𝟏. 𝐒𝐢𝐛𝐲𝐥𝐥𝐚/𝐏𝐫𝐨𝐩𝐡𝐞𝐭𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐫 𝐟𝐨𝐧𝐝?

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El murmullo de las hojas deslizándose sobre la madera, el ceño fruncido y las pobladas cejas casi unidas en la glabela. Las pestañas largas ligeramente bajas, el gesto reflexivo, los labios en una línea recta sin expresión.

Mingyu, sentado frente al escritorio con el cuerpo hacia atrás, nunca había visto a su jefe y amigo, Seungcheol, de esa manera.

El Ángel, mensajero puntual que era, por más que se quejara de tener que trabajar con diligencia, le había encontrado la cola a la organización que estaban cazando, y Wonwoo sólo lo había corroborado.

A su lado, el azabache con gafas redondas tenía una expresión imperturbable, permaneciendo tan estoico como siempre.

Esperaban que Seungcheol les diera la información por la cual los había citado ahí, pero este seguía moviendo los documentos desordenados de su escritorio y la ligera brisa de otoño no ayudaba a qué se quedaran en su lugar.

Antes de que alguno de ellos perdiera la paciencia (en especial Mingyu, que ya había estirado el brazo para ayudarle con los papeles), detrás de ellos se abrió la puerta sin avisar de la oficina de Seungcheol y los tres observaron en aquella dirección.

Jeonghan entró con las manos descansando en los bolsillos de su pantalón de vestir y con una paleta en la boca. Saludó a los holders con un gesto de la cabeza y se dirigió al lado del mayor de la habitación, sacando otra paleta cerrada de su bolsillo y poniéndola frente a Seungcheol.

—Antes de que el estrés te obligue a fumar.

Los ojos oscuros de Seungcheol lo miraron por lo que fue una eternidad con un gesto indescifrable, pero después soltó un suspiro y se echó para atrás en la silla, aceptando la paleta.

Mingyu, que ya tenía la paciencia casi agotada, miró hacia Jeonghan esperando que él les explicara porque su jefe parecía tan estresado.

Generalmente, Seungcheol se limitaba a decirles los últimos movimientos de la orden, sobre todo de los holders que habían secuestrado, y ellos se pondrían en marcha para recuperar a los pobres incautos e intervenir contra ellos.

Pero por lo visto esta vez no era tan sencillo.

—Encontramos las instalaciones —espetó, con los ojos clavados en el techo y el cuello estirado hacia atrás.

—¿Qué? —A Mingyu aquellas palabras le salieron en un tono agudo. Wonwoo siguió inalterable, exceptuando una vacilación de ceja.

Jeonghan se cruzó de brazos y se recargó a un lado del marco de la ventana que siempre le daba la espalda a Seungcheol.

—Como él dijo, por fin tenemos la ubicación de las instalaciones de la Orden de Delfos.

—¿Cuándo? ¿En dónde se encuentra? ¿Cómo? —Por fin Wonwoo habló, siempre un gato curioso. Se inclinó hacia adelante y miró a los dos mayores, y enseguida su rostro cayó en realización. Mingyu le iba a preguntar por su cambio de expresión, pero no tuvo tiempo—. Woozi.

Dijo aquel nombre como si fuera la respuesta a todo y después se volvió silente, regresando al asiento con gesto serio.

—¿Jihoon? ¿Él los encontró? —Mingyu era el único de los tres que no sabía nada de lo que estaba pasando.

"Trata de no reaccionar de manera exacerbada, ellos ya están muy preocupados para añadir un peso más de culpabilidad a sus hombros"

El moreno le lanzó una mirada confusa a Wonwoo. No importaba cuántas veces su compañero y amigo usara su voz mental para hablarle, nunca podría acostumbrarse.

La profunda voz se quedó colgando unos segundos sobre su pensamiento.

—Woozi actuó como un agente secreto. Un espía —explicó Seungcheol—. Logró de alguna manera captar la atención de la Orden y no sospecharon de su vínculo con nosotros. Lo secuestraron como a los demás sin saber que no es un holder cualquiera, sino uno de los nuestros.

Thou Shalt Trust the Seer... (GyuHao/WonHui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora