Luego de que la campana había ayudado a desviar la atención de Sanemi, permitiéndole a Genya irse lejos suyo, no se sintió bien como para dirigirse directo al aula y arriesgarse a que cualquiera le preguntaran al respecto. En cambio, había llegado al baño, para así, permitir que todo ese llanto que tanto estaba juntando, saliera de golpe, desahogando toda su disconformidad y pesadumbres por su amor no correspondido.Estando allí, había pensado en saltarse toda la clase de literatura japonesa y terminar por desechar toda la tristeza, sin embargo, tampoco quería quedar con tan malas notas. Ya, al menos debía salvar su vida escolar y terminar esa etapa con una buena calificación.
Ahora, el profesor Michikatsu le había pedido recoger la tarea que había dejado, como castigo de su retraso. Así que sin problema paso de fila en fila para realizar la acción requerida.
Se había detenido en cuanto llegó a su lugar para sacar sus propios apuntes, y eso fue aprovechamiento para el chico de mechones azules en hacer preguntas a su amigo.
—¿Qué demonios, Tenya? ¿Por qué llegaste tan tarde? No es usual de ti. Al menos me hubieras avisado si habías pensado en faltar y hubiera hecho lo mismo.
Los ojos glicinia del más alto ruedan en pesadez. Cuando obtiene su cuaderno para juntarlo con los demás, espera a que Inosuke le de el suyo, lo que sorpresivamente le da.
—Debe ser el fin del mundo como para que hayas hecho alguna tarea.
—Si, como sea. No me cambies el tema, ¿qué te pasa, eh?
Él no responde, en cambio, solo golpes con levedad la cabeza del de rostro fémino, haciéndolo gruñir. Fastidiado de no haber conseguido respuesta alguna.
Pero aún así, sabe que al más alto le pasa algo.
Luego de que el hombre de cabellos largos le indique al azabache que apunte la tarea en el pizarrón, la clase termina, los estudiantes conversan entre sí en lo que esperan a que el siguiente profesor llegue.
Con eso, Inosuke no duda en acercarse al otro y seguir insistiendo.
—¡Genta! ¡Ya dime! —Le sacude al tomarlo de sus hombros— No me engañas, te paso algo, y exijo saber.
—¿Para qué? No creo que sirvas de ayuda si me está pasando algo.
—No lo sabrás si no me dices.
Hashibira hace qué le mire, y este a regañadientes, accede, aunque intenta no mirarlo fijamente, no quiere que su compañero le vea con los ojos rojos de tanto llorar.
Y por supuesto, Inosuke lo logra notar.
—¿Estuviste… llorando? —La voz del chico más bajo oscurece, haciendo que Genya se tense poco a poco, en lo que ahora el otro frunce el ceño— ¿Quién fue?
—Inosuke-
—¡¿Fue el loco de matemáticas, verdad?! ¡Ahora sí te rechazó! —Intenta levantarse de su lugar— ¡Que hijo de pu-!
—¡O-Oye, ya! —Genya se apresura en tomarlo del brazo, pero no se sientan nuevamente, pues optan por irse a alguna esquina del salón, dónde nadie pudiese escucharlos— No es como lo crees.
—¡¿Entonces?! Que si me entero que lo sigues defendiendo-
—¡¿Me dejas hablar?!
Ambos se dirigen miradas cabreadas, pero en segundos, Inosuke accede en qué Genya siga hablando.
El pelinegro se toma el tiempo en juntar palabras exactas y claras, no es como que realmente quisiera hablar de esto, no cuando aún podía hacerlo sentir tan sensible, y volvería a caer en lágrimas. No obstante, tampoco quería que su amigo hiciera cosas que pudiese volver más complicado el asunto.
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Oportunidad de color rosa [SaneGen]
RomanceGenya había creído por mucho tiempo que no sería capaz de arriesgar a perder su amistad con Sanemi por un enamoramiento innecesario, y había dado por hecho que sería así para toda su vida, sin embargo, una propuesta inesperada y soñadora (junto a na...