stargirl ─ 𝗸𝘁𝗵 ﹙+18 ﹚

𝟱

"¿Quién es esa? Parece una pobretona ㅋㅋㅋㅋ."

"No sabía que Taehyung tuviera gustos así."

"¿Quién se cree para estar con él?"

"Me habría gustado que estuviera con Jennie ㅠㅠ."

"Ojalá se muera esa chica, no merece estar con Taehyung-oppa."

"Oh por dios, creo que conozco esa chica. Es Lim Ara y estudia en la Universidad Nacional de Seúl."

Aventé mi celular destrozada en un llanto atroz, consumida por la crisis y la ansiedad al igual que el pánico, dejando que mi celular se estrellara mientras fotos mías empezaban a llenarse en esa página bajo la oscuridad de la sala principal.

Cubrí mi rostro tirada en el suelo con mi adolorida espalda recargada a la fuerza sobre la fría y dura pared, no pudiendo evitar encogerme más y más en mi lugar, temblorosa.

Hasta que llegó él aventando su bufanda y abrigo al sillón, apurado y preocupado por verme en ese estado, otra vez.

—Ara, mírame, mi amor— se agachó a mi altura y me tomó de mi rostro, obligándome a mirarlo a los ojos, notando en ellos coraje y furia, pero más preocupación—. Perdóname, solucionaremos esto.

—N-no debí e-estar co-ontigo...— hablé, viéndolo a sus marrones ojos mientras negaba con esfuerzo por sus manos en mi rostro.

Y Taehyung frunció el ceño, mostrándose dolido ante mi respuesta inesperada y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—N-no quie-ero esta vi-ida pa-ara ti... No-o así... P-pero te a-amo ta-anto que no-o quie-ero deja-arte... Lo-o siento...

—Ara. Yo fuí quien tomó esa decisión, ¿Me oíste? Yo decidí estar contigo porque te amo, y realmente quiero estar contigo me cueste lo que me cueste. El dinero no me importa y menos la fama, me importas tú— habló con esa voz dura, sin quitar esa profunda mirada de mis ojos.

Pero no podía evitar seguir llorando frente a él. Estaba tan asustada del mundo y de todo, ya no quería salir de nuestro hogar. Bueno, su hogar al que yo me mudé por petición suya.

La oscuridad en la habitación no era impedimento para verlo, y ver el coraje en él mientras el frío suelo entumía mis muslos y pies temblorosos y ansiosos.

Sollocé derramando lágrimas sin parar pero no podía dejar de observarlo y él no dejaba de verme.

—Les voy a romper el cuello a los hijos de puta que tomaron esas fotos y las publicaron— murmuró hacia mí aún dentro de su enojo a lo que yo me negué rápidamente.