Capitulo 14.

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Capitulo 14.

Abrí mis ojos bruscamente al sentir un beso en mi mejilla.
Mi respiración se aceleró de inmediato ante los recuerdos que se paseaban por mi cabeza, alterando mis organismos.

Camila: Shh.. tranquila.

Me abrazó, acariciando mi pecho para calmarme un poco.
Cerré mis ojos con fuerza e intenté que mi respiración volviera a la normalidad.

Camila: ¿Qué pasó, Lauren?.

La miré, buscando tranquilidad en su rostro, lo que sirvió hasta cierto punto, pues la calma no llegaba por completo a mi cuerpo.
Y estaba asustada de que no pudiera sacar todos los recuerdos de mi mente.

-Mi.. mi madre siempre me despertaba con un beso en la mejilla y creí que.. yo.. creí que..

Sollocé y cubrí mi boca, evitando que se me escapara otro.
No quise llorar, así que miré hacia arriba, intentando que las lagrimas que se me asomaban desaparecieran.

Camila: Lo siento, mi amor. -sujetó mi cabeza y la situó en su hombro, acariciando mi brazo con cuidado.- Lo siento mucho..

Asentí y mordí mi labio, respirando ya mas calmada.

-Yo.. perdón.

Escondí mi cabeza entre su cuello y aspiré su aroma, sintiéndome estúpida por ser afectada por una simple pesadilla.
Suspiré y besé su cuello, sin alejarme de su cuerpo.

-Taylor.. Taylor debe tener hambre.

Camila: Ya le di su leche y su comida. No te preocupes, mi amor.

-Gracias..

Suspiré y rápidamente sus labios chocaron con los míos.
El beso tomó ritmo y profundidad, logrando que perdiera un poco la noción del tiempo y de lo que sucedía.

Saqué toda su ropa sin siquiera darme cuenta, y era tan confuso que una simple chica como ella me hiciera perder hasta el control de mis actos.
Repartí una infinidad de besos por todo su cuerpo, acompañados de mis caricias, estas últimas lograban que su cuerpo temblara, quizás porque le daba cosquillas.
Escuché tres fuertes golpes en puerta principal los que me hicieron saltar de la cama.

Camila: ¿Sabes quién es?.

-No.. -dije asustada de que fuera su padre.- Vístete, ¿si?. -saqué un arma de su mesa de noche y vi si esta tenía balas.- No salgas del cuarto hasta que yo te lo diga, ¿De acuerdo?.

Camila: Lauren..

-¿De acuerdo, Camila?.

Ella asintió mientras se colocaba su sujetador y su camisa.
Respiré profundo y salí del cuarto, yendo al de Taylor para solo cerrar la puerta e ir a la primera planta.
Sujeté con fuerza el arma y abrí la puerta, encontrando a la última persona que pensé que vendría.

-¿Y tú qué haces aquí?.

Keana: Fueron a mi maldita casa preguntando por ti, Lauren.

Entró sin siquiera pedir permiso y se quedó en medio de la sala con sus brazos cruzados, mirándome con el ceño fruncido.

-No deberías estar aquí. Vete. Ahora.

Keana: Él no se va a entregar, ¿Es que no lo entiendes?. -me gritó.- Va a matarte si no le devuelves a su hija.

-Vete.

Keana: Lauren, sabes que te amo. -se acercó.- No estoy aquí para juzgarte. Solo quiero protegerte.

-Tu no me amas, no sigas con eso. Vete, Keana.

Escuché los pasos de Camila bajar por la escalera y suspiré con frustración ante la terquedad y desobediencia de Camila.
Ella con timidez se acercó a nosotras y tomó mi mano. Camila estaba temblando, supongo que asustada.

Camila: ¿Quién eres?.

Keana me miró enojada a penas Camila tomó mi mano. Sabía que estaba celosa, pero ya no tenía motivos para estarlo.

Keana: Soy Keana, su ex y la que le está cuidando la maldita espalda.

-Ya vete.

Keana: Así que ahora te coges a la chica que ibas a matar, ¿no?.

-Cállate y vete. Ahora.

Keana: No hasta que me expliques qué demonios pasa con esta imbécil.

-¡No la trates así!. -le grité, para luego mirar a Camila.- Ve a la habitación, ¿Si?.

Ella asintió insegura y me besó cortamente, acariciando mi mejilla. Soltando mi mano y yendo hacia las escaleras, supongo que obedeciéndome.

Keana: Esto es increíble.. -rió sarcástica.- Primero, no la matas como se suponía que harías, y segundo, ¡Te acuestas con ella!. -me gritó.- ¿Que pasa por tu cabeza?. El plan estaba perfectamente planeado.

-El plan se esfumó a penas la vi, Keana.

Keana: ¿Estás enamorada de ella?.

-Ay, ya vete de una vez. -apunté la puerta.- Tu y yo, ya no somos nada, te lo he dicho muchísimas veces desde que terminamos.

Keana: Te amo, Lauren. ¿Es que aún no te das cuenta a pesar de todo lo que he hecho por ti?. Te amo.

-Basta. Es mejor que te vayas.

Sin darme cuenta, sus labios ya estaban sobre los míos, besándome a la fuerza. El problema fue que tal cosa me tomó por completa sorpresa por lo cual ni siquiera pude reaccionar de inmediato, quedándome estática, sin mover ni un dedo.

Cuando noté lo que realmente estaba pasando, no me dio opción y solo llevé el arma, que aún seguía en mi mano, a su cien, cargándola.
Ella, paralizada, se alejó con sus ojos bien abiertos, sorprendida por mi osadía.

-Lárgate de aquí.

Keana: Que bajo has caído, mi amor. -me dijo caminando lentamente hacia la puerta, sin despegar la mirada del arma.- Me das lástima ahora, ¿Sabes por qué?. Porque de la forma que sea, hagas lo que hagas, terminarás muerta.

Sin decir más salió de la casa, dejándome pendiente por si volvía a entrar o hacer algo. Cuando sentí el auto arrancar bajé el arma, ya sintiéndome más calmada al ya no tenerla cerca.

Miré hacia el suelo y respiré profundo, sintiendo como mi mente daba vueltas alrededor de sus palabras, y es que ella tenía razón. Yo iba a terminar muerta de igual manera pase lo que pase, moriría de igual manera.
Pero solo había una pequeñita, muy pequeñita, posibilidad de vivir, y era dejar a Camila e irme con Taylor lo más lejos posible de Miami donde nadie me encontrase ni hasta por casualidad. Quizás por esos lugares donde no interesa quién eres, como por ejemplo, Japón, todos son iguales, quién se ca a fijar en nosotras. No importaba a dónde, la idea era irme lejos de Miami, lejos de esta vida que ponía a Taylor en peligro.

Six Stars. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora