16.

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Las niñas se quedaron dormidas a las nueve de la noche, justo después de que RenJun volviera del trabajo.
Después de eso, RenJun pasó una hora tratando de hacer que el aspecto lamentable del departamento se viera semi-presentable. Al final, se dio por vencido considerándolo como una causa perdida y se dio una ducha rápida. Poniéndose unos viejos shorts azules, RenJun se estaba secando a sí mismo cuando alguien llamó despacio en la puerta.
Descalzo, RenJun fue en puntillas hasta la puerta y la abrió.
La mirada fuerte de Jung inmediatamente en su pecho desnudo, sus pezones, su ombligo, antes de quedarse en los shorts que caían bajo en sus caderas.
RenJun se aclaró la garganta silenciosamente y Jung miró su cara. En la penumbra de la habitación era difícil de leer su expresión. RenJun apretó un dedo en sus labios y señaló a la cama de las chicas. Jung asintió secamente.
RenJun le tomó la mano, tiró de él dentro, y cerró la puerta. Luego guió a Jung hacia su habitación.
Era la única habitación en el departamento. Cuando recién se habían mudado, RenJun tenía la intención de convertirla en el cuarto de las niñas, pero era fría y húmeda, por lo que había terminado por tomarla él mismo.
La habitación también era pequeña y carente de cualquier mueble, además de una cama y un escritorio angosto. RenJun se habría sentido más avergonzado si Jung estuviera en realidad mirando a su alrededor, pero no parecía interesado en su entorno mientras él despacito cerró la puerta y miró a RenJun a la tenue luz de la lámpara.
Jung comenzó silenciosamente a desvestirse.
El corazón de RenJun latía más rápido y de hecho podía oír su propia respiración, desigual y temblorosa. Él se quedó quieto y observo, su piel cálida, su polla dura y pesada en sus calzoncillos.
Por fin, Jung estaba desnudo. Luciendo completamente inconsciente de sí, él se acercó a la cama, se sentó y se dio unas palmaditas en la rodilla, la tensión saliendo de él en oleadas. Su erección permanecía larga y gruesa contra una mata de bello oscuro en su ingle.
RenJun apartó la mirada, se deslizó fuera de sus shorts y caminó hacia Jung.
Dudó.
Sus ojos algo caídos, Jung tomó su brazo y lo tironeó a su regazo.
El resto era un borrón de calientes besos y toques, y tanta piel. RenJun nunca se había sentido tan fuera del control por el deseo, incapaz de pensar, sin poder hacer otra cosa que sentir y desear.
Cuando finalmente se dejó caer contra la polla de Jung, el profundo alivio fue abrumador. Él gimió. La plenitud, la intimidad era enloquecedora y aterradora por su intensidad. Jung gruñó, tirando de RenJun más fuerte contra él, sus pechos rozándose entre ellos.
Mirando dentro de los ojos oscuros, RenJun se movió. Fue tan excitante ver los ojos de Jung entrecerrarse, la forma en que su cabeza se sostenía con su espalda arqueada.
RenJun abrió sus piernas un poco más, ajustando su postura mientras tomaba tan profunda y dulce, la longitud caliente de su maestro, que le quemaba de adentro hacia afuera. Miró hacia abajo en medio de sus cuerpos, fascinado por el movimiento de sus propias caderas mientras continuaban girando en su lugar. Vio las manos de Jung - grandes, y cálidas, y fuertes en sus caderas - dirigir el movimiento como él lo quería, guiando a RenJun montándolo mientras la propia polla de RenJun se quedó sin ser tocada entre ellos; estaba enrojecida y gruesa, la humedad reluciente y deslizándose por su eje.
Los pulgares de Jung acariciaron sin pensar en sus huesos de la cadera, su lengua trazando una franja húmeda en su cuello mientras su polla extendía a RenJun tan condenadamente bien. Tragándose sus gemidos, RenJun empujó hacia abajo para aumentar la presión y tomarlo completamente. La sensación del estómago duro de Jung deslizándose contra la carne dolorida de su polla hizo a RenJun gemir, y él se aferró de los hombros de Jung un poco más apretado mientras abandonaba las rotaciones con su pelvis y comenzaba a deslizarse hacia arriba y abajo en la polla de Jung, duro y rápido, con ganas de más, más profundo, más.
Tampoco podía respirar bien y ambos necesitaban todo más duro y más rápido, y pronto Jung estaba golpeando sus caderas para encontrarse con RenJun en cada embestida, y RenJun jadeaba cada vez que Jung golpeaba su próstata, estrellas chisporroteando detrás de sus ojos. Jung gruñía, sus músculos trabajando mientras él levantaba a RenJun y lo bajaba sobre su polla, y joder, su fuerza era tan excitante, y RenJun lo quería, lo quería, lo quería.
Jung se corrió primero, y RenJun lo siguió poco después, sacudiéndose su camino a través del orgasmo y hundiendo sus dientes en el hombro de Jung para amortiguar sus gemidos.
RenJun solamente era vagamente consciente de Jung levantándolo y poniéndolo sobre su espalda: sus párpados crecientemente pesados, su cuerpo lánguido con el placer.
Justo antes de que se quedara dormido, se dio cuenta de que no se habían dicho ni una palabra el uno al otro desde que Jung entró en el departamento.

J.A.B.T (jaejun) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora