Capitulo 1

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*"POR FAVOR VETE" gritaba yo sin parar. Corría por un pasillo oscuro, algo me perseguía. Era un sombra de alguién que fue sin..... ser, tenía alas negras; aún sin rostro, podía sentir su mirada amenazante. "NO ME LLEVES CONTIGO, AHORA NO". Las baldosas del suelo se convertían cada vez más en un líquido viscoso que detenía mis pies y me impedía avanzar. Me alcanzaba, alargaba lentamente sus manos hacia mi dispuesto a atraparme. El pasillo se estrechaba, algo me decía que no iba a llegar al final. De repente me agarró de un brazo y tiró de mi hacia un agujero sin fondo, grité.*

Me desperté bañada en un sudor frío y con un grito ahogado. Mi habitación parecía más grande y aterradora. Aún sentía su mirada. Intenté levantarme, pero me mareé y caí al suelo. Mis piernas no respondían. Mi madre oyó el golpe y vino corriendo a mi habitación, para encontrarme tendida en el suelo, pálida y con los labios morados.

- ¡Oh Dios mío Lía, cariño! ¿estas bien?- gritó ella alterada.

- Ma......Ma- conseguí articular.

Me venció el cansancio y caí dormida. Me desperté en una fría sala de hospital con el corazón a mil por hora. Harry, el novio de mi madre, estaba sentado en una silla, parecía preocupado. Me incorporé y él se acercó a mi corriendo.

- Eh, ¿te encuentras bien?- dijo él, yo asentí con la cabeza. - llamaré a tu madre.-

Me mandaron a casa en cuanto recuperé el color y casi toda la fuerza. Me tumbé en mi cama y pensé en ese sueño, volví a quedarme dormida.

LEJOS DE ALLÍ:
- ¿por qué tengo que ir yo a cuidarla? ¿por qué he de ser yo su ángel?

- prométeme que la cuidarás.

- *resopla*

- eres en quien mas confió para cuidar de mi hija, sólo serán unos días, hasta que él se aleje de ella. Después recibirás la recompensa, eres fuerte y valiente, sé que lo harás bien.

- está bien, pero volveré pronto....

EN LA CASA:
El grito de mi madre me despertó.

- Lia, a cenar- dijo desde la cocina.

- voy mamá- respondí.

Me acosté pronto ya que, aún habiendo dormido mucho, aún estaba cansada. Volví a tener aquella horrible pesadilla, sólo que aquella vez me desperté antes de caer por el agujero. Tarde un minuto en acostumbrar mi vista a la oscuridad, y otro en percatarme del chico que, sentado en mi silla, me observaba detenidamente. No me asuste, soy realmente difícil de impresionar.

- no te asustes- dijo él.

- no lo hago...¿quien....?- entonces me di cuenta, ¡tenía alas!unas enormes y preciosas alas, cuya luz no podría apagar ni la oscuridad más profunda.

- estoy aquí para protegerte, soy tu ángel de la guarda. Me llamo Sam.

- pero...¿de qué quieres protegerme?

- eso no puedo decírtelo, por el momento. Ahora sería mejor que descansaras.

De repente sentí que algo blando, como un suspiro, me golpeó la cabeza, y me quedé dormida.
A la mañana siguiente, para mi sorpresa, él seguía ahí. Estaba dormido, con la cabeza apoyada en mi mesa. Sus alas relucientes le caían por la espalda, era realmente bello. Me levanté y fui hacia él. Me detuve y le observé. Entonces acerqué mi mano a la suya, le toqué. Estaba frío. En ese momento abrió los ojos y se echó para atrás.

- ¡Lo siento! No....quería despertarte- le dije.

- Esto está mal, muy mal- dijo pegándose contra la pared asustado.

- ¿qué te ocurre?

- Hace tanto tiempo que no me toca alguien vivo que casi ni me acuerdo. Se supone que no nos podéis tocar, SE SUPONE QUE......nos.....atravesáis....- se quedó pensativo. -Eres especial Lía. ¿Qué.....que has hecho?

- Te juro que no lo sé pero por favor, no te vayas.

- no lo haré- sonrió.

Yo le devolví la sonrisa. Pasamos un tiempo mirándonos el uno al otro, sin mediar palabra......

Las alas de mi ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora