"Mamá, papá, soy gay", he soñado mucho tiempo con poder decir esas dos
palabras "soy gay", "¿Por qué?" me preguntaron un día, y les dije "la última vez
que escuche a alguien decirlo, fue a mi hermano mayor, y tiempo después de
soportar tanto rechazo, se suicidó" desde ese momento he temido contar lo que
realmente siento.
Pasé por infinidad de batallas conmigo mismo, y poder decidir cómo
contárselo a mis padres, no quería terminar como mi hermano, ¿sabes lo que se
siente entrar a una habitación y ver a la única persona que te entendía, tirada en el
suelo en un charco de sangre?, ¿sabes que se siente no tener una persona en
quien confiar? Yo sí, es como no existir, es horrible.
Escuchaba a mi hermano llorar todas las noches en el baño en silencio para
que mis padres no lo escucharan, nunca me atreví a acercarme a él y decirle que
no llorara, fui cobarde. La primera y última vez que decidí hacerlo, fue ese maldito
día, como olvidarlo, viernes 09 de octubre del 2020, eran casi las 20:45 hrs, mi
padre y mi hermano habían discutido, como cada noche lo hacían, mi padre salió
a emborracharse como siempre, mi mamá se encerró en su cuarto haciendo como
si nada pasaba y mi hermano en el suyo, y fue ese momento cuando me arme de
valor y entré a consolarlo, no estaba, estaba en el baño, lo escuché gritar y llorar
fuerte, nunca lo había escuchado de esa manera, de repente todo se quedó en
silencio, toqué a la puerta, una y otra vez, no respondía, empujé con todas mis
fuerzas hasta que logré abrirla, y ahí estaba, tumbado en el piso con una navaja
en la mano y sus brazos llenas de sangre, le grité a mi madre, nunca llegó, no
sabía qué hacer, le tome de la mano, me recosté en su pecho, no escuchaba
latido alguno, le gritaba "no me dejes, te necesito", me levanté, tomé su teléfono y
llamé al 911, mi madre no sospechaba nada hasta que una ambulancia se detuvo
frente a nuestra casa, fue ahí cuando se dio cuenta de que algo pasaba, bajo a
abrir, después bajé yo y les dije que me ayudaran, mi mamá con lágrimas en los
ojos me preguntó "¿Qué está pasando Santiago?" no respondí a su pregunta, los
paramédicos rápido subieron al cuarto de mi hermano, lo subieron a la camilla, yo le tomaba su mano mientras le repetía que no me dejara, que tenía que estar
conmigo.
Llegando al hospital, solo estábamos el mejor amigo de mi hermano, yo
sabía que no era solo su mejor amigo; mi mejor amiga y yo. Veía pasar a mi
hermano en esa cama con los médicos haciendo lo posible, y yo le grité "estarás
bien, regresaremos a casa", a las 01:31 hrs su corazón dio su último latido, y mis
padres nunca llegaron.
Se le hizo un funeral en casa de su mejor amigo, o mejor dicho, de su
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El día que todo cambió
Teen FictionOcho capítulos, siete vidas diferentes, pero se conectan entre sí, en algún momento de la vida. Conoce la historia de Santiago y de las personas a su alrededor.