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Tres capítulos cortos

Poco a poco los fatui caían al no ser rivales para Diluc quién fácilmente los derrotaba al mismo tiempo que intentaba alejarse de Mondstand y llegar a las entrañas de bosque para perderlos de una vez por todas

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Poco a poco los fatui caían al no ser rivales para Diluc quién fácilmente los derrotaba al mismo tiempo que intentaba alejarse de Mondstand y llegar a las entrañas de bosque para perderlos de una vez por todas. No obstante, aquello no sería tan sencillo cuando el Onceavo de los Fatui también se encontraba participando en la persecución.

Diluc fue tenido por una repentina lluvia de flechas cuando estaba a punto de salir por una de las puertas laterales de la ciudad. Se cubrió usando su capa y cuando levantó la mirada, una mano que venía atrás de él acarició su rostro, sujetandolo de su mandíbula.

-Eres muy bueno, Héroe Oscuro.

El susurro en su oído lo hizo reaccionar al instante. Se alejó en un rápido moviendo sin mirar hacia atrás y no se detuvo sólo hasta que alguien se interpuso en su camino.

La luz de luna finalmente le dio visibilidad y concluyó que ese joven también era un fatui; sin embargo, algo le decía que no era como los anteriores.

-Se acabó. No tienes a dónde ir.

Diluc retiró su máscara demostrando que no tenía miedo de enfrentarse a él. El contrato sonrió cuando lo hizo, pero sin verse en absoluto sorprendido por su identidad.

Diluc empuñó su espada y la embulló en su visión, listo para esperar cualquier ataque de su parte. En un parpadeó lo perdió de vista y, cómo si de magia se tratara, se teletrasportó detrás de él para darlo fuera de combate.

Cayó al suelo sin posibilidad de poder incorporarse. Al abrir sus ojos y levantar la vista pudo verlo con una sonrisa sádica dibujada en su rostro. Aquello fue lo último que vió antes de perder la consiencia.

La presencia del Onceavo de los Fatui en el Hotel Goth fue una gran sorpresa para el joven Luke, pero más lo fue al verlo cargando en sus hombros a un individuo que para entonces le era desconocido. Obviamente no preguntaría qué es lo que había sucedido, simplemente le dejó entrar y que tomara todo aquello que le fuese necesario ya que a fin de cuentas el lugar solo estaba siendo custodiado por los fatui.

El joven dejó a Diluc en una de las habitaciones no sin antes quitarle su visión para evitar que intentara algo. Al hacerlo, con las últimas fuerzas que tenía el pelirrojo intentó propinarle un golpe con su puño sin tener éxito ya que lo detuvo.

-En ese estado no puedes hacerme daño.

Lo vió moverse en la habitación y le pidió quitarse su ropa para sanar sus heridas. El contrario confundido hizo caso para evitar hacerlo molestar y terminar incluso peor de lo que ya estaba.

Movió su cabello para que las manos contrarias terminaran de vendar su espalda. Sus brazos fueron los últimos en ser curados y su mirada se mantenía en ese joven fatui, preguntándose que es lo que haría con él.

-Listo. -anunció apartando sus manos del pelirrojo.

Diluc miró los vendajes y después al joven.

-¿Por qué...?

-¿Sabes? Te ves muy bien con todos esos vendajes. Te hacen ver débil -murmuró tomando a Diluc de sus hombros y haciéndolo recostrase sobre la cama. El contrato se encontraba encima de él, contempladolo.

Al cabo de unos segundos donde no obtuvo ninguna reacción más que solo un rostro serio con unos rubies potentes mirándolo, río por lo bajo y se levantó de su lugar. Caminó hasta llegar a la ventana y abrió está para dejar entrar un poco de aire.

Diluc se sentó de nuevo en la cama sin dejar de mirarlo en ningún momento.

-Heredero del viñedo de dia y un justiciero de noche. -se burló. -¿Acaso es eso lo que deseas hacer? ¿Arriesgar tu pellejo por un montón de personas que no te respetaron en el pasado?

-No sabes nada sobre mi.

-¿En serio? -preguntó divertido. Se dio la vuelta y recostó su espalda en la pared. De su bolsillo sacó la visión del pelirrojo y de esta una extraña aura negra la hizo brillar. -¿Estás seguro de que no sé nada sobre lo que le ocurrió a tu padre y sobre que poseía un Engaño?

El contrario desvío la mirada hacia cualquier parte de la habitación. Para él, hablar de Creous Ragnvindr no era algo que le gustará hacer y mucho menos cuando se trataba de ese incidente. Odiaba a los caballeros por haber ocultado toda la verdad, pero ese odio no era comparable con el que tenía hacía la organización Fatui y ese poder denominado Engaño pese a haberlo usado alguna vez cuando fue joven.

-Eso fue hace mucho tiempo -respondió después de un largo rato.

-Exactamente por eso nos eres útil, Diluc -escucharlo llamarle por su nombre le hizo ganar su atención. -. El Engaño no puede ser usado por cualquiera. Drena la vida del portador si no es digno de su poder. Haz podido utilizarlo y eso significa que podrías ser de ayuda cuando sea necesario.

-No ayudaré a los fatui -murmuró mostrándose bastante molesto por lo que estaba escuchando. -. Preferiría morir antes que unirme a ustedes.

-Sabía qué dirías eso -se acercó a él y colocó su visión en su pecho. -. Sólo estoy cumpliendo con la orden. En realidad, no quiero convencerte de unirte -Diluc tomó la visión y la guardó en su pantalón sin dejar de mirarle. -. Por mi parte, deseo hacer otra cosa contigo.

Dicho esto volvió a hacer que recostara su espalda en la cama, pero está vez usó bastante fuerza. El pelirrojo cerró sus ojos debido a la sorpresa y pronto sintió la presión de la mano contraria en su cuello impidiendo que pudiese respirar.

Dejó que lo hiciera cuando recorrió desde su cuello hasta su pecho. De inmediato quiso alejar su mano y lo tomó de la muñeca, pero el contrario la detuvo y comenzó a lamer y besar su mano.

-¡¿Qué estás...?! -no pudo terminar su pregunta. Sus brazos fueron llevados hasta arriba de su cabeza, siendo sus manos aprisionadas por la contraria.

-Ah, vamos. -se acercó a él y Diluc movió su rostro a un lado para evitar hacer contacto visual. -¿Es que acaso no quieres hacerlo? No cualquiera tiene el privilegio de tener sexo conmigo.

-Eres repugnante... -murmuró con desprecio en su tono.

La mano libre del Onceavo bajó hasta tocar el miembro del contrario. Diluc no lo pensó dos veces y usó su pierna para golpearlo justo en el rostro. Le había dolido y lo supo al ver su rostro al mismo tiempo que la mano que estaba en ese lugar rápidamente se colocó en su barbilla donde recibió el golpe.

Para la mala suerte del pelirrojo, el Onceavo regresó su mano a su pecho y utilizó el Engaño para lastimarlo haciéndole retorcerse abajo de él. Diluc se encogió en su lugar, sintiendo todo su interior arder y por la sensación sus ojos se llenaron de lágrimas.

Los ojos azules sin vida del joven fatui lo miraban esperando que dejara de quejarse. Tenía una mirada afilada y fría, sus oceanicos ojos no tenían ni un solo rastro de compasión hacia a él y aquello lo aterraba.

-No quieras pasarte de listo conmigo -amenazó quitándose lo guantes ayudándose con su boca. -. Será mejor que no intentes nada más si es que valoras tu vida, Diluc.

Tragó con dificultad el nombrado y su cuerpo comenzó a temblar de miedo. Jamás había experimentado eso en toda su vida.

Sabía que si no hacía lo que ese fatui quería, lo mataría. Tomó la única opción que le quedaba y cuando lo hizo, el contrario se dio cuenta de eso y no pudo evitar sonreír de la manera más sádica posible.

-Buen chico.

choke ➵ childexdiluc (genshin impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora