-¿Siempre será así? -Pregunté un poco cansado pero aún así dándole su espacio.
-No lo sé Jordy, es demasiado complicado.
-René, literalmente me acabas de decir que te corrió hoy en la madrugada y que por eso viniste a mi casa. Ya no tienes nada que hacer en esa casa, ahora puedes vivir tranquilo aquí. -Lo agarré de los hombros como si eso hiciera que lo entendiera mejor.
-De hecho, me llamó y me pidió perdón, me dijo que no estaba en sus cabales y que volviera lo más pronto posible a casa. -Respondió desviando la mirada, sé que no podía mirarme a los ojos por la vergüenza.
Yo inhalé y exhalé como método para calmarme y de la manera más delicada posible, respondí. -René, sólo te faltan dos meses para cumplir la mayoría de edad, cuando tengas 18 podrás irte de allí. ¿Acaso nunca pensarás en ir a la universidad?
René me miró pero no dijo nada, sólo agarró sus cosas y se fue...
Huyendo como siempre, ya no me sorprendía.
De verdad quería ayudarlo, y me preocupaba muchísimo, siempre temía por lo peor.
Desde que René me contó todo lo que estaba sufriendo cuando éramos niños, las golpizas empeoraron, siempre tenía curitas en el rostro, los dedos y otras partes del cuerpo, además de los visibles moretones. Incluso comenzó a usar lentes oscuros para ocultar lo morado que se encontraban sus ojos.
La frecuencia con la que se quedaba en mi casa fue aumentando, ya no era una sola vez cada dos semanas o incluso un mes, sino de 4 o 5 veces a la semana.
Yo ya no sabía qué hacer, me sentía tan idiota por no denunciar, y siempre me pregunté porqué nunca lo hice, sin importarme de que Richard nos tuviera amenazados a mi mamá y a mí.
Me acosté en la cama y me quedé mirando las estrellitas fluorescentes que estaban pegadas en el techo desde que me había mudado. Ahora ya no tienen el mismo brillo de antes, pero recuerdo que me ayudaban mucho en aquellas noches de pesadillas.
Di un suspiro nostálgico y luego agarré mi celular para revisar Instagram. Apenas ví el feed, no había nada relevante, sólo lo mismo de siempre. Aunque mi diosa Melanie había publicado unos posts de su próximo álbum, esto me emocionó demasiado y sé que a René también le emocionaría.
Seguí bajando y me encontré con una foto que René había subido de ambos. Él, se encontraba sonriendo ampliamente con los ojos cerrados apoyando su codo en mi hombro, y yo lo observaba con apatía.
No entendía como una persona que sufría tanto podía estar feliz todo el tiempo, y lo más crítico del caso es que cuando él ya no aguantaba las ganas de llorar y dejaba salir todo el dolor que llevaba por dentro junto a mi compañía, terminaba sonriendo y actuando como si nada. Aunque sólo ha llorado frente a mí tres veces exactas, y ha sido porque yo lo he presionado. No sé si sentirme culpable por eso...
Pero no seguiré dándole vueltas al asunto.
Sigo viendo mi feed de Instagram y en eso me llega un WhatsApp de mi querido mejor amigo.
Rana🐸: ¿Te molesta si me vuelvo a quedar hoy? 😅
Yo: ¿Pasó algo de nuevo? 😐
Rana🐸: Emh, sin comentarios...
Yo:🙄
A decir verdad ya estoy acostumbrado a este tipo de cambios, y siendo honesto me tranquiliza tenerlo aquí, porque siento que está seguro y de que no le pasará nada.
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René y yo
KurzgeschichtenEsta es la historia de dos mejores amigos que a pesar de pertenecer a diferentes mundos pueden lograr conectarlos y entenderse. (Quizás más adelante le de una descripción más precisa, pero mi creatividad en estos momentos no ayuda). Xdxd