Capítulo 3

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René ya había salido del baño y estábamos acostados con la luz encendida. Recordé que le preguntaría por sus dibujos y lo hice.

Su mirada se iluminó y buscó con desespero aquellos dibujos para explicármelos uno por uno.

Uno de ellos era el ojo de una mujer que no tenía pupila, pero detrás tenía el planeta Júpiter y algunas grietas saliendo de las pestañas. El significado de ese dibujo era lo grande e inconmensurable que son las cosas que no conocemos por estar cegados, por eso el ojo no tiene pupila, el planeta Júpiter representa lo vasto de lo no conocido y el hecho de que es de mujer porque representa la feminidad de la naturaleza, y aquellas grietas son la corrosión de la humanidad.

Profundo, ¿verdad?

El otro dibujo era un reloj que sólo mostraba su mitad, estaba roto y con grietas. Ese tenía un significado más trivial, que se basa en que todo aquel que no busca algo siempre lo va a encontrar tarde o temprano.

Quedé.

Me habló de otros más, pero el último fue el que más tuvo significado para mí ya que René dijo que su inspiración había sido nuestra amistad.

Eran dos personas sin rostro y de sus cabezas salían líneas de pensamiento que se volvían un garabato al juntarse en una inmensa nube encima de ellas, eso quería decir que ambas personas, aunque tenían pensamientos distintos se entendían mutuamente.

—Deberías continuar las clases de arte con la profesora Elsa. —Sugerí mientras me levantaba para apagar la luz.

—No lo sé, siento que no tengo talento, sólo son dibujos normales. —Profirió desalentado.

—¿Por qué piensas eso? Lo que haces es increíble. —Traté de animarlo.

—¿De verdad lo crees así? —Pude notar la pequeña esperanza y emoción que tenía en su tono de voz.

—Por supuesto. Sabes que nunca te mentiría.

—Bueno, entonces quizás mañana la llame y le diga que quiero retomar las clases.

—Me parece estupendo. —Le revolví el cabello con mi mano.

Nos quedamos en silencio por unos segundos pero quería preguntarle porqué quiso quedarse hoy, aunque ya sabía el porqué, quería saber exactamente la razón.

—¿Por qué viniste de nuevo si habías dicho que tu mamá te había pedido que regresaras a tu casa? —Pregunté un poco  inquieto, no quería incomodarlo.

—¿Siempre tienes que preguntar todo?

—Pues sí, no puedo quedarme con dudas de nada. —Encogí mis hombros.

—No daré más vueltas porque honestamente tú eres imposible, tarde o temprano obtienes lo que quieres.

—Lo sé nene, lo sé. —Imito la voz de Edna Moda.

René da un largo suspiro y procede a contarme. —Yo estaba durmiendo en mi habitación, pero como a eso de las 2AM mi mamá entró azotando la puerta acusándome de que le había escondido la cocaína que estaba consumiendo. Obviamente no lo había hecho, pero debo admitir que en ocasiones anteriores sí. Le dije que no le había escondido nada y le grité muy fuerte.

»Le dije "¡Ya basta! No tengo tu maldita droga, déjame en paz. ¡A lo mejor ya se la consumió el imbécil de Richard al que llamas esposo!

»Estaba acelerado, y tenía rabia, porque me dolía verla en ese estado, tan desesperada por algo que es nocivo para su salud. Luego comenzó a llorar como siempre y después le dió un ataque de ira, en donde me dió una bofetada y empezó a decirme que ojalá me hubiera abortado, que era lo peor que le había pasado en la vida y que me fuera inmediatamente de su casa.

»Ella siempre ha dicho eso, ¿sabes? Y quizás pensarás que ya estoy acostumbrado, pero no, cada vez que lo dice me duele tanto como si fuera la primera vez que lo escuchara. Luego me vine para tu casa, pero después de irme porque te dije que mi mamá me había llamado pidiéndome perdón, llegué a mi casa y ella me recibió llorando, como lo había hecho otras veces, me dijo que la perdonara, que era una mamá terrible y que me amaba demasiado, que nunca lo dudara aunque la ira le hiciera decir cosas horribles. Le dije que no se preocupara y que lo dejara así.

»Y te estarás preguntando porqué estoy aquí. La razón es que Richard había llegado de no sé dónde, y como de costumbre empezó a decirle cosas feas a mi mamá, como por ejemplo: "¿Ya me tienes lista la comida, basura? Porque no sirves para nada, sólo sabes cocinar y si acaso". Eso me daba tanta rabia que sólo quería matarlo, pero para evitar cosas, me fui, y heme aquí.

No sabía qué decirle. A veces tenía consejos muy buenos para decir y otras veces, nada, como hoy.

—No tienes que decir nada. —Dijo como si leyera mis pensamientos.

—A veces me pregunto cómo es que no has caído en ese vicio, pese haber crecido en ese ambiente tan horrible. —Suspiré con mis manos en mi pecho.

—Esa respuesta es fácil. Siempre ví a mi mamá y mi papá en un estado tan deplorable por esa cosa, y aparte todos los golpes que mi papá solía darme o cuando golpeaba a mi mamá por culpa de la droga, y ahora con mi padrastro, que sigue siendo lo mismo y hasta peor, y sinceramente nunca fue algo que me gustara. ¿Sentirse miserable y molesto todo el tiempo? ¿Depender de una sustancia que sólo te mata? Lo siento pero no soy tan idiota.

—Entiendo. Es bueno que tú no seas así, me alegra mucho. —Musité aliviado de cierta manera.

—Tranquilo Jordy, no me volveré drogadicto, lo prometo. —Dijo riendo.

—¿Te apetece ver la secuela del Gato Con Botas?

—¡Súper sí!— Respondió emocionado.

Nos pusimos a ver la película y efectivamente nos gustó tanto como la primera, incluso hasta más.

Me ha parecido tan exquisita y profunda la manera en que han incluido todos los temas que aborda la película; las sensaciones y sentimientos al experimentar cada segundo del filme. Poder sentir miedo, tristeza y hasta felicidad.

Me pareció increíble que lograra plasmar tan bien los ataques de ansiedad y pánico, ¿y qué mejor que en nuestro protagonista?

Si me preguntas, cada vez que escuchaba el silbido de la muerte representado en un lobo, se me erizaba la piel, no podía evitar sentir la sensación de miedo que nuestro Gato naranja experimentaba.

Sin duda una de las mejores películas que he visto en mi vida. Perdón si doy mi opinión acerca de la peli pero tengo complejo de cinéfilo.

René se había quedado dormido apenas finalizó la película y yo cerré los ojos para dormir también.








××××

¿Es tonto decir que tengo el mismo sueño que todas las escritoras que no son reconocidas?

Seh...

Sueño con volverme conocida, como las grandes escritoras de esta plataforma, la esperanza es lo último que se pierde, jajaja

René y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora