Mi malvada madrastra

enemiga

-cuando creía que todo era ya malo se había vuelto mucho peor, mi madrastra era de verdad malvada, cuando estaba con papá ella era todo un angelito, pero cuando estábamos a solas era de verdad un demonio, ella se burlaba de mi bajo peso, me humillaba, buscaba cualquier defecto en mi y lo engrandecía, incluso me hacia maldades disfrazadas de "bromas inocentes" era más infantil que yo.

-pero lo peor era que mi propio padre no me defendía, para ella elizabeth era una religión, su salvadora, la única mujer en su vida, y si yo daba la más mínima queja sobre ella el me pegaba, tenía a dos demonios en mi propia casa, estaba lista para morir en ese instante de hambre, todo para alejarme de ese par de monstruos y reunirme con la única mujer que siempre me amo.

-pero todo fue aún peor...

–mocosa ven aquí...

-entrando a la cocina–¿que?

–¿que no te enseñaron a contestar bien? Se dice mandé, escuincla mal educada.

–Ash, mande

–y con buen tono ingrata, cómo sea, hace tiempo quería hablar contigo de algo...

–si es sobre lo fea que soy ya lose, no me interesa nada de lo que me digas...

–escuchame bien taradita, no voy a seguir tolerando tus faltas, ya deberías saber lo mucho que te odio.

–lose, pero no me importa, y si solo me querías insultar ya me voy-en eso siento como me toma la muñeca con fuerza–¡Ahh!

–te quedas y me escuchas, la verdad esque odio tu fea cara, te pareces tanto a la zorra de tu madre.

–¡CON MI MADRE NO TE METAS!

-dandole una fuerte bofetada–me hablas con respeto estúpida, si ya de por sí es un horror mirarte hay algo que tolero aún menos... Y es esa maldita apariencia calaverica tuya, tu padre si que es un irresponsable por dejar que llegarás hasta este punto sin recibir atención médica-tomando si rostro-

–¿y que? A mí me da igual yo solo quiero morir...

–¿Morir? Jaja, vaya que eres una estúpida, ¿pero no puedes sabes porque? Porque tengo un deseo contigo

–¿De que mierda hablas?

–Solo yo uso ese lenguaje, mocosa mala hablada, y ya deja de hablar que me irrita tu voz-sacando un pastel de la nevera-voy a ayudarte a recuperar tu antigua figura mocosa, no me gusta verte así...

–de ninguna manera, yo no quiero ni voy a comer nada, me da asco...

–no te estoy preguntando tarada-tomando tu cara–are que vuelvas ganar peso, porque deseo algo contigo, a pesar de que eres una fastidiosa hace meses que tengo una sucia fantasía~

–¿Que?... estás loca que aras...

–si quizás esté loca, ¿pero y que más da? nadie detendrá lo que are contigo~ tu padre te odia y yo me aprovecho de eso~

–sea lo que sea no te voy a seguir el juego, ad-

-antes de que dijera nada sentí como ella tomo mi cuerpo y me sentó a la silla, lo siguiente que supe esque ella me ato con fuerza, y como no tenía tanto peso me fue imposible safarme de su agarre-

–jaja, eres tan débil, ¿vez lo que perder peso te hizo? Las chicas esqueleto me dan asco, me enferman... son un mal que se debe acabar, en cambio...-tomando una rebanada de pastel- las chicas gordas son sabrosas y carnosas, escúchame maldita mocosa, no tolerare un día más verte en ese tétrico estado, yo are que vuelvas a ganar carne~

–estas enferma, déjame ir...

–no, aquí la enferma es otra, y yo acabaré con eso

-queria gritar y salirme de allí pero lo próximo que sentí fue esa asquerosa rebanada de pastel tocar mi boca, quería sacarla de mi pero ella era más fuerte que yo, quizá cerrar mis labios pero era inútil, ella apretó con fuerza mis cachetes y me hizo comer, mi primera comida en meses.

-la mire con odio cuando termine la primera rebanada, pero eso la parecía alegrar, verme humillada la exitaba, le grite mil insultos pero de nada sirvió, la loca me puso otra rebanada en la boca.

-llevaba solo dos rebanadas y me sentía súper llena, era horrible comer para mí, sentía que mi panza dolía, o quizás era mi imaginación.

-queria vomitar, pero por alguna razón no podía, sentir esa tercera rebanada me hizo perder la cabeza, estaba enojada y lo quería expresar pero no podía.

-no entendí cuánto tiempo había pasado desde que esa loca me estaba obligando a comer solo recuerdo cerrar mis ojos y suplicar con todo mi ser que esta tortura acabará, cuando la ví reírse a carcajadas abrí mis ojos y mire con horror la bandeja en la mesa, dónde había un pastel completo ahora solo había migajas, no lo podía creer, ¿En verdad me acabe un pastel entero yo sola?

–t-te odio... BURP...

–¿pero porque? Te salve de morir maldita, solo mirate, eres un jodido esqueleto, un día más y fijo que ibas a morir.

–ojala fuera así... mi vida es una mierda... mamá murió y ahora estás tu en su lugar...

–hay si, si que flojera, mejor ya cállate que me irritan tus problemas

–me duele el estómago... c-creo que voy a vomitar...

–ja no lo creo, tu cuerpo anela esa comida, no creo que vaya a desperdiciar su única fuente de alimento en mucho tiempo-tocando su vientre medio hinchado–de momento es pequeño, pero con mi ayuda se ara aún más grande, te dejare súper gorda como un puto cerdo, tal y como me gusta-besando su vientre-

–BURP, estás loca...

–como sea cerdita, este solo fue el comienzo-desatandote–vuelve a ti cuarto ya acabe, ¿y como me enteré de que vomitaste te are comer dos pasteles oíste?

-asiento con miedo-

–largate maldito esqueleto

-con miedo corrí a mi cuarto a encerrarme, estaba traumada, no podía creer lo que ella me había hecho, me mire al espejo y Vi mi vientre hinchado, al verme así me mortifique, aunque quería vomitar el miedo de las palabras de Elizabeth me hicieron paralizar, solo me acosté en mi cama y abrase mi vientre con pánico, mientras lloraba a mares.