lucky | verkwan / solboo

cuatro

A la salida del local decidieron tomar unos smoothies mientras recorrían el centro. Todo estaba muy tranquilo y charlaban animadamente, hasta que sus manos se rozaron sin querer y en sus caras apareció sorpresa, vergüenza y se hizo un silencio incómodo.

—Seungkwanah, ¿y si compramos la cena y volvemos a tu casa? Hay una película que quería que viéramos, ¿qué decís?

—Dale, me parece bien. ¿Te parece comprar pizza? —El más alto asintió y se dirigieron a una pizzería que la mamá de Seungkwan adoraba. —¿Qué peli querés ver?

—Si te digo no vas a querer...

—Daleee, porfis. —Seungkwan sostenía un brazo de Hansol mientras hacía un puchero, obviamente sabiendo que con eso iba a convencer al más alto de contarle lo que quería.

—Se llama "El legado del diablo". —No se sorprendió al ver la cara de preocupación en el más bajo, no le gustaban mucho las películas de terror pero cuando las veían se la pasaban más pegados que lo usual y extrañaba ese contacto.

—Yah, Chwe Hansol, si tengo pesadillas va a ser tu culpa, eh.

—Pensé que ibas a decir que no querías, estaba dispuesto a cambiarla por otra que quisieras. —El más alto sonreía con ternura.

—Nah, la vez anterior la elegí yo, ésta vez te toca a vos. Ahh, tendré que soportar. —Seungkwan hizo unos gestos de "pobre de mi" bien dramáticos, sacándole una de sus características carcajadas a su amigo.

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Llegaron por fin y, después de tanto caminar, a la casa de Seungkwan. Hansol no tuvo mejor idea que volver a pie porque "el día estaba re lindo y le gustaba ver el atardecer mientras caminaba". Un romántico desesperado según Seungkwan.

La señora Boo ya había salido para su turno nocturno, así que cuando llegaron pudieron hacer todo el ruido que quisieron. En realidad Seungkwan no solía ser ruidoso, pero a Hansol le encantaba tener siempre música de fondo, y como a Seungkwan le encantaba Hansol, esto no le molestaba para nada.

Bailaban al ritmo de la música mientras preparaban la mesita del sillón frente a la tele, hasta que repentinamente se cortó la luz. El apagón no duró ni cinco segundos y la electricidad volvió a funcionar.

—Chwe Hansol, invocaste a algo. Si empiezan a pasar cosas en mi casa por culpa de esa película, te voy a buscar de los pelos a tu casa.

—Kwanie, es sólo una coincidencia. Estamos cerca de que empiece el verano, siempre pasan estos golpes de tensión. —Intentaba reconfortar a su amigo para que estuviera más tranquilo, pero la mirada de Seungkwan no se destensaba. —Hey, mirame. —Dijo mientras agarraba las manos del más petiso. —Está todo bien, ¿sí?

Seungkwan ahora sí estaba tranquilo, no porque de verdad se le hubiera pasado el miedo, sino que por el toque suave de las manos de Hansol. También estaba un poquito sonrojado así que se alejó un poco de su mejor amigo, soltando sus manos y asintiendo.

—Poné la peli mientras hago jugo, ¿sí?

—A la orden. —El más alto hizo el gesto típico de los soldados, haciendo reír a Seungkwan.

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Ya había pasado casi media película y jamás la comida le había caído tan mal a Seungkwan. Todos los pequeños momentos de tensión, imágenes con sangre y música de suspenso lo ponían nervioso y hacían que se tapara los ojos con sus manos.

Por su parte, Hansol se arrepentía un poco por la elección. Podría haber elegido otra cosa y ahorrarle el mal momento a su amigo. Pensaba de esta forma hasta que una escena hizo que Seungkwan se asustara tanto que ocultó su cara detrás del brazo de Hansol mientras lo sostenía con ambas manos, obviamente quedando muy cerca del más alto.