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Resultó, que los besos no eran una cosa de solo una vez. Jung parecía pensar que ahora que lo había hecho una vez, tenía el derecho de meter su lengua en la boca de RenJun cuando quisiera - y él parecía quererlo muy a menudo.
Como resultado, RenJun había estado pasando un montón de tiempo en el regazo de Jung, con la lengua de Jung en su boca y las manos de Jung en su culo. Lo último le hizo sentir un poco incómodo, pero Jung no parecía querer otra cosa. RenJun pensó que el chico no podía evitarlo, así que no hizo un escándalo sobre ello.
Por lo general, después de unos diez minutos de besarse duro, Jung le ordenaba que se la chupara, pero hoy se estaba tomando su tiempo, besándolo una y otra vez, profundo y muy sucio, hasta que RenJun apenas podía respirar. La sensación familiar de estar completamente abrumado estaba de vuelta, y RenJun se encontró a sí mismo jadeando y haciendo pequeños ruiditos - ni siquiera estaba seguro de por qué. Era simplemente demasiado. Él no estaba seguro de si le gustaba este sentimiento   el sentimiento de estar completamente abrumado - o lo odiaba.
Por fin, Jung rompió el beso, pero en lugar de simplemente ordenarle que se la chupara, como generalmente hacía, él comenzó a bajar besando por el cuello de RenJun.
"Err, estoy bastante seguro de que esto no era parte del trato", dijo RenJun.
Jung lo ignoró, por supuesto.
RenJun puso los ojos. Desde que todo empezó, había descubierto que en realidad Jung se mantuvo a sí mismo bajo control en clases y no demostró el alcance de su... personalidad. Cuando estaban solos, Jung no se contenía: era completamente dominante. Todo tenía que hacerse del modo en que Jung quería.
RenJun fue arrancado de sus pensamientos cuando sintió la gran mano de Jung deslizarse bajo su remera para acariciar su espalda desnuda.
"Cómo que estás cruzando la línea, hombre," RenJun murmuró, aunque si era honesto consigo mismo, no le molestaba tanto que Jung lo tocara. Se preguntó si debía hacerlo.
No era la primera vez que se le había ocurrido a RenJun, que él no estaba ni cerca de estar tan asustado por todo el asunto como probablemente debería haberlo estado. Pero, de nuevo, él tenía la polla del tío en su boca todos los días. Esto no era nada.
Jung continuó mordisqueando su cuello agresivamente. "Sácamela y mastúrbame."
Antes de que RenJun pudiera hacerlo, el teléfono celular de Jung empezó a vibrar en el escritorio.
Maldiciendo entre dientes, Jung levantó la cabeza del cuello de RenJun y extendió la mano por su teléfono.
"¿Sí?", espetó sin mirar el identificador de llamadas.
RenJun observó con interés como la cara de Jung se convirtió en una máscara de piedra. Obviamente, no le gustaba lo que sea que quien fuera que llamara le decía, porque su voz se volvió dura. "No me interesa, Victoria." Una pausa. "Me importa un bledo lo que quiere. Guarda tu aliento. No estoy yendo."
Despertada su curiosidad, RenJun se acercó al teléfono, tratando de escuchar lo que estaban diciendo.
"...padre está muy enfermo, JaeHyun," la mujer, Victoria - dijo. "Te juro que no estoy mintiendo. Él nunca lo admitiría, pero yo sé que él quiere verte antes de - antes... Por favor. Por mí."
La mandíbula de Jung se apretó. "Yo no voy a hacer lo que él quiere que haga. Yo no me voy a casar con esa niña tonta".
"Sunmi es una joven agradable", dijo Victoria. "Sí, su padre es amigo de nuestro padre, pero ella no es su padre. Ella es amable y -"
"Victoria" Jung la interrumpió, clavando la vista en su escritorio. "Te estás olvidando de algo. No me interesan las mujeres. E incluso si lo hicieran, nunca me habría casado con la mujer que él eligió para mí"
Victoria suspiró. "sólo ven a casa este fin de semana. Eso es lo único que te pido".
Jung se pellizcó el puente de la nariz. "Bien," escupió. Colgó bruscamente y tiró el teléfono sobre su escritorio.
"¿Tu hermana?", dijo RenJun. Pensando que Jung ya no estaría de humor para sexo, estaba a punto de deslizarse de su regazo cuando Jung lo agarró y lo tiró en un beso.
El beso fue cruel, duro y castigador. Se terminó tan rápido como empezó.
Jung le agarró de la barbilla y lo miró fijamente, la ira aun rodando fuera de él en oleadas. "Tú vas a acompañarme."
RenJun se rió entre dientes. "¿Lo haré? Gracias por informarme".
"Te voy a pagar", dijo Jung, en absoluto inmutado. "Otros tres mil por el fin de semana."
RenJun se le quedó mirando. "No puedes estar hablando en serio. ¿Estás dispuesto a pagarme tres mil dólares sólo para molestar a tu padre?"
La mirada que Jung le dirigió le habría hecho estremecerse algunas semanas atrás. "Eso no es asunto tuyo." Echó un vistazo a su reloj. "Son casi las dos. Vete a casa y empaca para el fin de semana. Voy a recogerte en dos horas".
RenJun puso las manos sobre los hombros de Jung. "Whoa, espera un segundo. Yo no voy a ir a ningún lado. Lo digo en serio. No puedo".
Jung le lanzó una mirada irritada. "¿Por qué no?"
RenJun vaciló. "Tengo dos hermanas pequeñas. Tienen sólo cuatro años. No puedo dejarlas el fin de semana. No tienen a nadie más".
Jung tenía una expresión en su rostro que RenJun no podía leer. "Consígueles una niñera. Yo lo pagaré."
Poniendo los ojos, RenJun saltó de su regazo. "¿Esa es tu respuesta para todo? No se puede comprar todo, ¿sabes? Yo no voy a dejar a las niñas con alguien que no conocen. Su niñera habitual tiene el fin de semana libre."
Jung exhaló un suspiro, sus cejas alzándose levemente mientras el ceño fruncido alcanzaba a sus labios. "Bien. Trae a las mocosas con nosotros".
RenJun hizo una pausa antes de enfrentársele. "Yo no creo que sea una buena idea. Ellas se ponen ansiosas con los extraños, y tú... bueno, tú eres tú".
Una sonrisa irónica apareció en el rostro de Jung. "Contrariamente a la opinión popular, yo no como bebés para el desayuno." Se puso de pie y caminó hacia RenJun. "Te vienes conmigo", dijo, deteniéndose frente a él. "No me importa lo que hagas con las niñas, pero tú te vienes conmigo."
Antes de que RenJun pudiera decir nada, Jung lo agarró del cuello y lo tiró en un beso.
Unos minutos más tarde Jung finalmente le permitió respirar de nuevo, y RenJun estuvo perturbado de encontrar sus dedos apretados en la camisa de Jung.
"Correcto", dijo, un tanto aturdido, parpadeando.
Jung le dio un empujón hacia la puerta. "Te recogeré en dos horas. Conozco tu dirección."
"Correcto", dijo RenJun de nuevo y se fue, sintiéndose más que un poco confundido y asustado.

J.A.B.T (jaejun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora