𝒓𝒐𝒋𝒐, 𝒊𝒓𝒂

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Exhaló para no precipitarse, una mentalidad frívola llevaba a grandes hazañas, lo aprendió y lo implementó toda la vida; la ira nauseabunda no traía buenas consecuencias, sin embargo, ¿Por qué se está consumiendo a fuego lento?

El Omega involucrado no tenía nada que ver con el conflicto principal, el joven inocente no tenía ni una mínima sospecha, sonriente y amable, con los ojos ardientes de admiración: junto a las idioteces típicas del albino, mientras Nanami procuró ser... franco, pero le simpatizó, no lo ocultara.
Kento recuerda cómo fue lo más breve posible con el tema del entrenamiento, presentación y misión, cómo recuerda lo que le revuelve las entrañas.

La afamada marca se desvaneció del cuello del muchacho, apenas una cicatriz que seguía desvaneciéndose y por la arrolladora energía maldita de Sukuna, éste era el encargado. Gojo lucía feliz en cuánto dió la noticia, cortaron de una forma... anestesiada por la cotidianidad en la relación general que poseen, y le rompieron el corazón solo para...

¿𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒑𝒂𝒓𝒂...
𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒐𝒅𝒐 𝒔𝒆 𝒅𝒆𝒔𝒗𝒂𝒏𝒆𝒛𝒄𝒂?

Arrojó el marco con la fotografía del primer año en la escuela de hechicería, y no conforme estrelló contra la pared, el retrato de las únicas vacaciones que se permitió con Satoru. Está enojado, está furioso, con el destino que parece burlarse de él.

Enojado consigo mismo por creerse digno de forjar una familia, de mentalizarse en una rutina qué adoró, meterse en la cabeza que un omega en las condiciones cómo la suya podría saborear un gramo de felicidad, qué ganó el corazón del Alfa, que Satoru Gojo; se enamoró de él, de Nanami Kento, qué Suguru Geto era un agridulce pasado o qué nadie más tendría lugar entre los brazos del heredero del clan.

Acabó destruyendo varios recuerdos de la ingenuidad que lamentablemente poseía, recuerdos dónde a costas de la ignorancia y el amor «que todavía sentía» había logrado hallar un hueco de felicidad. Ahora está temblando de ira, colmado de nervios, se desliza de espaldas a la pared, contra ella.

Aprieta los párpados, haciéndose un espacio entre vidrios rotos en el suelo, y debe cubrir con ambos brazos el rostro, haciéndose pequeño, porqué empezó a llorar; de rabia, de impotencia, de dolor.

Aprieta los párpados, haciéndose un espacio entre vidrios rotos en el suelo, y debe cubrir con ambos brazos el rostro, haciéndose pequeño, porqué empezó a llorar; de rabia, de impotencia, de dolor

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𝐂𝐎𝐋𝐎𝐑𝐒 ✦ GonanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora