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Toda la tropa había sido reclutada para la misión de adentrarse en el bosque y encontrar a la compañía búho solidario, esto con el fin de regresarlos sanos y salvos al campamento. Los reclutas salían de la cabaña siendo recibidos por el padre quien les daba collares como símbolo de protección, un símbolo de fé en que Dios los cuidará en el bosque; la emoción y nerviosismo abundaba en los ositos...

...O así era hasta que un pelirosa salió de la cabaña.

"Hola chicos! Ya estoy aquí"- dijo Gordi con alegría y una mochila en su espalda.

"Oh no- de verdad va venir Gordi con nosotros?"-Habló esta vez un peliverde de manera arrogante y un poco afeminada.

"Afirmativo soldado Achuchones"- Interrumpió el sargento con voz firme a la vez que se acercaba peligrosamente al pelirosa- "Necesitamos una bestia de carga que nos lleve los materiales y medicamentos"

Unos quejidos se escucharon por parte de Gordi cuando su superior pellizco su estómago bruscamente sin permiso; era muy obvio que se sentía incómodo con todo esto, ya sabía que era gordo, vamos que tenía un espejo! Pero al parecer a todos les encantaba recordarle que no era para nada hermoso.

"Está gordo, si... lo sé, pero está fuerte!"- Terminó de hablar como si hubiera justificado su decisión de llevar a Gordi al campo de batalla, sin embargo la tropa seguía visiblemente inconforme con esto.

"Nos va a retrasar! Nadie quiere que venga"-Se atrevió a contestar el pelinegro de la bufanda chistosa, molesto por la decisión de su superior. Pero para su mala suerte eso fue lo que necesitaba para que Azulin se metiera en la conversación.

"Eh, Pandi!" -Dijo en voz alta el peliazul manteniendo un ceño fruncido y tono amenazante-"No te pases, es mi hermano!"

Después de fulminar con la mirada al más bajo, Azulin regreso su vista a su hermano para cambiar aquella expresión por una leve sonrisa y dedicarle un guiño al contrario; lamentablemente ni el apoyo de su hermano podía subirle el ánimo a Gordi después de ser humillado enfrente de sus compañeros, así que solo aguantaba los sollozos para conservar lo que le quedaba de dignidad.

Mientras tanto, el cadete de moño amarillo miraba al pelirosa en la distancia, juzgándolo y pensando en que no quería tenerlo cerca; no quería que Gordi estuviera a su lado cuando vieran un unicornio porque seguro que se orinaría encima como la otra noche en el campamento; además...qué tal si le arruinaba su preciado peinado con esos dedos robustos de salchicha que tenía?! No lo soportaría. Realmente deseaba que le tocara alguien lindo como compañero, incluso prefería a los gemelos incestuosos antes que a esa bola de grasa rosada.


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Tambores resonaron por todo el pueblo, era la despedida de los soldados antes de adentrarse en la batalla; después de la ceremonia los cadetes fueron a ver a sus familias, hijos, padres, esposas...

Abrazos repletos de cariño en caso de que fuera la última vez que se encontraban. Azulin y Gordi caminaban con su padre entre aquellas escenas conmovedoras.

"Hijos míos, este es un paso tan importante en sus vidas"- dijo su padre con orgullo y un sentimiento de nostalgia en su voz-"Tomen estas tartas que he hecho con los últimos arándanos de nuestro huerto"

Sabor a MorasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora