•»𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐈𝐓«•

04

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fem¡¡ Bakugo
fem¡¡ Kirishima
AU

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N.A: Espero no ofender a nadie con este capítulo, tocará temas sobre religión, conventos y sobre todo Monjas, si uno de estos temas te incomoda puedes pasar de largo. No sé mucho de estos temas por lo que me informé antes de escribir. Sin nada más que decir, puedes continuar.

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Otra noche en el convento, todas las mujeres fueron reunidas a cenar no sin antes rezar. La chica rubia se sentó con algo de descontento, había sido enviada ahí por sus padres hace un par de meses para que se le "fuera" lo lesbiana, lo malo es que aún no podía salir de ahí hasta cumplir 18 en unas cuántas semanas. Acomodó su túnica que aún le incomodaba, extrañaba usar sus pantalones anchos y sus camiseta sin mangas.

Suspiró en lo que le servían la comida y se sentó lo más derecha posible, el velo puesto en su cabeza le provocaba estrés, tenía que acomodarlo a cada minuto si no se la caía. Estiró sus manos hacia arriba para acomodarlo nuevamente y unas manos la detuvieron.

Dirigió su mirada hacia la persona que estaba de pie junto a ella y vió a otra chica de su misma edad, sus ojos eran muy brillantes y su sonrisa era aún más hermosa y resplandeciente. Sus mejillas se sonrojaron al sentir cómo la chica le acomodaba el velo.

— Debe ser nueva o eso creo, nunca la había visto por aquí.

— Pues nueva no soy. Ya llevo unos 2 meses aquí. ¿Usted es nueva?

— Tampoco soy nueva. Sólo me cambié de convento, llegué hace un par de días.

Las chica se sentó junto a Bakugo y pronto llegó la comida.

— Puedo preguntar ¿Cuál es su nombre?

— Me llamo Katsumi, Katsumi Bakugo.

— Recuerde que debe usar el "Sor" o también "Hermana", sólo es un recordatorio Sor Katsumi.

— Lo siento, aún no me acostumbro a utilizarlo.

Ambas sonrieron y comenzaron a comer. La chica rubia se sintió por primera vez más acompañada y en calma en esa cena.

Todo continuó en total silencio y al terminar todas retiraron sus platos para lavarlos. La chica de antes se encontró de nuevo con Katsumi para seguir conversando.

— Disculpa, no me presenté, yo soy, Sor Emiko Kirishima.

— Un gusto, Hermana Emiko.

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Una vez ya todas listas para dormir, se fueron cada una a su habitación, por mera coincidencia las habitaciones de Kirishima y Bakugo estaban una al lado de la otra.

Katsumi nunca se enteró de aquella extraña coincidencia, jamás prestó la suficiente atención desde que llegó al convento.