41| La enfermera. El viaje parte 6

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Llegamos al hotel y estaba todo el equipo de fútbol esperándonos en la puerta para poder recibir a Logan y darle un fuerte abrazo.

Una vez que ya todos lo habían saludado, Thomas y yo decidimos llevarlo a su habitación para que se acueste en su cama y haga reposo absoluto como lo había exigido el médico.

El rubio protesta un poco porque es una persona muy inquieta y detesta tener que pasar tanto tiempo acostado, pero tendrá que respetarlo porque no podrá volver a los entrenamientos con normalidad.

Una vez que Logan ya está en su cama, voy hasta mi habitación, agarró mi billetera y me voy a comprar el medicamento que nos había dado el doctor para él, era un antiinflamatorio.

Recorriendo la ciudad encontré una casa de juegos y he decidido compra un maso de cartas y unos dados para poder hacer que el reposo de Logan sea más llevadero. Sonrío al ver los juegos en mis manos, se que le gustarán.

Vuelvo al hotel a toda prisa porque hace demasiado calor y el clima está insoportable en la calle, además de que tengo que llevarle el medicamento al chico lesionado.

Voy a su habitación y escucho gritos provenientes del interior.

—¡Te he dicho que te quedes ahí! —ordena Thomas.

—¡Es que me aburro!— se queja el rubio, parece un nene de cinco años que no sabe respetar un reposo.

Toco la puerta.

—Ahi llegó, espero que a ella si le hagas caso— es lo último que escucho antes de que la puerta de abra y Thomas me reciba con cara de cansancio— Quiere levantarse y salir a caminar —suspira con frustración— Fíjate si a ti te hace caso, me iré a la habitación de Max.

Dicho esto desaparece de mi vista y yo entro a la habitación. Cierro la puerta detrás de mi espalda y me dirijo al lado de Logan.

—Me contaron que te estás portando mal —comento, sentandome en la cama.

—Hola —sonrie— estoy aburrido.

—Traje la solución —le enseñó la bolsa que tengo en mis mano.

—¿Una bolsa de farmacia? —pregunta con confusión.

—No, o sea si, pero eso no es lo que te va a sacar el aburrimiento —la abro— primero tenemos el medicamento que debes tomar cada ocho horas. Ahora te tomarás uno y yo me pondré una alarma en el celular para recordarnos cuando tenés que tomar el siguiente.

Le doy la pastilla junto con un vaso de agua y se la toma rápidamente. Me mira con emoción al ver que en la bolsa aún hay algo.

Saco el mazo de cartas junto los dados y sus ojitos se iluminan, como si tuviera el tesoro más preciado frente a su cara.

—¡Dime por favor que sabes jugar al truco!— menciona con emocion. Asiento con la cabeza y comienza a festejar como un niño pequeño —¡VAMOS A JUGAR! —menciona con una sonrisa.

—Empieza a mezclar las cartas que yo te traeré el hielo para esa pierna —el asiente y comienza a hacer lo que le pedí. Busco el hielo en la pequeña heladera que hay en la habitación y se lo llevó envuelto en una toalla para que el frío no choque directo con su tobillo. Se lo pone y comenzamos a jugar.

El truco es un juego de cartas que se puede jugar de a dos, de a cuatro y hasta de a seis.
Consta de tres manos en donde debes ganar dos para consagrarte el ganador de esa partida.

Es un juego en donde debes mentir y engañar a la otra persona pero también debes tener buenas cartas para poder ganarle a las de tu contrincante.

Es uno de mis juegos favoritos.

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