MIL ALMAS MALDITAS

67 8 2
                                    

No sé lo que quiero.

Casi lo mato... por segunda vez.

Su hermoso rostro está así de herido por culpa mía... ¿Mi obsesión llegó demasiado lejos? Posiblemente, ¿Por qué actuó así? Perdí la respuesta de esa pregunta hace ya muchos años.

Athena, los celos que te tenía y te tengo por tener a alguien así al lado tuyo. Sin importar lo que haga, él seguirá siento tan fiel como tú caballero. Reencarnación por reencarnación, siempre ha sido así... desde la Era del Mito.

Tu caballero de Pegaso, capaz de sacrificarse a sí mismo por ti; me da una envidia que me es imposible de describir, ni mil palabras podrían hacerte saber lo que siento. Ahora estoy a poco tiempo de volverme loca y matarlo de un golpe. Casi lo logro ayer. Ahora, me parece que solo quiero a alguien en quien confiar, pero no a cualquiera, a alguien capaz de dar su propia vida por mi bienestar.

Aunque siento que sólo son excusas mías.

Estoy completamente segura de que mi cordura dejó este mundo hace ya mucho tiempo.

¿Yo? La Diosa de la Oscuridad, ¿sin saber lo que quiere?, mi respuesta es sí. No tengo ni la más mínima idea de que es lo que deseo en este basto mundo. Mi mente da varias respuestas según el momento, respuestas estúpidas e irracionales.

"¿Qué he hecho? Té preguntarás.

Sinceramente, no lo sé.

Antes no era así, algo ha cambiado y me he convertido en el mismo demonio.

Anhelo el amor que hay entre ustedes, esa es la respuesta más lógica que he logrado pensar.

__________________| à Y à |__________________

Los otros santos estaban en el hospital, a esperas de noticias del Santo de Hera, Teseo. Luego de que el cirujano les diera las buenas nuevas, decidieron que era hora de partir rumbo a la fortaleza de Nix, conocida mejor cómo: "La Fortaleza de las Mil Almas Malditas".

_Es hora de partir.-dijo segura de sí misma la diosa Athena-. Mil Almas Malditas está a varias horas de viaje de aquí. No hay que perder tiempo.

_Mi querida Sobrina.-dijo Hera, que ya hacía en la cama del hospital tomando la mano de su santo, rogando a los dioses que se recupere y vuelva con ella-. Mil Almas Malditas, ¿sabes por qué le dicen así?

_ ¿Tía?

La rubia soltó un suspiro. Miró a la joven, su sobrina que luchaba por los humanos, sin importar lo aborrecibles que son, (Ustedes no mis queridos lectores, los hdspm que hacen barbaridades :C) con pena.

Un día apagado, completamente nublado, frío y poco alentador para viajar por aire. El pip de la máquina del hospital era el sonido que reinaba en ese cuarto, que estaba lleno de emociones de preocupación.

Hera, no tenía ninguna esperanza por Seiya. Dos días han pasado. Salvo los jóvenes del harem de Nix, vivan un poco más. Pero, conociendo al santo, no aceptaría ser parte del Harem y si no es parte de este...las probabilidades de que siga vivo son muy bajas según ella.

_ Mil Almas Malditas.-continuó la diosa-.Le dicen así, por las almas en pena de los jóvenes que Nix capturó a lo largo de los años. Los inocentes chicos que vivían en paz aquí en la Tierra... abusados, violados y despreciados...penan en esa fortaleza en forma de monstruos.- Bajó la cabeza, desanimada y sin vida en su quebrantada voz-. Aquellos humanos...que no habían cometido crimen alguno...torturados por ella.

SIN IMPORTAR LO QUE ME PASE- seiya x saori (saint seiya omega)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora