REY URBANO | MERTHUR

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El mago cambió su expresión a una sorprendida y un tanto preocupada, la verdad es que ni Arturo sabía porque había pedido eso, pero sintió una ligera ansiedad cuando escuchó que se iría otra vez, quizás el café no estaba perdiendo efecto del todo; Merlin dudo un segundo, pero negó la petición

—Ya te lo dije, es un lugar desconocido para ti

—Entonces quiero conocerlo, puede que no sea el mismo Camelot pero sigue siendo mi reino

—Sólo confía en mí, ¿De acuerdo? Estarás más seguro aquí

—Acabo de demostrarte que no es así—el rubio se cruzó de brazos, tratando de verse seguro aunque con cierto tono de vergüenza, pero Merlín negó con la cabeza, no servirían esos chantajes, los conocía y tenía experiencia—... Si te preocupa que pase lo de anoche... Entonces haré todo lo que me digas

Está vez se sorprendió de nuevo pero había cierta incredulidad en su rostro, soltó una risa algo sarcástica y se cruzo de brazos también

—Recuerdo que pasamos por algo parecido, y cada vez que te pedía que hicieras algo para que no terminaras muerto tú sólo tenías ganas de golpearme

Trató de hacer memoria pero Arturo no lo recordaba, sacudió un poco la cabeza para no salirse del tema

—Ésta vez lo digo en serio, no me alejaré de ti, y no me quejaré para nada—para sus estándares ya estaba pidiéndo demasiado, él era el Rey, Merlín debía permitirle lo que quisiera sin siquiera repetirlo dos veces

—Ya dije que no

O eso quisiera; la mirada severa del mago no dejaba duda que no se doblegaria ante la petición, apretó los dientes un tanto frustrado y molesto, pero sentía que si intentaba obligarlo sería peor, lo terminaría atando a alguna silla o algo, así que lo pensó unos segundos, unos segundos en los que Merlin creyó que la insistencia se había acabado y comenzaba a recoger sus cosas para salir de nuevo

Movió sus ojos algo desesperado, había algo que no había intentado, era algo que, con su estatus y el de Merlin, jamás se vería correcto en la realeza... Pero no es como si alguien más estuviera ahí para darse cuenta

—... Por favor

Las palabras habían sido rápidas y casi susurradas pero el morocho se detuvo y volteó a verlo como si hubiera escuchado a un fantasma hablándole, su mirada era de completa incredulidad, como si estuviera procesando lo que acababa de oír

No había sido tan difícil como esperaba, muy pocas veces había pedido algo en su vida y cuando lo hizo había sonado más como una orden, no recordaba la última vez o siquiera si había existido la vez que una petición suya sonara tan esperanzada (por no decir suplicante), mucho menos si ésta iba dirigida a un sirviente. Pero parecía funcionar, notaba el titubeo en el rostro del mago

—Arturo... Entiende que lo hago por tu bien, así que no...

—Por favor—Cuando notó que sería rechazado volvió a atacar, esta vez parecía que Merlin había captado completamente lo que dijo, se quedó quieto como piedra, era obvio que no estaba acostumbrado a que esas palabras salieran de su boca y dirigidas a él, así que, antes de que pudiera tener la oportunidad de negarse, siguió repitiendo-Por favor, por favor, ¡Por favor!

Cada vez que lo decía era más fácil, y a la vez era más difícil para Merlin oponerse, incluso aunque le estuviera suplicando por algo, Arturo era más fuerte y hábil que él, su corazón seguía siendo el de un anciano milenario y el rubio lo estaba aplastando sin compasión

—¡OK, está bien!—aunque realmente no quería aceptar, fue una forma de defenderse, no sabía si era un ataque al corazón la opresión que sentía en el pecho, pero no quería seguir teniéndolo—¡P-pero harás lo que te diga! O ambos nos meteremos en problemas