unida como antes, solo debes darle tiempo, cariño.
- Tiempo es lo que más queremos pero él... - ¿Cómo le decía que su padre ya tenía a un Omega? ¿Cómo le decía esas cosas cuando al primero en confesarle eso fue South?- No nos quiere, si de verdad es un alfa como lo es South el te hubiera reconocido como su pareja.
- ¿Cómo South? - Cuestionó.- Takeshi, ¿Qué sabes de...? - No pudo completar la pregunta pues ya estaba frente a casa y en la puerta de esa misma estaba Taijū Shiba esperándolos.
- Se tardaron mucho, ¿No lo creen? - Taijū sonrió mientras mantenía ese porte digno de un alfa. Sus brazos cruzados y una ladina sonrisa que hacía que Takemichi cayera enamorado cada vez.
- Eh, bueno... - El azabache rasco su mejilla con su índice, avergonzado por la reciente acción de su esposo.- Fuimos al parque a jugar un rato, Takeshi quería jugar ya que no pudo ir con el hijo de Inupi.
