Carmina
Me encuentro en el recibidor de mi casa, veo a mi padre hincado y maniatado, mi madre llorando y Anto gritaba ahogándose en su llanto, intenta zafarse del agarre de aquel hombre, pero era inútil. Mi cuerpo se movía involuntariamente mientras el hombre arremetía contra mí, mi mundo se estaba cayendo en pedazos, mis sueños, mis anhelos, mi deseo es morir, no podría soportar tanto dolor, mi cuerpo está siendo marcado por estos hombres que solo me ven como una basura.
-Sabes bien – su lengua pasa por mi cuello y mejilla – sientes esto – empuja con fuerza, mi cuerpo se contraer queriendo expulsar al intruso – mi fallo te destrozará, sangrarás y te llenaré hasta que por tus piernas escurran como cascadas – mis nauseas se hacían presente, mis lágrimas quemaban mi piel, quería gritar, gritar muy fuerte de la frustración, pero su asquerosa mano me lo impedían ahogándome, mi respiración se corta, empiezo a caer a un vacío interminable.
-Nooooo! – me siento de golpe desconociendo mi entorno, mi cuerpo esta agitado lleno de angustia.
-Hey preciosa, es una pesadilla, vamos despierta.
Volteo y ver esos ojos azules que pudieran ser el mar mismo me llenan de tranquilidad, sigo observando a mi alrededor confirmando que no sea un sueño.
-Ven aquí – me abrazo a él subiendo a horcajadas, lo abrazo fuerte como si fuera el tronco de un árbol que flota antes de que hunda – aquí estoy, te voy a proteger.
No digo nada solo me dejo llevar por sus promesas, Fabrizio ¿será es la única salvación que tengo? Vuelvo a caer en un inmenso sueño mientras sus caricias me tranquilizan.
Cada vez que cerraba los ojos volvía a revivir todo lo que nos pasó, las pesadillas robaban mi sueño, los terrores nocturnos acababan con mi estabilidad, pero Fabrizio se ha convertido en mi amuleto, aleja a esos demonios y mi cuerpo se siente bien entre sus brazos. Yo me siento sucia, pero él me hace sentirme deseada, las náuseas se van y el deseo se apodera de mí.
Por lo regular despierto antes que él, es maravilloso verlo dormir tan placenteramente, después de lo sucedido pensé que nunca volvería a intimar con alguien, sin en cambio ahora verlo frente a mi después de que se me enseñó que él era el enemigo, que cuando lo viera y estuviera en situación de peligro debería matarlo, pero que vueltas da la vida él me salvó de una muerte cruel y sádica convirtiéndose en mi única salvación.
- Duerme - me exalto, no creí que estuviera despierto, son las cinco, después de la pesadilla solo logré dormir tres horas.
Entierro mi rostro en su pecho tratando de buscar tranquilidad mientras me abraza.
- ¿Qué sucede?
- Nada.
- No digas nada cuando siento que me observas y solo suspiras.
- Perdóname.
- Deja de pedir perdón mejor dime ¿Qué pasa?
- Tuve nuevamente pesadillas y ya no quiero dormir - él suspira.
- Ven – me pone de espaldas y se sube en mi separando mis piernas y colocándose entre ellas.
-¿Qué haces? – comienza desvestirme, él se quita el bóxer.
- No puedes vivir con ello, será difícil lo sé, pero de ti depende que tanto daño quieres que te haga – entre en mí de un solo golpe, haciendo que arque la espalda y suelte un gemido.
- Es... Es difícil – gimo mientras besa mi cuello.
- Irás con un terapeuta, Gregory podrá ayudar con eso – sigue con sus arremetidas.
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TE AMARE HASTA EL FINAL
Roman d'amourHombres como Fabrizio Bianchi y Serguey Rizzo les gusta tener el control y la libertad de ser. Requiere tener mucho carácter para lo que hacen, ser los herederos de un gran imperio los hace mantener la mente fría. No quieren ataduras de ningún tipo...