III

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Apenas pudo dormir

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Apenas pudo dormir. Su cuerpo estaba dolorido y su boca estaba seca. Sintió el sabana en su cuerpo desnudo cuando se removió y abrió sus ojos lentamente solo para toparse con la triste realidad frente a él.

Se reincorporó en la cama, llevó una mano a su cabeza y se quejó por el dolor que se hizo presente en su cuerpo por todo lo que había ocurrido en pocas horas.

Era de madrugada, el sol aún no salía, pero la brisa fresca le indicó que no faltaría mucho.

Su mirada de perdió entre su ropa en el suelo de la habitación, apretando su mandíbula tan fuerte sientiendo como el sabor metalico de la sangre que salía de sus encías inundaba su paladar. Ocultar su tristeza con la ira no se trataba de algo nuevo para Diluc pues, por más triste que fuese, ya estaba acostumbrado. Sin embargo, lo que ha sucedió esa noche no podía si quiera pensarlo.

Movió su cabeza y su rostro se llenó de sorpresa genuina al ver al fatui a su lado, durmiendo sin una sola pieza de vergüenza y con el descaro del universo. Diluc vió una oportunidad. Quería decir, estaba ahí, sin posibilidades de defenderse de él y es que intentaba algo y ya no veía que más podía perder para ese punto.

Su cuerpo se movió impulsado por su ira y se colocó sobre el fatui, con ambas manos sobre en su cuello no lo pensó dos veces e intentó estrangularlo. Sin embargo, no pudo hacerlo. Algo dentro de sí mismo se lo impedía y se cruzó por su mente que él no era un asesino.

Si, lo odiaba. Nada más le gustaría que matarlo, pero no era lo correcto. No quería vivir con ello en la consiencia pese a todas las atrocidades que hizo su captor.

Pensar que ahora debía vivir con lo que le sucedió le dolía. Se preguntaba porqué tenía que ser él y porque la vida simplemente se dedicaba a hacerlo sentir cada vez más miserable.

Comenzó a llorar sin darse cuenta de ello hasta que sintió la mano contraria limpiar su mejilla.

—No puedes matarme.

Lo sabía. No conocía a Diluc en absoluto, pero veía en sus ojos el miedo y con eso tenía claro que no intentaría hacer nada en su contra.

—No soy un asesino cómo tú.

—Tienes razón, no lo eres —le afirmó sonriendo. Inspeccionó su cuerpo desnudo sobre el suyo, viendo cada detalle, cada venda, cada cicatriz... Concluyendo lo obvio: era una presa realmente bella. —. Pero algún día tendrás que matarme por lo que te he hecho, ¿no es cierto?

Diluc juró a sus dentros que lo haría, de alguna u otra manera, se encargaría de terminar con su vida en venganza.

—Lo juro por los Siete —murmuró acercándose a él, desafiandolo y apretando su agarre aún sobre el fatui. —, te haré pagar por esto.

—Estaré esperándote con ansias —se burló guiñandole un ojo. —. No me importaría morir a manos de un ser tan hermoso como tú, Diluc. Sería todo un honor. Por supuesto que no será nada fácil, aún quiero seguir viéndote sufrir.

El pelirrojo lo soltó bruscamente y se alejó. El contrario río por esa acción y lo miró ponerse sus ropas rápidamente.

—La visión está en tu ropa —habló prestándole mínima atención. —. Tómala y vete.

El contrario dudó de sus palabras. De alguna manera sabía que no mentía y sólo se limitó a vestirse y caminar hasta la puerta sólo para detenerse, esperando si el fatui hacia algo para detenerlo. Nada. No hizo nada. Ni siquiera estaba prestándole atención, sus oceánicos ojos estaban más interesados en mirar la ventana no muy lejos de donde se encontraba.

Diluc movió la manija y comprobó que estaba abierta.

Se fue a paso rápido, bajando las escaleras y limpiando el resto de sus lágrimas.

Después el segundo piso el Onceavo lo observó, sonriendo complacido de que su plan haya ido de maravilla y ahora tenía a Diluc prácticamente en la palma de su mano. Justo lo que había deseado.

Sabia que algún día llegará el momento en el cual tendrá que pagar por sus pecados, de eso no tenía ninguna duda; por eso mismo, hacia lo que quería. La idea de morir no le daba miedo. Tenía más enemigos en todo Veyvat de lo que cualquiera se podía imaginar y tener a Diluc como uno de sus más probables asesinos lo emocionaba porque significaba volver a verlo.

Significaba jugar con él todo lo que quisiera antes de que finalmente acabará con su vida y aquello no tenía comparación.

Lo tenía sujeto con una correa y la usaría cuando quisiera.

choke ➵ childexdiluc (genshin impact)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora