El Profesor Lee era un idiota. Al menos eso fue lo que pensó RenJun, cuando el hombre ignoró a RenJun y siguió caminando.
"No hay nada que discutir, Huang," dijo Lee bruscamente, caminando más rápido. "La asignación se debía entregar ayer. No voy a hacer una excepción por ti. Es tu propia culpa. ¡Tú eres irresponsable! La termodinámica es la rama más importante de la ciencia y tú no lo entiendes. Si fallas en mi clase, que parece ser cada vez más probable, será merecido".
RenJun hizo una mueca. Sí, era realmente su propia culpa. No debería haber pasado tanto tiempo estudiando para su tarea de Mecánica de Fluidos, tratando de impresionar a Jung. No lo había exactamente impresionado.
"Pero-"
"Deja de poner a prueba mi paciencia, Huang," Lee dijo bruscamente, sacudiendo la cabeza. "¿Qué está mal con los estudiantes en estos días?" Y Lee comenzó a despotricar sobre el sentido de amor propio, la falta de atención, y la falta de humildad de los estudiantes, viéndose más molesto a cada minuto, y RenJun se dio cuenta de que no había manera de que Huang le diera más tiempo para completar la tarea.
"TaeYong Lee," llegó una voz familiar desde detrás de ellos.
RenJun se tensó y no miró en su dirección. Maldita sea. Jung era la última persona que quería que presenciara esto.
"¿Hay algún problema?", dijo Jung.
"¡Este muchacho es perezoso e irresponsable!", dijo Lee. "¡Él no hace sus deberes a tiempo y ahora me pide que le de unos días más! ¿Cómo va a ser ingeniero cuando él no puede siquiera arreglárselas para pasar los cursos básicos?"
RenJun quería que la tierra se lo tragara. Jung era el hombre más inteligente que él alguna vez había conocido. Probablemente pensó que RenJun era tan tonto como una roca. No es que importara lo que él pensara. Excepto, que tipo que lo hacía. Importaba. Muchísimo.
"Tenía la misma opinión que tú, Yong", dijo Jung, su voz indiferente. "Pero Huang ha mostrado cierta mejoría en las últimas semanas. Dale un día. Si se retrasa de nuevo, repruébalo".
La mirada de RenJun chocó con él. No había manera en el infierno de que pudiera hacerlo en sólo un día.
"Buena idea", dijo Lee. "Un día, Huang." "Pero-"
Lee lo fulminó con la mirada. "Un día." Frunciendo los labios, RenJun asintió y se fue.
Sus pies lo llevaron a la oficina de Jung. La puerta estaba destrabada, y él entró.
RenJun apoyó la cadera contra el escritorio y se metió las manos en los bolsillos.
No tuvo que esperar mucho.
Jung no parecía sorprendido de verlo, pero parecía ocupado, cargando una pila de trabajos.
"No deberías haber hecho eso", dijo RenJun. "No hay manera de que pueda lograr hacerlo para mañana."
"¿Por qué?" Jung puso los papeles sobre la mesa y se sentó. RenJun se encogió de hombros, mirando a sus botas. "Soy estúpido." "Tú eres un estudiante becado."
Los labios de RenJun retorcidos. "Sí. Yo solía pensar que era bastante inteligente, pero... pero no lo soy. La mayor parte de las cosas que Lee y tú enseñan pasan de largo por mi cabeza. En un momento creo que entiendo termodinámica, al siguiente, no tengo ni puta idea de lo que está sucediendo. Realmente debo ser tonto." RenJun agarró el borde del escritorio. "Me siento como un perdedor a veces, ¿sabes? No puedo encontrar un trabajo decente, no puedo comprarle a las niñas las cosas que necesitan, y ahora esto. Me siento tan inútil y estúpido, y - yo sólo - yo sólo... olvídalo."
Hubo un largo silencio.
Sintió la mirada de Jung en su nuca.
"No soy bueno consolando a la gente", dijo Jung, irritado.
RenJun se volvió hacia él y forzó una pequeña sonrisa. "Está bien. Me sorprende que no me hayas echado a patadas todavía".
Los labios de Jung se adelgazaron. Tenía una expresión muy amarga en el rostro. "Ven acá."
RenJun nunca se había movido tan rápido en su vida.
Se subió al regazo de Jung, puso su cabeza en su hombro y cerró los ojos. Los fuertes brazos de Jung se apretaron a su alrededor, y RenJun suspiró de placer. Se sentía tan bien. Justo lo que necesitaba. Lo asustó - que necesitara esto - pero lo hacía. Se sentía casi mejor que el sexo.
"Te estás volviendo suave, Profesor," murmuró con una sonrisa, respirando su aroma. Era familiar y extrañamente reconfortante.
"Cállate, Huang," dijo Jung, sonando aún más molesto, si eso era posible.
RenJun rozó sus labios contra su cuello. "Bien. Eres muy malo y desagradable". Él acarició el cuello de JaeHyun. "Cinco minutos. Entonces puedes patearme fuera y vamos a pretender que esto nunca sucedió".
Jung suspiró. "Muéstrame la asignación."
La boca de RenJun se abrió. Levantó la cabeza y miró a Jung. "¿De Verdad?"
"No lo haré por ti", dijo Jung, ajustando su mirada en él. "Pero voy a explicarte lo que no comprendas."
RenJun sonrió y lo besó.