51| Un final para un nuevo comienzo

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Han pasado tres meses desde la última vez que les actualicé mi vida.

Estamos a 16 de diciembre, hoy es nuestra graduación, hemos terminado el instituto.

Tengo muchas emociones encontradas. Siento como un gran vacío en mi pecho porque aún no puedo creer que una de las etapas más lindas de mi vida se está acabando.

Pensar que cuando estaba en mi anterior instituto esperaba con ansias el momento de terminar las clases y no ver más a esos compañeros que me trataban tan mal y hacían que mis días allí sean un maldito infierno.

¿Se acuerdan cuando me echaron y me negaba a empezar en un nuevo instituto por miedo a que me vuelva a suceder lo mismo y mis padres me obligaron a ir?

Hoy en día estoy agradecida de que no me hayan escuchado y de que me hayan mandado al nuevo instituto, porque gracias a ellos conocí a mis mejores amigos:

Zoey, una chica loca, malhumorada casi todo el tiempo pero con un corazón de oro y un gran amor para dar. Ella es la primera que me habló cuando llegué al instituto y estuvo a mi lado desde ese momento.

Max, un chico también medio loco, pero el mejor haciendo chistes y levantándome el ánimo cuando más lo necesito. Amante de la moda y gran fanático de la ropa Wilson.

Thomas, el mejor amigo de mi novio y un gran jugador de fútbol. Tiene un amor incondicional hacia las personas que lo rodean y es ese típico amigo de fierro que sabes que si lo necesitas él va a estar allí a la hora y día que sea.

Y por último pero no menos importante...

Logan, el chico más hermoso del instituto y mi novio. Él ha pasado muchas situaciones difíciles a lo largo de toda su vida y ha podido superar cada una de ellas, porque es una de las personas más fuertes y auténticas que conozco. Tiene un corazón hermoso y es el capitán del equipo de fútbol, ya que destaca tanto en su juego como también en su liderazgo y compañerismo.

Ahora me encuentro frente al espejo de mi habitación, con el uniforme del instituto puesto para la ceremonia de entrega de diplomas. Es la última vez que lo usaré y eso me genera mucha nostalgia. Siempre fui de las típicas chicas que se quejaban de utilizarlo porque no me quedaba para nada lindo, pero también debo admitir que me salvó mucho a la hora de tener que elegir algo para ponerme, ya que debía usarlo todos los días y no tenía que pensar cada mañana un look distinto.

Mi madre entra en mi habitación

—Mi pequeña ya no es más pequeña —dice con sus ojos llorosos y un tono de nostalgia— Que grande que estás.

—Lo se. El tiempo pasa volando —me sentí una vieja diciendo esa frase, pero es la verdad. Parece como si hubiera sido ayer que entré al instituto.

—Te ves tan hermosa.

—Es solo el uniforme —digo con obviedad— ¿Que hora es?

—Ah cierto, yo venía para eso —dice de golpe— ya debemos irnos.

Me di un último vistazo en el espejo de mi cuarto y bajé al living dónde estaba mi padre esperando para poder irnos al colegio ya que allí sería la ceremonia.

Él también me dijo que me veía hermosa y que yo ya estaba muy grande pero que igual iba a seguir siendo su pequeña sin importar la edad que tenga.

Nos subimos al coche y nos fuimos para el insti.

Cuando llegamos me encontré con mis amigos en la puerta y nos saludamos con mucha emoción pero algo desanimados porque está iba a ser la última vez que estaríamos todos juntos aquí adentro.

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