Capítulo 7: Grietas.

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Cuando me dirigía de vuelta a casa, recibí una llamada de Minju y tras un momento de vacilación, decidí contestar. Hasta ese momento, no había dimensionado las consecuencias de haberle contado toda la verdad a Hyori, pero ya era demasiado tarde para lamentarlo. Minju sonaba furiosa y apenas podía entender lo que decía. Colgué la llamada porque entré en pánico y le dejé un mensaje confirmando que iría a visitarla esa noche.

Al llegar, la encontré ordenando lo que quedaba de la habitación. El lugar lucía como si hubiera sido azotado por un huracán. Al menos, Hyori no se encontraba en ese momento, pero Minju se veía aún más intimidante que su compañera. Intenté explicarle lo que había ocurrido, pero ni siquiera me miraba a los ojos. Seguía empacando como si no estuviera ahí. Hubiera seguido ignorándome de no haber intentado ayudarla a guardar sus cosas. Cuando recogí un libro del suelo, lo arrancó de mis manos y me miró por primera vez desde que había llegado. Sus ojos estaban cargados de ira, pero parecía herida más que nada. Sentía que había traicionado su confianza.

-Te pedí que guardaras la noticia por tan solo una semana. Conseguí un dormitorio a mitad de precio y estaba planeando mudarme mañana. Si tan solo hubieras esperado un día más, nada de esto habría ocurrido.

-Lo sé y me siento terrible. No tenía planeado decírselo nunca, esperaba que tú lo hicieras. Pero ayer se puso agresiva, no paraba de insultarme y no me contuve.

-Porque decidiste deliberadamente no hacerlo. Tal vez no hayamos convivido tanto tiempo, pero te conozco, Adrian. Eres una de las personas más tranquilas que he conocido. Es por eso que me extraña tu actitud.

-No te pediré que me entiendas, pero tuve mis razones. Tampoco estoy tratando de justificarme, solo quiero dejar esto en claro. Jamás tuve la intención de herirte, mucho menos ponerte en peligro. Pero en ese momento, no pensé en las consecuencias.

-Exacto. Por no haberlo pensado bien, Hyori llegó y empezó a tirar mis cosas por toda la habitación. Por fortuna, en ese momento estaba cenando con Daejun. De haberme encontrado aquí, quien sabe que podría haberme hecho.

-Entonces, ¿aún no te has encontrado con ella?

-No, llegué tarde y encontré este desastre, pero ella ya se había ido. Al principio, pensé que alguien entró a robarnos. Pero luego revisé mi kakao y encontré un extenso párrafo repleto de insultos que Hyori me había enviado.

-En ese caso, no puedes pasar la noche aquí. No sabemos si va a regresar.

-Lo sé, tendré que mudarme esta noche. Ya hablé con el encargado del edificio y puedo llevar mis cosas ahora mismo. Así que ayúdame a guardar todo esto para que pueda ir a dormir. Estoy exhausta.

Traté de moverme con la mayor diligencia posible y una hora después, nos dirigimos al nuevo departamento para hacer el traslado. Minju no tenía demasiadas cosas, así que la carga fue ligera. Cuando dejé sus pertenencias en la habitación, se preparó para despedirme, pero no podía irme sin antes resolver nuestro conflicto.

-Minju, de verdad que lo siento mucho. Lo repetiré las veces que hagan falta. No quiero que esto afecte nuestra amistad. ¿Crees que podrías perdonarme?

-Sabes que sí, pero no esta noche. Sigo demasiado enojada como para dejarlo pasar tan rápido. Dame tiempo y luego hablaremos.

Pasaron tres días para que todo volviera a la normalidad. Daejun fue crucial para que nos arregláramos, pues no podía soportar la incomodidad entre nosotros y terminó obligándonos a hacer las paces. Además, era época de exámenes y no podíamos permitirnos tener la mente dispersa debido a discusiones. Hyori intentó acercarse a Minju para confrontarla, pero nos aseguramos de estar siempre con ella y al cabo de un tiempo, dejó de molestarnos.

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