𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐒 ✦ Gonana

𝒓𝒐𝒔𝒂, 𝒏𝒆𝒓𝒗𝒊𝒐𝒔 𝒚 𝒗𝒊𝒐𝒍𝒆𝒕𝒂

Por primera vez en los años de relación que mantenía con Satoru: veía una esperanza verdadera, comenzó a notar al mayor más serio, decidido y firme de lo habitual, de momento notaba un destello único en su alma que le producía un indescriptible sentimiento.

Quizá, el albino logró cicatrizar las heridas que le dejó la muerte de su anterior unión, el vínculo que le producía crueles pesadillas en las noches por el trágico final que obtuvo, ese afecto que siguió vigente tanto... y que recién ahora le permitía ilusionarse interiormente, ambos son adultos, adultos que están juntos hace un lapso considerable con obstáculos en el camino, mayormente creados por la inmadurez de Gojo con respecto a la fidelidad y el disgusto del clan de la energía infinita.

Aun así, Nanami se permite tomarse unos segundos para pensar en los motivos de esa corazonada, en entregarse enteramente a la ilusión de crear un vínculo solidificado con el chamán más fuerte; ¿sería que por fin sería marcado? No es un hecho que lo haya desesperado ni quitado el sueño, sin embargo, es lo que debería significar, prácticamente no hay mínima acción de Satoru que desconozca y supone que viceversa, no habían motivos para aplazar lo que debía.
Cerró los párpados, sería directo en la reunión dentro de dos horas, no existían horas extras ese jueves por la tarde, sólo la ansiedad de conocer lo que escondía ese tonto de lentes oscuros.

Se permitió mirar el reloj dos veces en el transcurso de los minutos, ¿sería realmente eso? ¿Será que Satoru se opondría a los viejos de su clan para sentar cabeza de una vez? En parte le aterroriza que cambie drásticamente, por el semblante singular que adquirió en la reciente semana, más sombrío de lo que debería. ¿Cómo es posible que el mayor le quitará tanto tiempo? Era angustiante, está centrado con respecto al sentir personal, extra laboral, nada debería ser una novedad para Nanami, si son una pareja «decentemente» estable, ¿que razón había para revolver pensamientos y cuestiones en un vaso de agua?

La ideología de Kento siempre ha sido juzgar en base a la verdad que conoce: están juntos hace años, atravesaron hechos desafortunados cómo alegrías, comparten un espacio laboral, sabe que Gojo lo quiere, a su modo pero lo hace, y él quiere al extravagante hombre de cabellera blanquecina, esa es la verdad. Y la verdad es también que siendo un omega «defectuoso» con rasgos cómo aroma de alfa, se veía imposibilitado de siquiera imaginarse el momento en que fuera reclamado por así decirlo.

Exhala con los labios entre abiertos, ¿será acaso que se percató de...? No, era temprano, aunque es incierto para si mismo el alcance olfativo del alfa, desea que ese caso igualmente sea diferente a los demás.

En cuánto quiso darse cuenta, una figura familiar entró en la oficia acompañada de un fuerte aroma, que le hizo arrugar la nariz instintivamente. Maravillosamente, el invitado llegó puntual, levantando una nueva sospecha y vuelco en el corazón de Kento: no obstante, no demostró ninguna emoción, al contraria del otro hombre que sonreía de oreja a oreja, que no tardó más que un pestañear en tomar asiento.

─── ¡Hola, Nanami! ¡Adivina quién está aquí! ───formó dos pistolas con los dedos, señalándole, lanzándole consigo un besito en el aire. Sí, normalmente, olvida estos detalles.

─── ¿De qué querías hablar? Empieza tu, pareces muy entusiasmado en el tema ───rompió el silencio, acabando de firmar el último documento de la noche, así se enfocó en la visita.

Gojo hizo un mohín con los labios, encogiéndose en la silla, cómo si habláramos de un niño.
─── Deberías estar alegrado de verme, recibirme con besitos y consentirme ───se quejó, suspirando al final con un rastro de desilusión por la inexpresiva cara del blondo───. ¡Es muy importante! Ya sabes, para los dos, si no, no estaría aquí, en parte.

─── Satoru...───advirtió de antemano, se iría por las ramas si se descuidan.

─── Bien, bien, a lo que iba realmente ───entonces un efímero rastro de la seriedad de hace días se entrecruza con la sonrisa en la boca del mayor───. Marqué un omega ───expandió las manos, sacudiendo las mismas cómo si fuese una sorpresa positiva.

Kento pestañeo procesando lo que escuchó, le dió un golpe metafórico en el estómago, el dolor se expandió en el pecho del menor. ¿Por qué tenía que decirlo...? Por supuesto, es Gojo, es simplemente así.

─── Oye, Nanami...

─── ¿Marcaste a otro omega?

Entonces el mayor se pasó una mano por el cuello, debió percatarse desde el inicio.
─── Sí quieres ponerlo así. Percibo un aroma diferente mezclado al tuyo, así que intuí que te cansaste de mi, y... conocí a alguien, también le conoces, la mayoría, fue química a primera vista. Cómo sea, consideré que me ibas a terminar, y era muy maduro de mi parte...

─── Debiste esperar más tiempo ─── refiriéndose a la marca. Madurez, sí, lamentablemente se confió tanto que se desligó de ella───. Sobre el otro tema, era lo que iba a decirte, qué funcionó, riesgoso e insólito pero ya son dos meses y medio... ───aportó, quedándose mudo con la expresión desorientada de Gojo, cómo balde agua fría.

─── ¡Nanami, no me digas, que so...! ───atinó a decir, siendo interrumpido por el mencionado.

─── Si. Debo confesarte que imaginé que lo resolverías, y darías ese paso conmigo. Aun así, felicitaciones, espero no le hagas pasar lo mismo, es joven además lo sabrá al instante por el dolor, compórtate, Satoru.

─── Oye, no puedes decírmelo así, ¡lo solucionaré, puedo hacerlo! ¡Yo esto...! ───entonces nuevamente se vio en la obligación, de renunciar al sermón que daría, ya qué pudo oír la voz del menor hablar y verlo caminar hasta la puerta. En ese momento, sabe que no había manera de arreglarlo, le quedó hundirse en el sofá con un embrollo.

─── Enfócate en tus responsabilidades, tienes un viaje dentro de dos días, yo me haré cargo de Itadori.