❥Addicted To You {Touya Todoroki x Fem reader}

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- ¡Espera! -Dijiste causando que detuviera sus pasos y se diera vuelta nuevamente.-¿Cómo... puedo agradecerte? - soltaste, eras una mujer justa y agradecida, tenías que darle algo a cambio cómo agradecimiento.

Aquello le provocó una leve sonrisa al hombre, más no podías verlo adecuadamente por la oscuridad del lugar, la lluvia ya se había detenido.- Solo vete a tu hogar y aprende a defenderte. -finalizó, no perdería el tiempo con una niña-.

- Insisto, déjame invitarte un café o algo de comer. -Volviste a decir.

- ...Bien. -Fue hacia tu paraguas y lo tomo para luego devolvértelo, al parecer la palabra comida lo había hecho cambiar de idea, hace tiempo no comía algo casero por las circunstancias en la que se encontraba...

Lo miraste notando que traía puesto un cubre boca, solo podías ver un poco sé su cabello azabache por la capucha, y sus ojos azules, los cuales brillaban de una manera hermosa en la oscuridad, pero a la vez te hicieron tragar en seco, daba la sensación de que podían ver a través de tu alma. Rápidamente, tomaste tu paraguas y desviaste la mirada.- sígueme. -dijiste y avanzaste saliendo del callejón para dirigirte a tu hogar, no sin antes mirar nuevamente aquello que antes era el hombre que intentó abusar de ti con sus amigos. El hombre de los ojos azules solo te siguió.

- ¿Por qué estabas por estas calles tan tarde y sola? -Preguntó repentinamente sacándote de tus pensamientos, aún tu mente maquinaba muchas cosas sobre lo que había ocurrido.

Suspiraste.- Mi auto se averió, no sé como si cuando fui al trabajo estaba en buen estado, y no pude llamar a nadie porque no había señal a causa del clima, entonces decidí ir a casa a pie...

- Ya veo. -Musito él antes de que dieran el último giro a la cuadra llegando a tu casa, la miró con curiosidad, no era una pequeña y tampoco tan grande, era perfecta y se veía totalmente acogedora, pero no lo diría.

Abriste la entrada y luego fuiste a la puerta, realizaste la contraseña para abrir la mencionada, no te preocupaste por que ese hombre viera la contraseña, ya que los números cambiaban de lugar cada cierto tiempo. Ingresaron a la casa, el pelinegro miraba absolutamente todo como si ya lo conociera, aunque nunca había estado allí, en ningún momento planeó en quitarse él cubrebocas o la capucha dándote un poco de intriga, ¿cómo se vería?
Repentinamente, esté te miro fijamente.- ... -quedaste confundida por ello hasta notar la razón de su mirada, cubriste rápidamente tu pecho con tus manos, habías olvidado completamente que gracias a los depravados de hace rato tu camisa estaba hecha mierda y mostraba demás.- ¡No mires! -dijiste intentando no sonrojarte tanto por la vergüenza, lograste oír una leve risa de su parte, pero obedeció y volteó. Rápidamente, fuiste a cambiarte y volviste en un santiamén con una ropa distinta y más cómoda, tu mirada fue dirigida a aquel pelinegro el cual se había sentado en el sofá, no se quitaba la capucha ni él cubrebocas aún, ¿ocultaba algo...?

Negaste con la cabeza en cuanto se te vino la idea de que se trataba de alguien con malas intenciones, claro que no, él te había ayudado...-
Prepararé la cena, no tardó. -le hiciste saber y fuiste a la cocina sacando los respectivos ingredientes que necesitarías para cocinar, prepararías ramen casero, con la antigua receta de tu madre la cual te encantaba, recordabas las veces en las que lo preparaba cuando eras pequeña, siempre lo hacía cuando llovía o cuando el clima era frío, lo cual lo hacía aún más delicioso, una sonrisa se hizo presente en tus labios al recordar los buenos momentos que tuviste en tu infancia junto a tus padres, eso llegó a durar ocho años... hasta lo de aquel accidente... tu sonrisa se esfumó ante aquel recuerdo, gritos desgarradores, fuego por doquier del cual no podías observar lo que sucedía y el humo que era causado por eso mismo te impedía respirar, de un minuto a otro oíste un ruido fuerte haciendo que el coche se moviera bruscamente, y viste un líquido rojo brotar de la cabeza de tu madre, e igualmente de la de tu padre, no pudiste reaccionar cundo tu visión se volvió borrosa y caíste totalmente inconsciente. Soltaste un suspiro y te diste cuenta de que el ramen ya estaba listo, serviste aquello en dos tazones y fuiste a donde el chico.

- Listo, buen provecho... -Soltaste poniendo los tazones con el alimento en la pequeña mesa frente a él y te sentaste a un lado alejado.

Él se quedó observando el ramen por un rato hasta tomarlo junto a los palillos y voltearse para comer, al parecer verdaderamente no quería que vieras su rostro, aquello te dio mucha más curiosidad por cómo se vería, pero decidiste dejarlo comer antes de preguntar. Al parecer estaba disfrutando de la comida, sonreíste leve ante ello y te pusiste a comer de igual manera.

- Gracias por la comida. -Musito dejando el tazón completamente vacío en la mesa, estaba dispuesto a irse, pero sentía la necesidad de hacerte una pregunta- ¿Cómo... Te llamas? -soltó con seriedad.

- ¿Mh?, (...), (...) Park... ¿por qué no dejas de cubrirte el rostro? --Dijiste tomándolo por sorpresa en cuanto preguntaste eso.

- Porque... te asustarías. -Finaliza antes de levantarse del sofá.

- Claro que no, no me asustaré, hey! ¿Ya te vas? -preguntaste levantándote del sofá de igual manera.

- Si te asustaras, y si, ya me voy, después de todo solo era invitarme algo como agradecimiento, ¿verdad? -se detuvo al decir eso.

- ¡Que no me voy a asustar!, ¿tienes alguna herida en la cara acaso? Soy doctora, créeme que vi cosas peores. -dijiste, no podías con tal curiosidad.

- ... -Oíste un suspiro de su parte y se quitó aquello que le cubría el rostro dejándote sorprendida, era ese villano que había salido en la televisión por un robo a una joyería junto a la liga de villanos, era parte de ella eso era seguro. Al ver que no reaccionabas rió bajo. - ¿ves? Dije que me temerías. -volvió a avanzar el paso hacia la puerta.- Más vale que no le digas a nadie lo sucedido.

- ... ¿por qué...me salvaste? -esa fue la pregunta que logró escapar de tu boca, ¿por qué un villano te había salvado?

Escuchaste una risa burlesca de su parte. - Puede que sea un cabrón, pero jamás haría lo que aquellos idiotas trataron de hacer contigo, además no podía quedarme mirando. -Finalizó antes de irse.