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Sunghoon pasó varios días en el hospital para revisiones constantes y sus diferentes análisis, para controlar que el cáncer no apareciera y el hígado se estuviera reconstruyendo normal. 

Jake estaba con él todo el día, se iba sólo para comer, para comprarle algún regalo tonto como flores, chocolates, o algún peluche, y también, cuando le tocaba su sesión de quimioterapia.

— ¿Sabes qué se cumplen hoy? — preguntó Jake un día, que a Sunghoon le pareció muy al azar.

— ¿Nuestro aniversario? — bromeó, porque en verdad no eran nada oficial.

— Casi — dijo Jake con una risa. — Hoy se cumplen tres meses desde que te conocí, Sunghoon.

Sunghoon sonrió.

— ¿En serio recuerdas la fecha?

Jake asintió con seguridad.

— Estabas asustado... Tenía que hacerte sentir mejor — dijo, y sonrió de forma tierna.

— Si que funciono, Jakey — dijo Sunghoon, tomó su manito para entrelazar sus dedos, sonriendo bonito.

Jake sonrió como tonto mientras miraba sus manos unidas, sus mejillas cada vez se pusieron más y más rosas y Sunghoon miró todo con una sonrisa boba también, le pareció hermoso y adorable.

— Sabes, Jakey... Lo único bueno que puedo sacar de esto, es que te conocí — dijo Sunghoon, los ojitos color avellana de Jake lo miraron con alegría y ensanchó su sonrisa aún más. — Eres en serio una persona maravillosa, el chico más bueno que he conocido, el más bonito... ¿Sabes que te pienso como "Mi chico bonito"?

Jake rió un poco.

— Es raro... Para mí eres "El lindo pingüino".

— ¿Por qué? — preguntó Sunghoon con gracia.

— Porque pareces un pingüino... Todo el tiempo, y es adorable y bonito y es que eres también tan tierno y... Cómo un pingüino, eres un pingüino — se encogió de hombros, es que no había más explicación que esa, pero era innegable su parecido.

— Okey... Es raro, no sé, no te comparo con algún animal, Jake.

— Soy un chachorro — dijo, y estiró sus gruesos labios hacia adelante, haciendo un beso.

Sunghoon rió.

— Eres el cachorro más lindo y besable del mundo — dijo el mayor.

— Sólo beso a mi pingüino — dijo, sonriendo.

— Este pingüino sólo besa a su cachorro.

Jake rió como un bebé porque el mayor había seguido su broma.

— Eres un pingüino fuerte y valiente, Sunghoonie — dijo. — ¿No has pensado que ya estás curado, nene?

Sunghoon negó.

— Es una idea muy lejana aún.

— Todas las pruebas salieron más que bien, Sunghoon, en cualquier momento te dan el alta — dijo

Jake con una sonrisa, estaba lleno de orgullo.

— ¿Y qué pasa después?

— Vienes a tener una pijamada conmigo — dijo, acunando su propio rostro.

— ¿Era en serio lo de la pijamada? — Jake asintió — Oh, suena bonito.

— Contigo todo es bonito.

— Te equivocas, chico bonito, contigo es bonito — replicó Sunghoon — ¿Tengo que llevar algo a nuestra pijamada?

— Condones.

— ¡Jake! — Sunghoon lo empujó y el otro comenzó a reir — ¡Sabes que no, tonto! ¡No juegues, idiota!

— Me estoy burlando de tus ganas, Sunghoon — Jake le mostró su lengua en gesto burlón.

— ¿Ganas de qué?

Jake se inclino hacia un costado y pasó una mano por su trasero, dándose una nalgada a sí mismo en un gesto burlón y provocativo.

— ¡Sim Jake! — Sunghoon estaba como un tomate, y lo que le siguió a eso fueron un montón de gritos agudos sin sentido y risas por parte del menor.

...

𓏲 ๋࣭   ࣪˖ 𝐂𝐡𝐞𝐦𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora