Así sucedía todos los sábados, yo bajaba las escaleras con apuro, porque sabía que Hyun seguro ya estaba abajo, desayunando en la larga vacía y aburrida mesa del comedor, mientras que yo iría a rogarle a las cocineras que me dejaran llevarle el café para así poder sorprenderlo y saludarlo.Pero hoy había un extraño y particular olor a tostadas quemadas, y hacía falta ese característico aroma a café que me daba emoción.
Bajé las escaleras confundido y corrí a la cocina. Allí estaban las cocineras, ellas se miraban entre sí con tristeza, algunas lloraban. Me miraron al simultáneo con sorpresa, como si no esperaran mi presencia.
—¿Qué pasó?—Ninguna fue capaz de responderme.
Cruce el umbral que daba al comedor, las vajillas sobre su sitio estaban puestas, pero Hyunjin no estaba.
Repentinamente el silencio se presentó en mi cabeza, pero el ruido se hizo fuerte, escuche las sirenas de la ambulancia muy cerca, explotándome los tímpanos.Camine con miedo hacia afuera.
No...
No...no, no, no ¡No!La respiración se me trabó en la garganta y los oídos se me taparon en una fracción de segundo.
No podía respirar pero respiraba con desespero, no escuchaba nada pero todo me aturdía.No hay sensación que se compare a haber visto su Pacífico cuerpo sobre esa camilla azul, esa horrible camilla azul.
Estaban a punto de ingresarlo a la ambulancia, pero por una vez fui más veloz. Fui más veloz y logré plantarme a su lado. Su cuerpo muerto frente a mi me dejaba en claro las peores noticias de mi vida.—¡Hyun! ¡Hyunjin!—Grite a su lado pretendiendo no saber que no abría manera de que me escuchara—¡Joder! ¡Mierda Hyunjin! ¡Abre los putos ojos!—Grite y hice las señas en su cara simulando no ver que sus ojos estaban cerrados.
Los policías me empujaron hacia atrás, y me desmoroné en ese momento. Me arrodillé en el suelo, incapaz de sostenerme, sintiendo cómo la desesperación y el dolor me inundaban por completo.
Las lágrimas fluían descontroladas por mis mejillas mientras observaba impotente cómo se llevaban a Hyunjin en la ambulancia. No podía entender lo que estaba sucediendo, era como si mi mundo se hubiera derrumbado en un instante—Por favor...Dime que fue un accidente, dime que el no lo hizo...—Susurré cuando papá se me acercó.
Intenté aferrarme a la esperanza, deseando con todas mis fuerzas que lo que había sucedido fuera solo un terrible accidente. Las luces de los autos de policía me cegaron la vista.
Papá me tomó de los hombros y me miró con tristeza en los ojos. No necesitó decir una palabra para confirmar mis peores temores. La expresión en su rostro fue suficiente para entenderlo todo. Hyunjin se había ido y ya no había vuelta atrás.
Mis pensamientos se volvieron confusos y caóticos.
—¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?—Mis manos llegaron hasta mi rostro con fuerza, tirando de mi piel con el amague de arrancarla.
Papá se esforzó en quitarme la manos de la cara y me abrazó fuertemente tratando de consolarme, pero el dolor en mi interior era insoportable. Sentí una mezcla abrumadora de dolor, confusión, ira y culpa. ¿Cómo no había visto las señales? ¿Cómo pude haber estado tan ciego ante su sufrimiento?
Tuve la intención de gritar pero la voz nunca llegó a mis cuerdas vocales.
Un toque sobre mi hombro me sobresaltó. Ahí estaba la señora Hwang, sus ojos parecían estar tan hinchados como los míos.
—Los policías encontraron esto junto al cuerpo...—Su voz salió en un hilo mientras me entregaba una carta que estaba sellada con la letra "F" Hyunjin me había escrito una carta.
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When I Hear you...[Hyunlix]
FanfictionHwang Hyunjin, un adolescente de tan solo dieciséis años a quien años atrás un accidente le había arrebatado dos de sus cosas más preciadas, su padre, y la capacidad de oír en lo absoluto. Conoce a Felix, el hijo de uno de los guardias de su casa, q...