Amor de barrio || Christopher Y Alexandra|| (Terminada)

3.

Dos meses despues

Salir a caminar me ayudaba a olvidarme de todo y de todos, hace dos meses no sé nada de Christopher, lo extraño. Él siempre me ayudaba a sonreír y reír.

Quiero que vuelva y que me diga que soy fuerte y me abrace profundamente.

Camino por el parque mientras mirabas las flores que nacían de los arbustos y árboles.

Sonreí al recordar la flor morada que Christopher me daba cada mañana cuando nos veíamos a escondidas.

Seguí con mi camino y la escena que observé simplemente me derrumbó por dentro, era Christopher.

Tomado de la mano con Raquel, disfrutando del día y dándose caricias.

Los recuerdos y el amor no se tiran de repente

Christopher volteó y ambos chocamos miradas. Sorprendido se acercó junto a Raquel.

Quiere torturarme

- Ale, todo tiene una explicación - negué y sonreí. Toda mi vida he fingido una estúpida sonrisa, puedo hacerlo ahora. Raquel entendió la situación y simplemente se fue a otra parte del parque.

- tranquilo, cuando debí alejarme más me enamoré - sentí como mis ojos se llenaban de lágrimas.

- Honey.. Raquel solo es una amiga - no sabía si creerle, lo que vi era tan cierto como para que sea mentira. - Honey, estás diferente - asentí lentamente, Christopher trató de acercarse pero me alejé.

- ¿Honey? - Christopher asintió. - dejé de serlo cuando nos alejamos - fue lo único que pude decir, estoy dolida. Solo han pasado dos meses de nuestro distanciamiento y por decirlo así, nuestra ruptura, él ya consiguió a otra.

- Raquel es mi enamorada - soltó de repente, ¿Qué le digo? No puedo siquiera reclamarle porque no soy su pareja y ni siquiera soy su amiga.

- me alegro.. - traté de sonreí pero las lágrimas amenazaban con salir.

- Honey.. - me miraba con tristeza, sonreí y solo me dediqué a caminar hacia mi casa.

Mi Honey consiguió a otra en menos de un año, sencillamente me olvidó a más no poder. Su "amor" solo era en el momento, algo me decía que me vaya pero él me decía que me quedará.

- cariño, ¿Todo bien? - mamá salía de la cocina mientras secaba sus manos con el secador de cocina. No dije nada y solo me fui a mi habitación.

Lo único que hice fue acostarme y entrar en un sueño profundo.

Al día siguiente debía alistarme para ir a la casa hogar de niños abandonados, soy colaboradora de aquel lugar tan maravilloso.

- Honey! Honey! - mi pequeño Sebastián venía corriendo hacia mi. - Honey y Christopher? - lo miré y me puse a su altura. - no vendrá? Prometió que jugaremos fútbol - en sus ojos se veía aquella ilusión de ver a Christopher.

- no lo sé pequeño, tal vez venga por la tarde - el pequeño asintió y se sentó a mi lado. - todo está bien, amor? - pregunté y Sebastián asintió con una sonrisa de oreja a oreja.

- Honey, gracias por cuidarme - sonreí y lo abracé. Sebastian tiene 4 años, sus padres lo dejaron cuando tenía 9 meses de nacido, desde que llegó me encariñe con él al igual que Christopher.

- gracias a ti por permitirme entrar a tu vida, pequeño - acaricié su cabello y él me abrazó más.

Esto me hace feliz, estar con Sebastián y con todos los niños que viven aquí.

Sebastián es como nuestro hijo, Christopher y yo siempre lo hemos cuidado desde que vino aquí.

Horas más tarde salí de aquel lugar y fui hacia mi hogar. En el camino solo pensaba en Christopher, sé que tiene novia pero él es mi más grande amor, sería mi amor de barrio.

Llegué y observé a Christopher escondido detrás del árbol, no le di importancia y solamente entré para luego ir a mi habitación y quedarme ahí escuchando música.

Quiero tratar de olvidarlo, mi corazón se quedó a media puerta, se quedó quebrado al ver la imagen de Christopher acariciando la mejilla de Raquel.

Solo necesito desconectarme del mundo por un rato