💛Aura Electrizante💙 (Lucario x Zeraora)

Capítulo 4: Gato encerrado

Lucario se levanta de su nido con ojeras enormes. No fue capaz de dormir por estar pensando en como pedirle a zeraora que lo acompañase en el festival aranja. Sí, suena una locura al ser alguien que apenas conoce y con quién se ha topado dos veces en lo que sería un mes, pero no paraba de pensar en como y que debería decir con todos esos sentimientos acumulados hacia su persona, y cada vez que las veces que lo miró a los ojos, sentía esa peculiar aura dentro de él, razón por la cual Lucario se ponía nervioso si Zeraora estaba cerca. Ese brillante pelaje amarillo, esos ojos azul claro, los colmillos que salían de ambos lados de su boca; todo sobre el lo volvía loco. Incluso si no lo conocía al 100%, había algo en él que hacía que no saliera de su cabeza. "Creo que si no lo hago ahora, no tendré una mejor oportunidad", se dijo a sí mismo; y lleno de determinación, se levantó, salió de casa y caminó en dirección al bosque.

De camino allá, empezó a notar carteles de se busca, pero no les dio mucha importancia; sea una aventura o no, su prioridad era por fin invitar a aquel pokemon por el que se moría. Una vez llegó, su corazón empezó a palpitar a toda velocidad; zeraora estaba tomando un baño en un lago cercano a su casa. Su pelaje, el agua pasando por cada parte de su cuerpo, y la expresión que llevaba consigo hicieron que lucario se estremeciera; Sus piernas empezaron a temblar, su cara se puso de color rojo vivo, y sus patas empezaban a sudar como loco, hasta que se tambaleó y cayó al suelo.

"Oye, estás bien? Escuché el golpe desde donde estaba?", preguntó zeraora mientras le ayudaba a levantarse. Lucario entró en shock, y las palabras apenas salían de su boca. "C-claro, estás muy lin-digo estoy bien jajjaheiaheinajeia". (Gran forma de no espantario, Luca). Una vez que se levantó, tomó su mano y suspiró profundamente; estaba por decirlo, este momento es donde se decidirá si será un solitario por el resto de su vida, o si podrá ser legítimamente feliz.

Las palabras empezaron a salir lentamente de su boca, mientras sostenía sus manos y lo miraba sonrojado: "Zeraora... yo... creo que eres alguien muy especial... y... y... yo-"; "CUIDADO!", exclamó zeraora empujándolo a un lado. Lucario solo vio como zeraora era impactado por un rayo hielo. "ZERAORA!", gritó en agonía al ver al pokemon de sus sueños herido. En eso, dos figuras. Una era abruptamente robusta, y la otra un tanto pequeña.

La pequeña le dijo a la otra "Parece que fue más fácil de lo que pensaba, no grandote?", mientras la más grande solo soltó un gruñido, y tomó a zeraora, quien se había desmayado después de aquel golpe severo. Ambos estaban por marcharse, hasta que lucario usó cabezazo en la figura robusta. El propio golpe dejó a lucario atontado, como sí hubiera golpeado un muro de acero. "Sabes? Realmente te hubiéramos dejado en paz, pero nunca faltan pokemon que se meten en donde no los llaman", y tras un chasquido, la figura robusta noqueó a lucario de un cabezazo.

Después de un rato, ambos despiertan con moretones y encerrados en una jaula de acero. "Zeraora! Estás bien? De verdad lo siento mucho", dijo lucario. "No te preocupes, solo estoy un poco frío", responde zeraora. En eso, ambas figuras finalmente se muestran, una siendo una weavile con una actitud grosera y narcisista, y un aggron de pocas palabras e intimidante. "Hasta que por fin se despiertan, tortolitos. Ya se estaban tardando.", dijo weavile en un tono burlón. "Quiénes son? Qué quieren de nosotros?", pregunta lucario.

"Prepárense para los problemas...", dice weavile mientras mira a aggron con una mirada decepcionante. Aggron no estaba prestando mucha atención, y solo deja salir un gruñido.

"Por eso solo somos compañeros", dice weavile enojada. "No importa; ¿Qué quienes somos dices? Solo dos de los integrantes del grupo de cazarrecompensas más temido y reconocido por estas partes del mundo. Nos hacemos llamar el clan de las sombras; "Muy bonita introducción y todo, pero qué buscan con nosotros exactamente", pregunta zeraora. "Ese no es asunto tuyo, gatito. Ahora sean buenos y pónganse cómodos", le responde Weavile.