Kakashi x Iruka

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Faltaban tan solo unos días para que su mudanza fuera oficial, Kakashi e Iruka empezarían a vivir juntos, una casa para ellos dos solos, finalmente. A Kakashi la idea lo emocionaba demasiado. Los últimos años había pasado más tiempo en casa de Iruka que en la suya, escapándose en los tiempos libres que tenía para poder verlo. No que el fuera bueno administrando su tiempo de por sí. Ambos ya habían empezado a mover sus cosas a su nuevo hogar poco a poco. Hoy Kakashi había decidido ir a dejar una de sus cajas mas delicadas. Su colección de libros. Su nuevo hogar les había costado casi la totalidad de sus ahorros a ambos, pero valdría cada centavo, estaba seguro. No esperaba encontrarse con Iruka parado en una silla de dudosa estabilidad mientras terminaba de colocar sus nuevas cortinas. Estaba demasiado concentrado que no escuchó a Kakashi entrar, ni asentar su pesada caja al suelo o acercarse.

—Cuidado ahí.—Soltó Kakashi. En tono serio, pero con toda intención de asustarlo.

Y funcionó.

Iruka dio un grito ahogado, perdiendo el balance. Cayendo directamente a los brazos ya listos de Kakashi. Aunque ya había estado bastante tiempo juntos Iruka no pudo evitar sonrojarse un poco.

—Kakashi— suspiró. —No te escuché entrar.

Kakashi dejó que Iruka recuperara un poco el aire que había perdido al caer. Y aunque ya no estaba en sus brazos, aun se encontraba peligrosamente cerca. No importaba tan solo ayer habían pasado toda la tarde juntos, siempre parecía necesitar mas tiempo con él. Mas tiempo juntos.

—Buenos días.— Suspiró Kakashi, bajándose la máscara con una mano y atrayendo el rostro de Iruka con la otra, depositándole un beso suave.

Iruka se separó lo suficiente como para mirarlo a los ojos, pero aseguró las manos de Kakashi con las suyas.—Bueno, este si es un saludo adecuado —dijo soltando una risa nerviosa al final.

Se quedaron unos segundos demasiado largos mirándose el uno al otro, sin decir una sola palabra.

—¿Es demasiado temprano? — preguntó Kakashi rozándole con la nariz el cuello de Iruka.

—SÍ —respondió este con la respiración ya agitada. Pero Kakashi no se detuvo. —Tengo estar en la academia en dentro de unos cuarenta minutos.

—Es suficiente para mí—

La propuesta silenciosa de Kakashi había hecho temblar a Iruka, y sentir su aliento en la piel sensible de su cuello estaba alejando su cordura lentamente. Cuando sus labios chocaron no pudo encontrar fuerza para resistirse. Paso sus manos por el cabello blancuzco de Kakashi y aumentó la profundidad jalándolo hacia si mismo. En segundo Kakashi ya lo había levantado de las piernas y arrinconado entre su cuerpo duro y la pared.

Kakashi lo besó más fuerza, el beso estaba cargado de necesidad y deseo.

—Kakashi..,—logró formular Iruka, aunque salió más como un gemido.

Sin romper el beso le contestó —¿Qué?

— No puedo llegar tarde ¿está bien?

Kakashi no pudo evitar soltar una pequeña carcajada.

— Está perfecto.

Iruka se lanzó hacia adelante, haciendo chocar sus labios contra los de Kakashi. Sus caderas moviéndose involutariamente buscando al cuerpo endurecido de Kakashi. Ambos seguían completamente vestidos, problema que al minuto siguiente ya se había arreglado. Kakashi los acomodó a ambos en el suelo, dejando a Iruka encima suyo, sintiendo la totalidad de su miembro endurecido. Iruka se detuvo a admirar y deslizar sus manos por todo el torso desnudo de su pareja. Kakashi tenía cicatrices a lo largo de todo su cuerpo, algunas habían sido heridas peligrosamente mortales. Iruka conocía el peligro que involucraba ser un Shinobi, éltambién tenía sus buenos pares de cicatrices, pero no se llegaban a comparar con las de Kakashi.

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