𝘃𝗶. Lágrimas

480 80 98
                                    

CAPÍTULO SEIS

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CAPÍTULO SEIS. . . !
llora conmigo, quizás tus lágrimas
y las mías se besen.

     Las manos de Yaze abrieron la ventana de la habitación del hospital dónde se encontraba, esperando a que Aki despertara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las manos de Yaze abrieron la ventana de la habitación del hospital dónde se encontraba, esperando a que Aki despertara. El viento golpeó su cara con suavidad, a pesar de que le provocó también un escalofrío por el cambio de temperatura.

Suspirando, asomó su cabeza por la misma ventana y observó el cielo azul. No había ni un sólo pájaro volando por éste, lo que le pareció sumamente raro. Quizás las aves se habían compadecido de Aki en aquel momento, y decidieron no piar ninguna de sus alegres melodías para respetar su dolor.

—Perdón por no haber venido antes a verte, Denji dijo que estabas bien —habló la fémina cuando escuchó detrás de ella unos quejidos—. He estado muy ocupada con la señorita Makima, quería que le hiciera informes sobre todos los tipos que maté el otro día.

—No pasa nada —murmuró él—. ¿Me acercas un cigarrillo?

Yaze suspiró ligeramente, antes de dar media vuelta y caminar hasta la mesita dónde estaba el paquete de tabaco de Aki. Frunció el ceño, dándose cuenta de que era una marca diferente a la que él solía fumar; aunque pronto se respondió a que, quizás, no quería comprar la misma marca que fumaba Himeno.

¿Acaso así los humanos demostraban dolor? ¿Alejándose de todo aquello que les recordaba a su sufrimiento?

—¿Qué tal estás? —preguntó ella poniendo el cigarrillo en los labios de Aki, para ahora prendérselo cómo siempre solía hacer: con una llama que hacía emerger de su dedo índice.

—Sólo Kobeni sigue en la cuarta sección —ignoró él la pregunta, fumando—. Los demás están muertos o han renunciado.

—No te he preguntado eso. —rechistó.

—Estoy bien —farfulló Aki—. Aunque todos digan que necesito descansar, ya estoy recuperado.

—Tampoco te he preguntado eso —el pelinegro se dignó a mirarla—. Los humanos sois frágiles, y os derrumbáis cuando perdéis a un ser querido. Himeno era un ser querido para ti —se sentó en la silla al lado de Aki—. Te preguntaba qué tal estás por la falta de tu amiga.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 26, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐂𝐄𝐍𝐈𝐙𝐀𝐒 ━━ Hayakawa AkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora