Capitulo 9

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Un terrible dolor de cabeza golpeaba mi mente. Abrí los ojos, me incorporé como pude y observé el cuarto en el que aquella noche, mientras dormía con Sam, había estado. Las paredes eran muy oscuras y el suelo era de madera, en el centro de la estancia tan solo había una cama de matrimonio vieja en la que me encontraba ahora tumbada y la luz de la luna se filtraba a través de los cristales del sucio techo abovedado.
Un bulto asomaba de mi bolsillo y al sacarlo observé mi pequeña radio, la encendí y pensé.

"hola Lesvesteing, agradecería que me respondieras a una pregunta"

- "Hola, cuanto tiempo sin hablar querida niña, formúlamela pues"

"¿Es verdad que Sam forma y ha formado siempre parte de esto?"

- "Pequeña, me temo que eso es enteramente cierto, a veces me gustaría no saber tanto"

Un pequeño sollozo se escapó de mi garganta y pensé débilmente: "Gracias por tu amabilidad Lesvesteing, siempre eres de gran ayuda" y apagué la maquina. Me volví a tumbar en la cama y recogí mis piernas con mis manos, comencé a llorar. Las gotas resbalaban lagrima a lágrima por mi rostro, pero no emitía sonido alguno.
Entre las sombras se ocultaba una silueta.

- Hola Lía- dijo el dueños del cuerpo oculto con una voz que me sonaba tremendamente familiar.

Yo simplemente volví a incorporarme y observé como poco a poco iba apareciendo la silueta de la persona que menos quería ver en ese momento, Sam.

- Vete.- dije sin siquiera mirarle a lo ojos.

- Aquí no eres tu la que da las ordenes- respondió seco.

- es verdad, se me olvidaba que tu corazón siempre ha sido de piedra y que todo lo que dijiste o hiciste era puro teatro.

- Lía.....he de hablar contigo de....

- ¡NO HAY ABSOLUTAMENTE NADA DE QUE HABLAR, ME MENTISTE, ME ENGAÑASTE Y TE APROVECHASTE DE MIS SENTIMIENTOS!- grité furiosa- al final era verdad, los ángeles sois monstruos sin corazón- Este último comentario pareció dolerle, y ese era mi objetivo.

Él se limitó a mirarme durante unos minutos hasta que se acercó más a la cama y a mi. Poco a poco fue acercando su rostro al mío, y por extraño que parezca no se porque no le detuve. Su mano viajó a mi nuca y acarició mi pelo mientras su nariz se posaba en la mía, sus ojos, aun azules, se posaban en los míos, parecía haber ¿dulzura en ellos? ¡No, imposible, él no tenía corazón y me lo había dejado muy claro, sin embargo, yo seguía sin apartarme. De repente su mano presionó mi nuca hacia él y sus labios se posaron en los míos, mientras marcaban un ritmo que yo seguía, compuesto por besos apasionados. Yo, instintivamente, rodee su cuello con mis brazos. Se separó de mi y volvió a posar su nariz sobre la mía, sin embargo, mi mirada era triste y no había ni el mínimo rastro de sonrisa en mi rostro.

- ¿por qué lo has hecho?¿por qué lo hiciste?¿por qué permitiste que tu amigo me hiciera aquello?¿Por qué fingiste llorar al contar la historia de tu muerte?¿Por qué finges y fingiste que me amabas...?

- Lía, tu padre me encomendó cuidar de ti. Cometió el error de comentarle a Tyler que tu eras especial y que tendrías un poder increíble cuando subieras al cielo, pero ese poder Tyler lo quería para él. Él y yo trazamos un plan, yo era un ángel del infierno, camuflado en el cielo de espía cuando tu padre me encomendó la misión. No hubo otra forma de inyectarte lo que te transformaría en ángel que.....la que sucedió. El problema de todo esto fue que, por muy raro que parezca, me enamoré, por primera vez en mi vida me enamoré, de ti, cosa que jamás le pasa a un ángel, me alejaron de ti, me encerraron aquí y me sacaron del plan. Te echaba tanto de menos.....

Yo observaba cada uno de sus gestos, cada uno de sus movimientos....
De repente, la puerta se abrió de golpe, y unos ojos rojos brillaron en la oscuridad....

Las alas de mi ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora