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┌────── ∘°❉°∘ ──────┐
Kirishima [top]
Bakugo[bottom]
AU

└────── °∘❉∘° ──────┘

Sigo sin creer que sigas haciendo esto.

— Y yo sigo sin creer que vengas a pesar de todo lo que ha sucedido desde que me fui.

— Créeme que no es tan sencillo olvidarte después de tu traición…Blood Riot.

El pelirrojo se acomodó en su sofá sonriendo, el lugar estaba bastante apartado de la ciudad por lo que Katsuki no tenía ninguna idea para excusar su presencia en aquel lejano lugar.

Habían pasado casi 7 años desde que Eijiro abandonó la UA y desapareció del radar de los héroes y policía. Todos lo recordaban cómo el traidor, sin embargo él odiaba ser llamado de esa forma, pero ya a estas alturas era de esperar que ya no pudiera hacer algo para limpiar su nombre.

El más afectado fue sin dudas, Bakugo. Le dolió saber que la persona que en algún momento estuvo codo a codo con él y al que vió cómo un igual, traicionara de aquella manera a sus compañeros, maestros y a él. En el momento dónde se supo de la desaparición del pelirrojo, el rubio lo busco por todas partes hasta dar con su paradero.

Ambos acordaron no volver a verse, pero aún así Katsuki seguía apareciendo en aquel lugar aislado, rodeado de paredes mugrosas y escasa iluminación. Eijiro era cómo un potente imán.

— Debes dejar de venir. Es peligroso.

— No me iré hasta que aceptes venir conmigo.

Eijiro gruñó y se levantó de mala gana de su sitio y se posicionó delante del rubio, la diferencia de altura era mucho más notoria, el pelirrojo ha entrenado bastante y ahora es más robusto y más alto. Katsuki creció apenas unos 5 centímetros en esos años pero su cuerpo estaba muy bien trabajando.

— Ya no sigas insistiendo.

— Eijiro. Necesito que vengas conmigo.

— No voy a volver te lo vuelvo a repetir.

Los dos estaban perdiendo la paciencia, aún así Bakugo sabía que no iba a salir lastimado de ahí.

Sus miradas estaban fijas en los ojos del otro, tratando de que el contrario se rinda, Eijiro quería que el rubio se fuera de ahí y Katsuki quería que ambos salieran juntos de ahí.

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El sonido de sus pieles chocando era música para sus oídos, Kirishima embestía con fuerza a Katsuki que se encontraba boca abajo mientras era penetrado y sobreestimulado en su próstata provocandole escalofríos.

Mierda Katsuki tu cintura es realmente muy pequeña

— Y-ya cállate…imbécil...

Eijiro apretó su agarre a la cintura del contrario, él seguía pensando que en cualquier momento podría romper aquél cuerpo tan frágil pero a la vez tan fuerte.

Bakugo mordía la almohada tratando de callar sus gemidos, lo cuál era casi imposible de hacer. El pelirrojo le quitó la almohada por lo que al rubio no le quedó más opción que morderse el labio.

Las embestidas eran cada vez más profundas y ambos estaban en el maldito cielo.

Joder…

— Mierda…Eijiro más rápido

— A sus órdenes…

Este último sonrió al escuchar a Katsuki tan desesperado, le divertía bastante. Dio vuelta el cuerpo de Katsuki y subió sus piernas a sus hombros, embistió con mayor fuerza, puso sus manos a ambos lados de la cabeza del rubio.

Sus rostros estaban bastante cerca, Kirishima veía a Bakugo tan sumiso ante él, y le encantaba. Ambos amaban reconciliarse de esta forma después de tener la misma discusión casi todos los días.

Las embestidas no cesaban y tampoco disminuía el ritmo, agradecían tener una buena resistencia, en especial en el sexo.

E-Eijiro espera…detente…

El pelirrojo se detuvo de golpe ante la petición, sintió su cuerpo siendo empujado de espaldas al colchón y a Bakugo posicionándose encima.

Debo admitir que está posición me gusta más…Katsuki…

El tono ronco al mencionar su nombre le provocó escalofríos y un cosquilleo en su miembro a Katsuki, se sentía totalmente sumiso ante aquel musculoso hombre y por alguna razón…le encantaba.

Acomodó su entrada con el pene de Kirishima y comenzó a bajar su cadera, sintió la punta del glande chocar con su próstata y cómo si ese hubiera sido el colmo, comenzó a montarlo con desesperación.

Kirishima alzó su brazo hasta llegar al cuello del rubio, apretó un poco su cuello sin asfixiarlo demasiado, Bakugo seguía subiendo y bajando su cadera pero con movimientos cada vez más débiles, sentía sus piernas temblar y que se quedaba sin fuerzas.

Ambos ya sentían que vendría pronto un orgasmo, por lo que Eijiro levantaba sus caderas al ritmo de las embestidas que Katsuki hacía. Alcanzaron el orgasmo Katsuki manchando el abdomen del pelirrojo y este dejando su esencia en el interior del contrario.

— Mierda…Katsuki eso fue…

— Cierra la maldita boca.

Este último se dejó caer en la cama, apoyó la cabeza y de inmediato se rindió ante el cansancio y el sueño. Eijiro lo observó mientras le limpiaba las piernas, abdomen y rostro. Amaba estás reconciliaciones pero de cierta forma le dolía que Bakugo se negara a la idea de tenerlo lejos.

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A la mañana siguiente Katsuki se despertó y esa vez no sintió la presencia de Kirishima, vió una nota en su lugar, se acomodó en la cama y leyó la carta con mucha atención.

"Katsuki, lamento no poder despertar a tu lado esta vez y perdóname por no despedirme, sólo quiero que entiendas que no volveré, además es demasiado peligroso para ambos estar juntos, lo lamento.

Te amo♡︎
Atte: E.K"

Al terminar de leer lágrimas se asomaron en sus ojos.

—Esta vez si me las vas a pagar imbécil…

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*amo el drama, perdón 🦆

•»𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐈𝐓«•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora