Perdidas

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Al final todo se fue al carajo en el campamento. Hubo un problema el día anterior, los caminantes llegaron al campamento mientras intentábamos encontrar a Merle.

Nos fuimos de ahí rumbo a la CDC por decisión de Nina y el ciervo del grupo. Ella fue conmigo en la camioneta de Merle porque no había combustible suficiente para tantos autos y ella se ofreció a dejar el suyo.

—Rick me cae bien, —dijo ella de un momento a otro.
—es mucho mejor que Shane liderando, creo que es mejor que yo también ¿Tú que crees?

—No lo sé, quizás. —contesté.

—Así me gusta Darylsito, siempre dándome la razón. —dijo riendo.

—¿Cómo que "Darylsito"? —pregunté molesto.
—se oye horrible.

—Lo sé, —dijo ella.
—lo dije sin pensar, una disculpa Darylsito.

—Basta. —dije sin mirarla.

—¿Crees que Jim lo logre? —preguntó poniendo la cara más seria que le había visto.

—No voy a mentirte, —dije yo.
—no me da confianza, pero quizás el ciervo y tú tengan razón y la CDC tenga una solución.

—¿El ciervo? —preguntó confundida.
—¿Hablas de Rick?

—Sí. —contesté.
—¿No lo entendiste?

Ella se quedó en silencio un momento hasta que una sonrisa divertida se formó en su cara.

—Eres un idiota, —dijo con media sonrisa.
—pobre hombre.

—¿Qué tiene? Es la verdad ¿No? —dije yo.

—Si, pero trata de no decirle así muy seguido, sería incómodo si se te escapa cuando él esté presente. —dijo ella.

—No pasará. —dije yo.
—Eres la única en la que confío lo suficiente para hablar así.

Me dí cuenta tarde de lo que estaba diciendo y quise retractarme enseguida.

—La única con la que puedes hablar de chismes tranquilamente, lo sé. —dijo ella con media sonrisa.
—Es obvio porque yo soy experta en guardar secretos.

Era obvio que notó mi expresión y por eso empezó a hablar como un loro, o quizás ella también estaba algo avergonzada.

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—Carol, te entiendo, esto es muy duro para ti, todos lo comprendemos, pero Rick y los demás hicieron todo lo que estuvo a su alcance, las cosas no son fáciles y vamos a tener que aceptarlo. Solo, no te preocupes, estoy segura de que mañana va a aparecer. —entró a la caravana prácticamente corriendo después de decirle eso a Carol.

Sophia se había perdido y todos estábamos con los pelos de punta. Carol lloraba por su hija, el niño se veía aterrado y Rick no podía verse más culpable. Pero quien me importaba era Nina, tenía una expresión que no le había visto nunca. Entré a la caravana un momento después de que ella entró y la escuché llorar, me senté y empecé a limpiar mis flechas hasta que ella salió del baño.

—Ey ¿Hace cuánto estás ahí? —preguntó como si nada.

—Suficiente para saber que necesitas despejarte un poco, sígueme. —me levanté y la tomé del brazo tratando de no hacerle daño pero afirmé mi agarre cuando me miró aparentemente confundida.
—No te hagas, te conozco mujer.

Se levantó y empezó a caminar, cuando ví que no iba a irse solo la dejé y ella quedó detrás de mí.

—Me escuchaste ¿Cierto? —dijo avergonzada.

—No, pero no soy estúpido. —mentí para que no se sintiera avergonzada pero era obvio que si había escuchado y ella lo sabía.

Caminamos en silencio mientras yo buscaba con la mirada un buen lugar donde quedarnos, terminé subiendo al capó de uno de los autos y la miré esperando que hiciera lo mismo.

—Sé cuanto quieres a Sophia y a Carl, no necesitas fingir que eres fuerte o que no te afecta, no conmigo. —ella puso la misma expresión que antes y ví un par de lágrimas rodar por sus mejillas, no supe que más hacer así que la abracé y ella simplemente lloró hasta que se calmó.
Una vez que noté que estaba bien empecé a hablar de nuevo.
—Tú solo no te preocupes, te prometo que encontraré... que encontraremos a la niña, y va a estar bien. —me separé de ella para no incomodarla y empezó a hablar.

—Lo siento por mojar tu ropa con lágrimas. —dijo con una risa amarga.

—No es nada, se secará solo. —dije yo.

Miré hacia el frente de nuevo mientras ella acomodaba su cabello.

—Se que está viva, y se que la vamos a encontrar, solo, no puedo dejar de pensar en lo asustada que debe estar. —dijo ella.
—Ella y Carl son como mis hermanitos ¿Sabes? Realmente me recuerdan a Glenn cuando era pequeño. —la miré asintiendo y ella apoyó su cabeza en mi hombro, sentí el impulso de tomar su mano pero no lo hice.
—Y, de nuevo, lo siento, realmente no me gusta mostrar este lado de mí a la gente, pero, me haces sentir segura, así que, bueno, solo salió.

—No, en serio, está bien, es bueno saber que alguien confía en mí después de todo. —me miró con algo de sorpresa y solo hablamos de otras cosas hasta que decidimos volver con el resto.
Me sentí feliz de que ella estuviera más tranquila, pero sabía que si no encontrábamos a la niña las cosas solo irían a peor.

No podía verla así, sentía que su dolor me traspasaba la piel como miles de pequeños cuchillos así que me prometí que encontraría a Sophia, por ella, por el resto y por mí.

Amor incondicional (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora