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Achuchones se había alejado de los demás soldados para descansar un poco, quería distraerse de los pensamientos de la guerra por un momento y tener paz; además que la luz de la fogata seguro le dañaba la piel.

Curiosamente había algo más en su mente, no podía ignorar esas miraditas que Gordi le había dado antes... pero no porque le gustara, okay? Solo le intrigaba, le gustaba gustarle a la gente pero jamás se enamoraría de alguien como-

"Gordi?" -Dijo con sorpresa interrumpiendo sus pensamientos al ver al pelirosa caminar hacia él, parecía casi como si lo hubiera invocado.

"Hola compañero! Puedo sentarme contigo?"- Saludó amablemente con su típica sonrisa risueña, pero antes de dejarlo responder sacó algo de su mochila- "Tengo tarta de arándanos para compartir"

"..."- Achuchones había abierto su boca dispuesto a rechazarlo inmediatamente pero el sonido de su estómago rugiendo lo delató, creciendo un muy leve sonrojo en sus mejillas por la vergüenza que casi pasaba y porque el truco barato del gordito había funcionado.

"Bien, pero la roca es solo para mí"- Finalmente respondió a la propuesta de Gordi fingiendo un tono desinteresado pero con sus toques afeminados.

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Al terminar de comer ambos quedaron en silencio, al inicio era un silencio un poco incómodo para ser sinceros, pero los dos se fueron acostumbrando poco a poco a la presencia del otro que hasta ahora simplemente era un silencio tranquilo.

"Wow... que bonito"- El pelirosa rompió el silencio mientras continuaba mirando al cielo estrellado de la noche- "Este lugar es mágico"

Achuchones en cambio estaba mirando al suelo pensando en que debía confrontarlo acerca del obvio crush que el contrario tenía con él; ya le había dado torta, próximamente podría pedirle matrimonio y él era demasiado atractivo para estar comprometido tan joven.

"Gordi..."- Trató de iniciar la conversación pero un sentimiento en su estómago lo detuvo, sería muy cruel rechazarlo en medio de la guerra, seguro no pararía de llorar y revelaría su ubicación ante los enemigos.

"Eh...Tengo los pies destrozados, estas botitas me están matando! Son muy duras para mis delicados pies"

Terminó diciendo algo nada que ver aunque no era mentira, sus preciosos pies estaban hechos para lucir zapatos finos, no para trotar en el bosque sucio. Aprovechó el momento y se quitó una bota descansando por fin.

"Ahh... Que gustito" -Suspiró aliviado sintiendo el pasto entre sus dedos, era cómodo. Gordi solo rió un poco, no le importaba que para los demás Achuchones era un presumido mimado, a él le parecía divertido.

Permanecieron así por un momento hasta que el peliverde se levantó yendo a caminar hasta un arbusto y comenzar a orinar; el más bajo usó ese tiempo para pararse y desde su lugar apreciar mejor las brillantes estrellas.

Y aunque no había dado muchos pasos adelante, su compañero veía de reojo sus acciones, frunciendo el ceño inevitablemente al sacar una conclusión apresurada de lo que pasaba.

"Eh! No me mire el pillito"- Regaño Achuchones con visible molestia, el otro fue sacado de su momento de tranquilidad para llenarse de nerviosismo y confusión.

"Qué?"- Se apresuró a a decir Gordi medio asustado sin entender lo que pasaba.

"Que no me mire el pillito! Se estaba poniendo en ángulo para vermelo" - Repitió cerrando el cierre de su pantalón; increíble, sencillamente increíble, no solo le gustaba a un feo abrazable sino que también a un pervertido. Sabía que Gordi sé derretía por él pero eso era cruzar la línea.

A pesar de ello, no podía negar que ver al pelirosa nervioso sin poder decir una palabra era tentativamente divertido, su reacción era muy inocente para alguien tan atrevido, era casi lindo...

...Qué carajos estaba pensando?

"Le gusta mirar?"- Dijo esta vez con meramente intención de molestar al más bajo y ponerlo más nervioso, manteniendo esa expresión molesta para ocultar sus intenciones de querer jugar con Gordi un poco.

"No! No! Para nada! D-De ninguna manera!"- Se defendió hablando de manera acelerada gracias al miedo de no saber qué decir o hacer, él no era un depravado! Estaba mirando las estrellas, él jamás intentaría verle sus cositos a alguien más; pero ahora seguramente su posible amistad estaba arruinada.

"Si! Si que le gusta"- Insistió Achuchones cuando un dolor inexplicable se apoderó de él, obligándolo a soltar un desgarrador grito que alertó a Gordi.

"Achuchones! Qué ocurre?!"- Dijo alarmado olvidando la discusión de hace un momento y corriendo hacia el más alto.

"Me picó un bicho! Duele mucho!"- Gritaba de desesperación con lágrimas recorriendo su rostro a la vez que un Gordi preocupado lo miraba angustiado, para su suerte el robusto era mejor con los primeros auxilios que con la guerra así que se apresuró a sentarlo y a sacar el veneno de la herida lo más pronto posible.

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Una vez que el veneno estaba fuera del cuerpo del chico, ambos pudieron tranquilizarse; Gordi ahora solo se dedicaba a vendar la herida suavemente e ignorando el pequeño enojo que tenía porque el contrario lo había acusado de pervertido. Achuchones sin embargo... él no podía despegar sus ojos del osito frente suyo.

Él se había comportado como un completo idiota desde que se conocieron, y aún así aquí estaba Gordi, cuidándolo y tratándolo como si fuera lo más importante del mundo...jamás habían hecho algo así por él antes. Ahora que lo pensaba Gordi siempre había sido así de amable y empático con todos.

Está vez sin duda su ego la había cagado.

Sumado a esto, el estar tan cerca del pelirosa le había ayudado a notar ciertas cosas, como lo suave que se veía su piel; sus ojos grandes ojos que parecían cuarzo; sus labios rosas y sus mejillas... Se preguntaba si se verían más lindas cuando el calor subiera a ellas.

"Gordi..." -Mató el silencio en un tono suave para llamar la atención del contrario.

"Qué?" - Respondió el pelirosa de manera levemente desganada y le dirigió la mirada, la verdad no quería hablar mucho con el del moño amarillo en este momento pero le era imposible ser grosero con él.

"Digo que si quiere...puede verme el pillito"- Finalizó la propuesta indecente con una sonrisa coqueta y una mirada algo lasiva, todo mientras tomaba una mano ajena y la colocaba en su entrepierna.

Achuchones decidió que esa era una gran manera de recompensarlo por su ayuda, aunque parecía más un premio para él que para su compañero, como si el tenerlo de rodillas frente a él le hubiera despertado un deseo no muy cristiano.

Gordi por su lado estaba atónito procesando la información, un brillante color rojo se apoderó de su cara y como si su vida dependiera de ello empezó a huir gritando repetidas veces "no!" en un tono aterrado.

"Gordi!"- Achuchones trató de llamarlo para que regresará, pero no tardó mucho en darse cuenta de lo que le había dicho al pelirosa logrando que la vergüenza se apoderara de él, luego colocó una mano en su frente por estrés.

"Gordi... Carajo"

Quizá se dejó llevar demasiado por la emoción...o quizá aquel cadete le había hecho crecer una nueva emoción. Posiblemente ambas.

Sabor a MorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora