Capitulo 15.

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Capitulo 15.

Dejé el arma en la cocina y caminé por la escalera a la segunda planta, inmediatamente entrando a la habitación de Camila.
Ella estaba acostada en la cama dándome la espalda, abrazándose a si misma con fuerza.

-Camila..

Me acerqué a ella y me senté en la esquina de la cama, tocando ligeramente su pierna para que me mirara.
Ella se sentó y al fin me miró.
Las lagrimas caían por sus sonrojadas mejillas, hasta su barbilla. Su quijada estaba apretada, indicándome que el enojo la estaba manejando.

-Camz..

De un segundo a otro sentí mi mejilla arder intensamente, haciéndome notar que me había dado una bofetada con una fuerza increíble.
La miré con el ceño fruncido, sin creer lo que acababa de hacer.

Camila: ¡Te vi, Lauren!. -me gritó.- Vi como se besaban.

-Camila, no es lo que crees.

Camila: ¡No soy estúpida!.

-Ella me besó, Camz. Yo..

Camila: Sal de aquí, por favor. Déjame sola. -yo negué con mi cabeza.- ¡Déjame sola!.

-Puedo explicártelo, de verdad.

Ella negó con su cabeza y se volvió a acostar, ya sin querer mirarme.
Acaricié su cintura ligeramente y suspiré, levantándome de la cama y saliendo de su habitación, ya resignada con la situación.
Fui a mi habitación, para solo ver si mi pequeña hermana continuaba durmiendo.

Cuando me aseguré de que así era, cerré la puerta y bajé para preparar la cena.
Cogí el arma que había dejado allí, y la guardé en mi bolsillo trasero para que no me ocupara espacio mientras me colocaba a cocinar.

No quería gastar mucho tiempo en la cena, por lo que solo busqué una caja de macarrones con queso y los calenté en el microondas, teniendo la cena en tan solo cinco minutos.
Puse gran cantidad en un plato y subí a la segunda planta con la esperanza de que esta vez Camila hablara conmigo o al menos me escuchara para poder explicarle lo sucedido, pero como ella era tan terca, dudaba que aceptara.

Toqué la puerta porque esta ahora estaba cerrada con seguro. Podría abrirla sin problema con el juego de llaves que tenía, pero no quería invadir su privacidad, ahora mucho menos porque estaba enojada.
Volví a golpear la puerta, y cuando nuevamente no me abrió, solo me senté en el suelo con mi espalda contra la puerta, dejando el plato con macarrones a un lado.

-Camila, abre por favor. -volví a golpear la puerta.- Camz, amor.

Camila: ¡Te besó!. -gritó.- Y ni siquiera fuiste capaz de detenerla. Eres.. eres una.. ugh, ¡Te odio!.

-Camila, no lo correspondí. Créeme por favor. Ábreme la puerta.

Camila: No, cállate y vete.

-Te traje la cena, ábreme. Necesitamos hablar.

Camila: Lo estamos haciendo.

-Al menos solo ábreme para darte la cena.

Camila: No tengo hambre.

Suspiré y me levanté, yendo a mi habitación para buscar las llaves de la otra habitación. Ahora me daba igual su maldita privacidad. Ella iba a escucharme le gustara o no.
Volví a la habitación y la abrí rápidamente, encontrando a una hermosa Camila sentada en la cama, mirándome fijamente.

Camila: Hablamos de nuestras vidas, nos sinceramos. ¿Y no se te ocurrió hablarme de tu ex novia?.

-Como si tu no tuvieras una. O uno.

Camila: ¡Es que no lo tengo, estúpida!.

Apreté mi quijada con fuerza y me volví a coger el plato de macarrones, y se lo coloqué en la mesa de noche.
Odiaba con todas mis fuerzas que me llamara de esa forma, y ella lo sabía a la perfección.

Camila: Nunca he tenido un novio en mi vida, ni mucho menos una novia. -dijo enojada.- Por esa razón no te hablé de eso. En cambio tú debiste decírmelo antes de que ella misma me lo dijera.

-¿Y yo como iba a saber que esa idiota iba a venir y a besarme?.

Camila: Ya.. -miró al suelo.- Ya vete.

-Camila, sabes que estamos discutiendo por una estupidez.

Camila: La besaste, Lauren.

-Que no fue así. Ella me besó a mi, y simplemente no me moví.

Camila: ¡Te dejaste besar, estúpida!.

-Basta.

Dije antes de voltearme y salir de la habitación, cerrando la puerta tras de mi con fuerza.
Fui a mi habitación y miré a Taylor, la que se había despertado y ahora estaba jugando con sus pies, con una preciosa sonrisa en su rostro.

Caminé hacia ella y la cargué, logrando que riera y aplaudiera con entusiasmo.
Mi pequeña hermana me abrazó por el cuello y me babeó todo esa zona.

-Taylor, que asco. -ella volvió a reír y comenzó a jugar con mi cabello, tirándolo un poco.- Vamos a bañarte, ¿si?, porque ya estás apestando otra vez.

Ella alzó sus brazos y comenzó a moverse con brusquedad, ansiosa por alguna razón.
La dejé en la cama y comencé a sacar de a poco y con cuidado su ropa, mientras ella jugaba con sus dedos, a metérselos a la boca y a tirarlos un poco.

La cargué cuando ya la tuve desnuda y la llevé al baño, sentándome en el escusado con ella sobre mi regazo, llenando un poco la bañera con agua tibia.

Media hora después Taylor yacía ya bañada y durmiendo en la cama mientras abrazaba su oso de peluche.
Por mi parte solo bajé a la primera planta y busqué algo para beber, lo que consistió en una gran botella de whisky.

Cogí un vaso y unos hielos, yéndome al sofá para beber tranquilamente sin ninguna molestia. Solo bebí sin siquiera medir consecuencias, porque había olvidado que tenía un arma en mi bolsillo trasero.

Six Stars. «Camren»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora