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POV SAKURA

Salto de la cama algo mareada, y corro al baño.
Estoy tan descompuesta.

Sumi, se despierta justo detrás mío, y como siempre, rueda de su cuna colecho, y se baja con mucha habilidad de la cama.
Me apresuro y lavo mis manos y cara.

—¡Buenos días mí niña bella!— canturreo mientras la veo sentada en la alfombra junto a la cama, tratando de llevarse las zapatillas de Itachi a la boca.

Mí esposos tiene graves problemas con el orden. Si bien ambos son muy prolijos, sobre todo el "obse"*, ese sería Sasuke. Ita es más relajado. Siempre me dice: "Luego lo guardo" y las cosas quedan por siglos dónde no pertenecen.

Busco un juguete en su impecable cuna. No suele usarla más que unos quince minutos luego de dormirse. Antes de que podamos darnos cuenta, ya está rodando hacía el que sea que duerma de ese lado. Anoche le tocó a Sasuke, por lo tanto Sumi acabó encima de su pecho.

—¡Miren quien está acá!— digo sacudiendo un peluche que adora.— ¡Es el señor pato!

Capturó su atención de inmediato y aprovecho a dárselo mientras le quitó las zapatillas sutilmente.

Estamos en una etapa de cambio, no puedes quitarle nada, tienes que distraerla y negociar.
Porque sino, hará el berrinche del milenio.

Estoy preparando su cumpleaños. El primer añito de un bebé es algo muy importante a nivel familiar, mí niña no va a tener idea de lo que sucede y seguramente este embobada con las decoraciones.
Pero los amigos y familia que nos acompañen van a guardar un hermoso recuerdo.

Creo que la degustación de tartas y pasteles que tuvimos ayer por la mañana, me arruinó el estómago. Tanta crema, y tanto dulce...
Otra náusea seguida de una masiva acumulación de saliva en mí boca y ya estoy de nuevo en carrera al baño.
Me desagrada hacer esto con la puerta abierta, pero hay una pequeña que gatea a la velocidad de la luz y necesito mantener un ojo sobre ella, al mismo tiempo que vacío mí, para variar, vacío estómago.

¡Santo Dios! Necesito un Dramamine*.

Salgo de la habitación, y veo la puerta del dormitorio de Haru abierta.
Mí pequeño no está por ningún lado, bajo la escalera, con Sumi en mí cadera, mordiendo muy entretenida al Señor pato.

No necesito buscar mucho.
Haru está con papá.

—Buenos días.— digo y Sumi balbucea a mí lado un adorable "Taaaa tata"

"Buenos días tesoros."

—¡El abuelo me compro una bici! La van a traer esta tarde.— beso la mejilla de mí hijo y miro a papá que está en su cama, con las máquinas al rededor.
Está empeñado en consentirlos.
No puedo decirle que no. Le hace tan feliz que los pequeños estén sobre él.
Haru llega cada día del colegio, y almorzamos en el dormitorio con papá, le cuenta todo lo que hizo y luego ambos hacen sus deberes.

Mientras Haru no esta en casa, es Sumi quien gatea por el dormitorio. Y se ríe de los sonidos que hacen las máquinas, todas le llaman la atención. Pero lo que más le entretiene, es sentarse junto a mí padre y presionar las teclas del SAAC. La máquina reproduce  extrañas combinaciones de letras y ella chilla emocionada.
Papá se derrite de amor por mis hijos.
A veces, con ayuda de los médicos y enfermeras que lo asisten, ponemos a papá en su silla de ruedas y salimos al jardín, estos días están cálidos y agradables.
Él puede ver a los niños correr con sus mascotas.
Shiro por lo general se acuesta a sus pies. Pero Menma, el cachorro que le regaló Naruto, tiene tanta energía que termina corriendo solo mientras Mirai y Haru se tumban en el césped.

Gemelos Uchiha🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora