Scandal|2YEON|ESP

OO9

Jeongyeon estaba en su cama. Tenía los ojos abiertos y miraba al techo mientras la luz de la luna iluminaba la habitación.

-Nayeon.

La chica se volvió hacia ella. -Dígame.

-¿Por qué Patroclo y Aquiles se amaban? ¿No son dos chicos?

-No tengo respuesta para esto. Era común en la antigüedad que los hombres estuvieran con hombres y las mujeres con mujeres. Sin embargo, para nosotros es extraño.

-¿Por qué ya no es así?

-Creo que no es normal. ¿Por qué me está preguntando?

-La luna es hermosa.- Nayeon volteó hacia la ventana y sonrió. Amaba la luna. -Y usted, iluminada por la luna, es aún más hermosa.

-Gracias, Jeongyeon. Me encantó su carta.

-Y a mi la suya.

Nayeon se volvió hacia ella. -¿Por qué me hizo esa pregunta antes?

Jeongyeon siguió mirando hacia arriba. -Curiosidad.- Nayeon asintió, luego se giró y cerró los ojos. -¿Qué diría si estuviera enamorada de una mujer?

-Jeongyeon, no lo diga. Me daría asco.

-Que le dé asco.

Los ojos de Nayeon se abrieron. -Todavía tiene los efectos del vino de la abuela. Dormir.

-Buenas noches Nayeon.

-Buenas noches.

🖤

Cuando Jeongyeon abrió los ojos, la luz del sol aún era muy débil. Simplemente iluminaba la habitación. La chica se sentó y miró a su hermana sonriendo. Nayeon era muy hermosa cuando dormía. Era igual de hermosa cuando estaba despierta y sonriéndole. Era hermosa cuando asistía a eventos. Jeongyeon solo quería quedarse ahí para apreciar a su hermana pero ella prefería ir a arreglarse para ir a misa o seguramente sería la última y la dejarían en paz. Se levantó y fue al baño a lavarse. Jihyo definitivamente no iría a molestarla porque siempre era la última en levantarse. Minhyuk, por otro lado, era bastante madrugador. Jeongyeon se lavó y se puso su vestido de iglesia. Cuando salió del baño saltó porque Minhyuk, quien ya estaba listo, apareció frente a ella.

-Buenos días Jeongyeon, ¿por qué ya está despierta?

-Quería prepararme para la misa.

-Sus hermanas no se despertarán antes de las ocho. Venga conmigo. Mina nos preparará el desayuno.

Minhyuk comenzó a bajar las escaleras y Jeongyeon lo siguió. Realmente no entendía por qué él actuaba normal con ella cuando estaban solos, pero era un verdadero bastardo cuando estaban con otros. ¿Quizás tenía miedo de defraudar a sus hermanas?

-Buenos días Mina.- la saludó Minhyuk.

Mina ya había estado activa durante al menos dos horas. -Buenos días señores. Le haré el desayuno ahora mismo.

-Gracias.- dijo Jeongyeon.

Los dos se sentaron uno frente al otro y no conversaron. Jeongyeon miró hacia la puerta esperando que Mina llegara temprano con el desayuno. Cuando la vio se sintió aliviada de que al menos el silencio estaría justificado. Los dos hermanos empezaron a comer y el único ruido que se oía era el de la cuchara contra el cuenco.

-¿Quiere ir a misa?- preguntó Minhyuk.

-Ciertamente.

-Sabe, podríamos hacer mucho más.

Jeongyeon arqueó una ceja. -¿Qué quiere decir?

-Acompañamos a Nayeon y Jihyo a misa y los dos vamos donde unos amigos míos. Realmente nunca he asistido a la iglesia, prefiero estar con estos caballeros.- Jeongyeon negó con la cabeza. Probablemente era una forma de hacer que la regañara de nuevo y no quería dejar a Nayeon. -Lástima que eso es justo lo que haremos.

Jeongyeon suspiró. No tenía elección, como siempre. ¿Por qué no se armaba de valor y le dijo al Sr. Im lo que Minhyuk le había dicho? ¿Por qué era tan difícil para ella?

-Minhyuk, ¿todavía no encontró a su esposa?

-¿Por qué me está preguntando? ¿No puede esperar a que me vaya?

Jeongyeon negó con la cabeza. -En absoluto.

-Todavía no hemos tenido la oportunidad de conocernos, pero lo haremos pronto.- Minhyuk golpeó la mesa con el puño. -Y por su culpa tengo que casarme con esa mujer. ¿La ha visto? Es tan fea como la peste.

-Lo siento.- dijo Jeongyeon inclinando la cabeza.

-Ah, sí, lo sientes. ¡Es solo una pulga asquerosa!

Por ese cambio de tono, Jeongyeon sintió que Jihyo había llegado. De hecho, cuando se dio la vuelta vio a su hermana.

-Buenos días Jihyo.

-Buenos días Pulga. ¿Durmió bien?

-Sí, gracias-

-Dormiría bien incluso sobre piedras. Recuerda que viene de un orfanato.-comentó Minhyuk malhumorado.

Jeongyeon miró dentro de su tazón y pasó todo su desayuno así. Cuando todos terminaron, Nayeon también se les unió.

-¿Han terminado ya?

-¿Por qué no hace como la hambrienta y se une a nosotros primero?- le preguntó Jihyo.

-Debe haber sido una noche atormentada.- le dijo Minhyuk. -¿Durmió bien?

-No mucho.- admitió Nayeon.

-Debe haber sido la presencia de Pulga.- comentó Jihyo.

-¿Cómo se encuentra? No tiene una cara buena.- le dijo Minhyuk.

-No muy bien.- respondió Nayeon una vez más.

Minhyuk se puso de pie y caminó a su lado. Puso una mano en su frente. -¡Está caliente, Nayeon! No puede venir a misa.

-¡Por favor Minhyuk, es el único momento en que puedo tener contacto con otras personas!

-Lo siento pero tiene que quedarse en casa. Solo nosotros iremos a misa.

-Yo... Puedo quedarme con usted.- dijo Jeongyeon.

Después de la conversación de la noche anterior, Nayeon se sentía extraña estando cerca de su hermana. -No se preocupe. Vaya a misa.

Jeongyeon realmente quería evitar ir con Minhyuk. Sabía que no iba a terminar bien.

-¡Mina! Prepare algo para Nayeon. Creo que tiene fiebre.- dijo Minhyuk. -Ustedes dos, vengan conmigo. Iremos a misa.

Jeongyeon se puso de pie y miró preocupada a Nayeon, pero ella ni siquiera la miró. Jeongyeon y Jihyo se despidieron de su hermana y salieron. Subieron al carruaje y fueron a la iglesia.

-Señorita, ¿cómo se siente?- le preguntó Mina.

-Extraña... Y no es para la fiebre.

-¿Qué sucede?- preguntó la sirvienta, sentándose a su lado.

-Se trata de Jeongyeon... Ayer me dijo unas palabras tan amables y... No puedo dejar de pensar en ellas. No puedo dejar de pensar en ella. Nunca me había pasado antes. Sin embargo, incluso Minhyuk a menudo me dice muchas palabras amables.

-Tal vez porque las espera de Minhyuk por ser su hermano, mientras que Jeongyeon es muy reservada.

-No lo sé Mina. No sé que pensar...

-Seguro que todo puede ser menos el amor.- dijo Mina sonriendo y luego se puso de pie.