Al terminar de pasar el día del domingo en casa con su hermana, ella se fue y él volvió a quedarse en soledad.
Comenzaron nuevamente los ruidos y Robert comenzó a atemorizarse.
Por la noche al subir a su habitación para acostarse se encontró a un hombre misterioso en su habitación, que le dijo:
-Tu hermana ha fallecido en un accidente de coche.
-No puede decirme eso. Eh... ¿cómo... cómo sabe usted eso?
-Lo presiento, Robert.
Robert sin pensárselo comenzó a llorar embarrancado por la noticia.El hombre se fue de la casa y dejó a Robert llorando sobre la alfombra de la habitación. Se fue a dormir a las dos horas.