Warhammer 40k: La Gran Cruzada Exitosa

Laboratorio

Estamos aquí en donde la segunda caída de la humanidad comenzó un laboratorio con 21 bebes en cápsulas de gestación un gran número de científicos diseñando armas y armaduras, así como creando a la futura generación de super soldados, y sobre ellos nos encontramos a tres personas, El Emperador de la Humanidad, Malcador el sigilita y la genetista líder del proyecto que reemplazaría a los defectuosos guerreros trueno la doctora Amara Astartes.

—Te lo digo viejo amigo estos guerreros serán tan efectivos que la gente cuando los vea solo sentirá alivio y paz. —Diría el Emperador de la Humanidad.

—No lo sé Neoth, sigo creyendo que deberías de al menos crear a una mujer que sea la que los una a ellos y a ti. —Diría Malcador el Sigilita buscando aconsejar a su amigo.

—Ambos sabemos el riesgo que conlleva darle a alguien tanto poder y más a una alguien que estará bombardeada de cambios emocionales que sus propias hormonas le generen, recuerda Malcador, ellos seguirán siendo humanos, aunado a esto he visto y combatido junto a grandes humanos en el pasado y únicamente puedo confiar en que si son únicamente varones desarrollen un vínculo de hermandad y camaradería, además de que Erda será quien me apoye en esta tarea de crear un vínculo entre ellos y yo.

—Señor es tiempo de ir por más semilla genética, se han detectado varios problemas con esta.
Dijo la doctora cómo las mutaciones aleatorias o el bajo rango de supervivencia. —Aquellas palabras saldrían de la boca de la Doctora Astartes

—Bien.

Mientras esto ocurría un pequeño grupo de portadores de la palabra se habrían infiltrado al lugar donde las cápsulas de gestación de los Primarcas estaban ubicadas, siendo estás resguardadas por Erda, un grupo de Custodes y unos escuadrones novatos de Lucifer Blacks, debido a que Erda al haber descubierto el plan que el Emperador tenía para cada uno de sus hijos está empezó a tener dudas de si seguir apoyando a su viejo amigo y oponerse a el y sus planes, si bien ella sabe que todo esto, por más cruel que parezca es por el bien de la humanidad una parte de ella todavía duda de si es que acaso dicho objetivo será cumplido.

A la par de estos sucesos, el último guerrero trueno superviviente de la batalla del Monte Ararat se infiltraba buscando al Emperador, hasta que se encontró con los Portadores de la Palabra, a los cuales enfrentó al ver qué sus armaduras eran distintas a las que cualquier miembro del ejército del Emperador usarán, sin ningún intercambio de palabras el guerrero trueno se lanzó a matar a cada uno de los Portadores de la Palabra traidores que habían entrado, si bien los Astartes tenían mejores armaduras el guerrero trueno era más fuerte, más resistente y más duro, siendo que varios cayeron sin poder hacerle frente, el ruido de la batalla había alertado a los Custodes y Lucifer Blacks, haciendo que estos se dividieran en dos grupos, bajo la idea de "si los enemigos habían logrado superar las defensas del Palacio realmente eran peligrosos", los Portadores de la Palabra rápidamente se dividieron en dos grupos, el más grande enfrentaría a las tropas del Emperador y el más pequeño seguiría con la misión.

Cuando los Lucifer Blacks y Custodes del primer grupo se encontraron con el grupo de Portadores de la Palabra que enfrentarían se sorprendieron ante esas armaduras distintas a las de cualquier otro soldado o tecno barbaro que habían visto, junto a ellos estaba el cadáver del Guerrero trueno rodeado por cerca de la mitad de Portadores de la Palabra muertos o heridos de gravedad, al ambos grupos encontrarse se iniciaría otra batalla en la cual los Custodes y Lucifer Blacks saldrían victoriosos sin ninguna baja y rápidamente buscarían volver a vigilar a los Primarcas y sus cápsulas de gestación.

Mientras tanto el grupo más pequeño de Portadores de la Palabra habrían sido interceptados por los cinco asesinos que pasarían a fundar lo que hoy en día se conoce como el Oficio Asesinorum, siendo que estos grandes maestros del arte de matar lograron acabar con varios de estos Astartes, sin embargo uno de ellos, el líder de dicha incursión, Argel Tal había logrado escapar de esa batalla y se dirigió a terminar su objetivo, destruir el campo Geller que protegía a los Primarcas de la influencia del caos, la cual estaba siendo custodiada por Erda.

Al llegar a este lugar Tal tomaría desprevenida a Erda y la atacaría de tal manera que ella saldría algo herida de dicho ataque y expulsada del lugar donde se encontraba a unos metros lejos de ahí, lo cual le daría tiempo para cumplir su misión.

Rápidamente la poderosa mujer se reincorporo y se dispondría a tener un combate singular con el Astarte pero lamentablemente y por las prisas del Astarte antes de ser detenido, Erda vió como la Cápsula de Gestación del Primarca XIII era lanzada a la disformidad en donde los demonios y dioses caóticos buscaban tentarlo y aceptará unirse a su bando, por desgracia para los seres disformes la cápsula estaba perfectamente sellada por lo que sus intentos fueron en vano.

Erda al ver esto entro en cólera, desenfundo su espada y se lanzó a matar a Argel Tal, Tal desenvaino su arma y también se lanzó al combate, Tal aprovechaba que Erda era presa de la rabia lo más que pudo para seguir el ritmo a la madre de los Primarcas, ambas armas chocaban entre si, ambos enemigos se miraban y chocaban sus miradas, la mirada de Erda era algo más que un simple odio, era el odio de una madre a la persona que le arrebato a su pequeño, la de Tal era de molestia al no poder completar su misión, en un siguiente choque Tal esquivo el ataque de la mujer y estuvo a segundos de matarla, de no ser por la aparición de un portal inestable de "La Telaraña" de la cual salió Eldrad Ulthran acompañado por un grupo de "Arlequines" los seguidores del Dios de la risa Eldar Cegoratch, los cuales rápidamente sometieron a Tal.

Erda al ver al Portador de la Palabra solo sintió asco y desprecio por ese ser al cual solo le hizo dos preguntas.

—¿Por qué ahora? Y ¿Que Dios lo envío?

A lo cual Argel Tal no respondió y con eso le dijo a Erda lo que necesitaba saber, con lo cual Erda apuñalaria al Astarte en repetidas ocasiones para hacerle sentir una infima parte del dolor que ella sentía en ese momento y el cual el Astarte traidor sentiría antes de su muerte decapitado por mano de la mujer humana.

Tras esto Eldrad solicitaría ser llevado con el Emperador, puesto que tenía que hablar con el para un acuerdo de mutuo beneficio.